viernes, 30 de noviembre de 2018

50 libros antes de los 50

Después de leer las listas hechas por Cultura inquieta, Dina y Marialu, todas ellas de cuarenta libros para leer antes de los cuarente, me pareció que podía estar bien hacer una lista de los cincuenta libros para leer antes de los cincuenta. Lo cierto es que me parece una tontería, porque para cada uno esta lista será diferente. Pero ya que me he puesto a ello, diré que podría haberla hecho hace unos años y saldrían libros diferentes. Y si la hago dentro de unos cuantos, también saldrá otra lista distinta. Porque en cada momento vital nos parece que los libros que han sido importantes para nosotros son unos y no otros.

Empecemos, sin ningún tipo de orden ni jerarquía:

1. El principito
2. Cien años de soledad
3. Seda
4. Nunca me abandones



5. El señor de las moscas
6. La historia del amor
7. Como agua para chocolate
8. Blankets



9. La lección de August
10. Canción de hielo y fuego
11. Carta de una desconocida
12. La nieta del señor Lihn



13. El jilguero
14. Un monstruo viene a verme
15. La delicadeza
16. Contra el viento del norte



17. Génesis
18. El diario de Ana Frank
19. It
20. Tan poca vida



21. La amiga estupenda
22. La mujer de la libreta roja
23. Eva Luna
24. La Regenta



25. La nada cotidiana
26. El Lazarillo de Tormes
27. Siempre hemos vivido en el castillo
28. La flor púrpura



29.  84, Charing Cross Road
30. Melisande, ¿qué son los sueños?
31. Al sur de la frontera, al oeste del sol
32. El amor en los tiempos del cólera



33. El guardián entre el centeno
34. Patria
35. Matar a un ruiseñor
36. El señor de los anillos



37. Cuentos de E. A. Poe
38. Cumbres borrascosas
39. El barón rampante
40. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey



41. Werther
42. Madame Bovary
43. Extraños en un tren
44. La metamorfosis



45. Charlie y la fábrica de chocolate
46. Middlesex
47. Donde viven los monstruos
48. Eleanor & Park


49. Mi hermana vive en la repisa de la chimenea
50. La ridícula idea de no volver a verte


Estoy segura de que he olvidado libros que han sido importantes para mí y de que en otro momento mi lista sería distinta en algunos títulos. Pero esto es lo que he podido sacar. Y me ha costado. No ha sido fácil elegir cincuenta libros entre todas mis lecturas.

Contadme, ¿cuántos habéis leído de la lista?

jueves, 29 de noviembre de 2018

El método del castigo

No soy partidaria, así si me lo preguntan directamente, de los castigos como método de aprendizaje. Pero tampoco estoy totalmente en contra de ellos. Y a veces funcionan. Aunque tenemos que tener cuidado con ellos. Os explico.

Cuando mi peque era muy pequeño, con cuatro o cinco años, se pasaba la vida castigado. Llegamos a un punto en que era más lo que duraban los castigos que lo que había hecho y enlazábamos unos castigos con otros. No funcionaba, claro. Pero necesité que alguien desde fuera me lo dijera (la psicóloga a la que empezamos a ir) para entender muchas cosas y para cambiar de método.



Pero un castigo de vez en cuando no me parece del todo negativo. A lo mejor estoy equivocada, pero estoy aplicándolo ahora con mis alumnos con algún resultado positivo.

En las primera pruebas, algunos de mis alumnos de segundo me entregaban los controles o los ejercicios en blanco, simplemente firmaban y ya. No hacían el esfuerzo de leer lo que se les pedía, de mirar si era fácil o difícil. Era mejor darlo por perdido que intentarlo. Y a mí eso, después de explicar, hacer ejercicios, repasar, volver a repasar, dárselo masticadito, darles las preguntas que les iba a poner, dedicar tiempo a dudas y demás, después de todo eso, que me entregaran los exámenes en blanco me crispaba los nervios.



Así que les lancé un órdago. Algo que me podía haber salido muy mal, que aún me puede salir mal, pero que me está saliendo bien, de momento. Les castigué sin recreo hasta que aprobaran.

Y ahí estuvimos, ellos entregando la prueba en blanco, y sin recreo, tres días. Al cuarto alguno empezó a escribir, al quinto aprobó el primero, siete días después, los tres habían aprobado y, por tanto, podían salir al recreo.



Segunda prueba desde entonces: suspenden dos, ya no cuatro. Al día siguiente, o sea, ayer, sin recreo para repetirla. Aprueban los dos. Creo que ahora saben que voy en serio y no quieren jugársela. Listos.

A ver lo que me dura, porque soy muy cabezota, y les he dicho que esto va a ser así, que si ellos no apuestan por ellos mismos y no confían en sus posibilidades de aprobar, yo sí, así que vamos a estar así todo el tiempo que quieran. Puede que me pase el curso sin recreo, no lo sé, pero de momento está funcionando.



Por otro lado, se me plantea la duda de si aprenden más o mejor. No lo sé, pero terminan haciendo algo de lo que se les pide: rellenar unos ejercicios. Se están esforzando (el mínimo, menos del mínimo) en aprobar, aunque sea por las razones equivocadas. Así que de momento es un triunfo para mí. Ya os contaré cómo seguimos.


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Mis chicos

A veces me preguntáis cómo le va a mi pequeño. Y quería desde hace tiempo hablaros de ello. Pero no sabía ni cómo ni exactamente de qué hablar.



Mi peque está ahora mismo en un periodo de transición entre ser un niño y ser un adolescente con todo lo que eso conlleva. Y es un momento raro. No sé cómo explicarme para que no parezca que me quejo de él porque no es así, pero a la vez ser consecuente con la verdad, como siempre he intentado por aquí.

Se ha asentado mucho en muchas cosas. Su carácter sigue siendo difícil pero es cada vez un niño de mejor trato y menos dramas diarios. Aún así, no tiene las cosas fáciles, y en casa tenemos que estar muy pendientes de él.



No tiene las cosas fáciles porque se han unido dos cosas: sus problemas de atención, y sus escasas ganas de estudiar o de ir a clase (ambos van juntos, claro), por un lado, que hacen que a veces no sepa qué tenía que hacer, cuándo tenía el examen o dónde vive y cómo se llama. Y por otro lado la música, que se lo está dando todo pero le quita mucho, muchísimo tiempo.

A veces, esos dos temas juntos son una bomba de relojería, ya que en los últimos tiempos, con ensayos, pianos, pianistas y demás ha pasado a tener diez horas de música a la semana, más las prácticas en casa. Eso supone que, si sumamos los traslados, tiene más o menos una media tres horas diarias ocupadas en quehaceres musicales. Y sus estudios le llevan mucho tiempo, así que estamos tooooooodo el día pendientes de deberes y estudios. Absolutamente todo el día. Y eso agota, a él y a mí.


Ya digo que no me quejo. Me encantaría, por supuesto, poder ocupar mis tardes en ocio para mí. Ir al cine el día del espectador, salir de compras, ir a algún curso o al gimnasio... pero no hay mejor ocupación que mi hijo, sobre todo porque siguen viéndose los resultados y seguimos avanzando.

En cuanto al mayor, está en un año decisivo. Segundo de bachillerato se lo está tomando aún más en serio que primero, y quiere sacar buenas notas, así que estudia mucho y se agobia mucho. Sí, en esta casa todos nos agobiamos mogollón, nos ponemos nerviosos por cualquier cosa y surgen los dramas en cualquier esquina. Pero somos así. Está llevando un primer trimestre regular, donde las cosas no le están saliendo como quiere, pero es muy difícil el nivel de autoexigencia que se ha impuesto, así que así será todo el curso. Solo estoy feliz de que termine en mayo, un mes antes que otros años, porque hay días en que, con uno estudiando día y noche y otro protestando por todo, las tardes se me hacen eternas y me parece que no es posible que solo estemos en noviembre...

martes, 27 de noviembre de 2018

Las escalofriantes aventuras de Sabrina

En las últimas semanas, mi peque y yo hemos estado viendo, a ratos sueltos, esta nueva serie de Netflix. En realidad la terminamos hace una semana y a él le ha gustado tanto que está volviendo a verla.



Había visto alguna vez capítulos sueltos de la serie anterior de Sabrina, que estaba hecha en clave de humor y era una serie juvenil, o familiar.



No sé qué esperaba de esta serie de Netflix, pero me puse a verla pensando que sería, más o menos, algo parecido. Y nada que ver. Es mucho más oscura, menos centrada en el humor y más macabra. Creo que es precisamente por eso por lo que está teniendo bastante éxito, porque una reedición de la serie que conocimos hace años no creo que hubiera gustado a los más jóvenes.

Sabrina es una adolescente que es medio bruja y medio humana. Vive con sus tías y con su primo en una casa en el bosque pero lleva una vida como cualquier otra chica de su edad. Hasta que cumpla dieciséis años. En esa fecha tendrá que cambiar su vida y elegir ser bruja para siempre, abandonando su vida como humana, sus amigos y su novio.



La protagonista es una niña a la que vimos crecer en Mad Men, Kiernan Shipka, y que me parece muy adecuada para el papel.

Netflix firmó dos temporadas de la serie, apostando por ella desde el comienzo, y parece que le ha salido bien. Se trata de una serie juvenil, de las que apetece ver en familia, y la hemos disfrutado mucho.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El legado de Catherine Elliot

Siento adoración por todo lo que sale de las manos de Esther Gili, que es una gran artista, y no porque lo diga yo, que la sigo hace años, sino porque está reconocida en cualquier lugar como una de las ilustradoras más importantes de este país. Y esta vez creo que se ha superado.



Título: El legado de Catherine Elliot
Autoras: Gemma Camblor y Esther Gili
Editorial: Lumberg

El legado de Catherine Elliot es un libro ilustrado que une la historia creada por la propia Esther junto con Gemma Camblor,  nuestra Wayaiu en las redes sociales, y unas maravillosas ilustraciones que, como siempre, te quitan la respiración. Para muestra, la portada que tenéis un poco más arriba. O esta otra del interior, tomada del IG de Esther.




Se trata de una serie de historias protagonizadas por mujeres y con un hilo conductor muy poderoso, que podemos leer de manera independiente pero que están muy relacionadas entre sí. Me ha parecido una historia preciosa, pero es que a la vez me llega de cerca porque subyace en todo momento el tema de la literatura, de los libros, de las lecturas y de cómo estas nos cambian, tienen el poder de transformarnos, que un libro que llega en el momento adecuado puede ser lo mejor que te puede pasar.

En El legado de Catherine Elliot, la creación de personajes, con todo lujo de detalles, ha sido asombrosa. Tenemos toda una galería de mujeres maravillosas, fuertes, de todas las edades y condiciones, así como de distintas épocas, y una puede pasarse la tarde simplemente disfrutando de cada detalle de las ilustraciones, que son muchos, o sumergirse en alguna de sus historias.

He intentado que me durara un poco, pero no he podido evitar leerlo en tan solo dos ratos. Y eso es lo peor de este libro, que se te hace corto. Lo mejor, que es una edición preciosa y que siempre puedes volver a él.

Recomendadísimo. Especialmente para estas fechas navideñas. Si no sabéis qué regalar, un libro es una buenísima opción, y este especialmente no creo que haya nadie al que pueda no gustarle.


viernes, 23 de noviembre de 2018

Mi lista aumenta

Muchos de los libros que están en mis listas de libros que quiero leer salen de las cuentas de instagram de estas dos chicas:

Loenlasnubes

Lorena es muy conocida en redes precisamente por su labor con los libros, a pesar de que su profesión es la medicina. Su blog, en el que publica bastante poco, me parece siempre interesante. Y de su IG muchas veces apunto recomendaciones; no todas, pero sí la mayoría.

imagen tomada del IG de Lorena


Queridajuliet

También es muy conocida en redes, creo que aún más que Lorena, pero yo la sigo desde hace menos tiempo. Sus recomendaciones son muy acertadas, y normalmente siempre encuentro interesantes los libros de los que habla, de una u otra manera.

fotografía tomada del IG de Marta

También sigo cuentas de varias editoriales y de otros aficionados a la lectura, o blogs de lectura, y de todo ello, sobre todo de gente a la que le han gustado los mismos libros que a mí, voy sacando conclusiones y voy apuntando libros.

Luego cuando entro en una librería, tanto real como virtual (Amazon o similares) lo primero que hago es mirar mis listas, que normalmente llevo en el teléfono móvil. Y a partir de ahí me dejo llevar por lo que me apetezca en ese momento.

Mis listas aumentan normalmente todas las semanas. Y muchas veces unos libros desbancan automáticamente a otros en los primeros puestos. En otras ocasiones elijo simplemente por disponibilidad, o porque mi momento vital coincide con un libro y no con otro.

Pero las listas siguen creciendo y creciendo, casi cada día. Y sé que nunca llegaré a terminar de tachar libros en ninguna de ellas. Afortunadamente, claro. Sería para mí muy extraño hoy por hoy terminar un libro y no tener en mente otros tres, cinco o no sé cuántos para leer los siguientes.

Entiendo que no podré leer nunca todo lo que quiero pero, mientras tanto, voy disfrutando del camino.

Ahora mi pregunta: ¿de dónde sacáis vuestras recomendaciones lectoras?

jueves, 22 de noviembre de 2018

Sinner

Hace ya algún tiempo vi la primera temporada de esta serie, y creo que me olvidé de hablar de ella por aquí. Y ahora que he visto la segunda, creo que hay motivo suficiente para dejar mi opinión en el blog.



Se trata de una serie breve, de Netflix, cuya primera temporada resultó bastante impactante y tuvo también relativo éxito, así que han estrenado la segundo en estos días.



En la primera entrega, una mujer comete un terrible crimen a ojos de todo el mundo y sin aparente sentido. Ella es una mujer anodina, que no parece esconder secretos y que realiza ese acto en un extraño arrebato que nada tiene que ver con el resto de su vida. A partir de ahí, un investigador realiza un exhaustivo proceso para encontrar la verdad.




La historia quedaba cerrada, así que en esta segunda temporada hay un nuevo crimen, bastante inexplicable también, y es el mismo investigador el que tiene que esclarecer los hechos. Si en la anterior era una mujer la asesina, ahora es un niño el que mata a sus padres. Los tres están de viaje y pasan la noche en un hotel. El niño los envenena a ambos sin ningún tipo de motivo aparente.





Creo que es una serie muy lograda, con una estructura muy parecida en ambas temporadas, en la que se mantiene la tensión y la intriga porque lo que parece en un principio va resultando algo diferente a medida que avanzan las pesquisas.

Es entretenida.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Si no quieres caldo...

...toma tres tazas.

Eso es algo que siempre decía mi abuela, que dice mi madre y que me descubro diciendo yo también de vez en cuando.

Resulta que os hablé hace días de uno de mis alumnos y de su problemática. Y no, no ha mejorado, para nada. Esto se va a ir complicando a medida que avance el curso. Eso o una expulsión detrás de otras. Pero son alumnos menores de dieciséis, y tienen derecho a la educación, y obligación de asistir a clase. Así que es un problema de difícil solución.

Hoy os cuento, muy brevemente, que en la misma clase tengo un caso peor. Un alumno con la inteligencia, al menos por lo que parece, normal, y que es un mal bicho.



Pocas veces, muy pocas, he pensado que un alumno fuera malo, que fuera mala persona. Creo que todos somos fruto de nuestras circunstancias y que a veces actuamos movidos por determinados factores que los demás puede que no entiendan pero maldad, maldad así sin más, me resulta difícil verla en chicos tan jóvenes.

Pues tengo que decir que este chico, por lo que le conozco hasta ahora, y ya va siendo demasiado, es malo, actúa con maldad y con la intención de reírse de los demás, de quedar por encima de ellos. Y si el otro es un profesor, tanto mejor.

Sus calificativos hacia sus compañeros siempre son despectivos, o directamente insultos. Y su expresión en clase es de perdonarte la vida. Desde el primer día ha estado tirando de la cuerda conmigo, y con todos. No saca nada de la mochila. Yo soy muy suave normalmente, y eso le fastidica porque le saca de su terreno:

- Por favor, puedes sacar los apuntes y el cuaderno...

- Ah, sí, coño, joder, mecaguentaputa.

Siempre así, pero mirándote como provocando. Así que sigo mi táctica de siempre. No le dejo decir tacos en clase, como a nadie, y si los dice le llamo la atención, también muy bajito y suave, nunca me pongo a su nivel.



El otro día su tutor se cogió un par de días libres porque operaban a su mujer de un cáncer de pecho. El hombre se lo dijo con toda la inocencia del mundo a su clase. Y este empezó a soltar barbaridades por esa boquita que no voy a reproducir. Pero empezó por: qué quieres, un pin, una chapa...  por mí ojalá que no vuelvas, viejo. O sea que ella tiene un cáncer de esos y el que estás calvo eres tú. Y la cosa fue subiendo de tono que no os lo podéis imaginar.

El hombre se marchó sin tomar ninguna medida contra él (bastante tenía con sus cosas) pero los chicos me lo contaron la hora siguiente. Y le dije que era un sinvergüenza y una mala persona. Obré mal, lo sé. No podemos pedir a los chicos que no insulten y hacerlo nosotros como profesores, pero en ese momento solo me faltó llorar, porque mi compañero llevaba diez días llorando por las esquinas, literalmente, y no se merecía lo que este chico le dijo. Nadie se merece nada parecido.

El caso es que se ha quejado de mí. La jefe de estudios le ha dicho que su actitud, lo que llevamos viendo de él desde que le conocemos, nos hace pensar a todos que sí es un sinvergüenza, algo que ¡ojo!, él acepta sin despeinarse. Pero que le haya llamado mala persona le parece fatal porque no le conozco.



Total que las cosas se han puesto mucho peor de lo que estaban, y la cuerda sigue tensándose.

(sé que me lo vais a preguntar: qué medidas se han tomado con este acto? Está en proceso. Yo propuse que, al ser ya su tercera falta grave, optásemos por un expediente disciplinario y una expulsión. Pero de momento no ha pasado nada, y alargar los procesos es algo que se nos da tan bien que cuando llegan las medidas uno no sabe ya ni por qué se tomaron)

Ahora ha decidido no hacer nada de nada. Ni siquiera disimular. Así que les digo que tienen examen. Les doy las preguntas. Las hacemos en clase, repasamos, les dejo tiempo para estudiar y luego al día siguiente deja el examen en blanco.



Por tanto, y hasta nuevo aviso, les repito el examen, el mismo examen, todos los días a la hora del recreo hasta que tengan a bien estudiarlo y escribirlo en la hoja de examen. Entonces podrán salir. El susodicho dice que me quedaré sin recreo hasta junio. Le contesté que no había problema, que era él el que se iba a quedar sin recreo hasta junio.

Ha vuelto a quejarse de mí. Dice que tengo derecho a suspenderle si no hace nada pero no a dejarle sin recreo, que eso no lo puedo hacer.

Sus otros dos compañeros de castigo de recreo han aprobado ya. Bueno, en realidad uno ayer aprobó y otro creo que lo hará hoy porque ayer se pasó el recreo estudiando. Y me quedará solo él, si no recula.

Por tanto, como podéis imaginar, este trimestre está siendo de lo más entretenido y me espera un curso muy difícil. Pero para eso estoy. ¿Quién dijo que iba a ser fácil?

martes, 20 de noviembre de 2018

Esperando a Mister Bojangles

Otro de esos libros de mi eterna lista de pendientes, que no sé exactamente dónde vi y que tenía apuntado hace tiempo. Le tocó el turno en el tren el viernes, y me pareció una lectura deliciosa para empezar un fin de semana que fue maravilloso, como siempre que veo a mis kiwis favoritas.



Título: Esperando a mister Bojangles
Autor: Olivier Bourdeaut
Editorial: Salamandra

Se trata de la primera novela del escritor francés Olivier Bourdeaut, que se publicó en nuestro país el año pasado, y que escribió en tan solo siete semanas durante una estancia en España, en Altea, donde pasaba una temporada entonces y reside en la actualidad.

Es una historia hermosa e indescriptible. Hay que leerla para entenderla, y para disfrutarla. Los padres del protagonista se aman con locura y se pasan la vida bailando esta canción de Nina Simone.



Todo es como un cuento en esa familia. Pero es un cuento al que miras desde fuera sabiendo que no puede estar pasando, que algo chirría o que algo malo puede pasar en cualquier momento.

Un libro que se me ha quedado dentro, que terminé emocionada y que tardaré mucho en apartar de mi mente.

Se está realizando una adaptación al cine de esta novela, que fue un éxito en Francia, lo cual me sorprende muy poco, porque es maravillosa. Va directa a mis favoritos del año.

lunes, 19 de noviembre de 2018

La alfombra

Yo tenía una alfombra negra... (leer con el tono de en Memorias de África, cuando dice: Yo tenía una granja en África, a los pies de las colinas...)



La alfombra era de Ikea, nada del otro mundo, ni muy cara ni especialmente buena, pero la dichosa alfombra ha sobrevivido durante todos los años que tiene mi casa, que son los años que tiene mi hijo mayor, diecisiete ya, y estaba en buen estado.

Hasta que hace un año la chica que limpia en casa empezó a decir que no había forma de limpiar la puñetera alfombra, negra, con los pelos de los gatos, blancos. Y que si era posible que la cambiáramos.



Dos veces hemos intentado buscar una alfombra que nos gustara tanto como la que teníamos, y no había forma. Una de esas veces hemos ido a Ikea específicamente a buscar la alfombra (y no hay ninguno en mi ciudad). Pero es cierto que los pelos de los gatos (que tienen la manía de pasarse las tardes tumbados en la alfombra, dejando en ella todos los pelos que pueden, como si quisieran que nos deshiciéramos de una vez de ella) cada vez eran más difíciles de arrancar de la alfombra. Así que el otro día me decidí a quitarla.

La enrollé y la saqué a la terraza. Y luego empezaron las quejas de todos. Que dónde está la alfombra, que si con lo bonita que es, que si yo sin alfombra no lo veo, que mejor que la deje donde estaba... me han dado mucha guerra todos, con una pena terrible porque me deshiciera de la dichosa alfombra. Incluso los gatos han estado maullando alrededor de donde estaba la alfombra a ratos los primeros días. Pero me he mantenido impasible a sus quejas.



De momento no tenemos alfombra, aunque más pronto que tarde la reemplazaremos por otra. Y a mí también me da pena. Eso que no soy muy fan del apego a las cosas. Pero es que desde entonces, hace ya dos o tres semanas, entro en el salón y parece que me falta algo. Me siento a ver una película y no estoy tan cómoda como siempre, miro alrededor y sigo sintiendo como que no estoy cómoda. Y ayer cuando llegué a casa me encontré a mi hijo mayor tumbado en el sofá viendo la tele y lo primero que me dijo fue:

- Mamá, ¿no está raro el salón sin la alfombra?

Y me pregunto por qué a veces tenemos algo que no es que sea lo mejor del mundo, ni que pensemos que nos encanta, nos es muy útil o no podemos vivir sin ello, pero si lo sacamos de nuestra vida, parece que nos falta algo.


viernes, 16 de noviembre de 2018

Fin de semana de amigas

Hoy mismo, al terminar mi jornada laboral, salgo a disfrutar de un fin de semana de amigas. Y creo que lo estoy necesitando.



Siempre me apetece verlas y charlar de nuestras cosas. Y esta vez no iba a ser menos. Llevo días en modo "cuenta atrás" y ahora ya llegó el momento. Mientras escribo esto, algunas ya están viajando, otras lo haremos un poco más tarde. Pero nuestro objetivo es pasar unas horas juntas. Y disfrutar las unas de las otras. No es mucho pedir, ¿verdad?

jueves, 15 de noviembre de 2018

El resto de sus vidas

Vi este libro en una de esas lista de libros que debes leer. Y me llamó la atención lo que decían de él. Así que, de repente me vi con ganas de leerlo. Y lo he hecho en los últimos días.



Título: El resto de sus vidas
Autor: Jean-Paul Didierlaurent
Editorial: Seix Barral

Al comenzar, me pareció que se trataba de historias cortas, porque cada capítulo terminaba de una manera estupenda, como una historia que se cierra. Y cada uno lo protagonizaba un personaje. Además, como no suelo leer sinopsis ni nada parecido, no sabía lo que me iba a encontrar. Poco a poco, los personajes se iban repitiendo en distintas historias, hasta lograr unificarlos a todos en una trama muy tierna y emotiva.

Está escrito en un lenguaje muy sencillo, sin florituras y sin que parezca que sobre ni una palabra. Me ha gustado muchísimo.

Hace un tiempo, no sé decir cuánto, circuló mucho por las redes uno de los libros de este mismo autor, este:



Y a mí, no sé si por esa extraña portada o por qué, me apeteció en su momento leerlo. Pero luego me olvidé de él, y creo que no lo apunté en ninguna de mis listas de libros que quiero leer. Hasta ahora, que lo apunto y creo que no tardaré mucho en repetir con el mismo escritor.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Quiero que acabe el curso ya

Hace tan solo unos días os hablaba de mis alumnos de este curso. Hoy estoy bastante desesperada.

Uno de ellos no deja de molestar en clase, de manera sistemática se enfrenta a sus profesores y deja muy claro que no quiere hacer nada y que va a seguir haciendo lo que quiere. Me da pena (a ratos) porque se trata de una defensa. Muchas veces no lo pensamos, pero algunos chicos que no quieren hacer nada y hacen el tonto para que sus compañeros se rían son chicos con dificultades de aprendizaje que no quieren que los demás vean que las tienen. Es el caso de este chico, que no hace casi nada porque no quiere que los compañeros sepan que no sabe hacerlo, o que no lo entiende. Y cuando hace algo no quiere mostrarlo, ni leerlo ni nada de nada porque teme equivocarse delante de los demás. Su posición es la del chulito de la clase y trabajar, estar atento y molestarse rompería con ese papel que se ha creado.



Una de las frases que más estoy oyendo de mis alumnos, de dos de ellos, es: "Yo soy así". Es la excusa perfecta para todo. Si no hacen caso, no es nada personal, es que ellos son así. Si se ríen por todo, es porque son así. Si molestan a los demás, son así. Si insultan, faltan al respeto, es porque es su maravillosa forma de ser la que les impulsa a ser como son.

Sé que es muy difícil pero con este chico estoy intentando romper esa dinámica. Tiene muy pocos compañeros. Y todos (excepto el otro, que es un caso peor) hacen algo, están más o menos a lo que les explico, participan, hacen los ejercicios y los corrigen... llevan una dinámica de trabajo, pequeña pero la llevan. Estoy intentando hacer razonar a este de que a lo mejor él "es así" pero también puede ser de otra forma. Porque la actual no le funciona. Acumula partes de amonestación por escrito, tiene dos castigos pendientes y en breve van a enviarle unos días a casa. Todo eso, que se está ganando a pulso, hará que aún sea más difícil su adaptación al aula, a dinámicas de trabajo, y que cada día el agujero que tiene que saltar para comprender algo sea más grande.



Ayer este alumno se peleó a la entrada con otro alumno. Una hora estuvimos con los dos intentando razonarles el motivo por el cual se pegaron, que era una tontería, pero entre los dos no creo que sacáramos nada en limpio. Y es algo que tiene pinta de volver a repetirse. Demostrar tu superioridad ante los demás por la fuerza a veces es el último recurso que te queda para relacionarte.

Una anécdota. Este alumno es grandote, y está fuerte. Pues bien. El otro día en el patio llovía bastante y se pasó la media hora del recreo empujando a sus compañeros hacia la zona sin techo para que se mojaran. Algunos se enfadaban, otros simplemente se reían, a alguno le llegó a tirar al suelo del empujón... Tuve que meterle dentro, pero habría sido mucho mejor llevarlo al medio del patio a que fuera él el que se mojara.



No sé qué hacer con él. No responde a nada que yo intente, no parece entenderme cuando razono con él, y si se pone bruto o insulta tengo que tomar medidas disciplinarias. No encuentro la forma de que lleguemos a un trato, a un entendimiento. Y ya estamos a unas alturas de trimestre en que empiezo a desesperarme.

Ah, y este no es el peor. Con otro estoy tan cabreada que hoy no tengo ganas de hablar de él.

martes, 13 de noviembre de 2018

The bodyguard

No sabía muy bien qué me iba a encontrar en esta breve serie, pero le di una oportunidad al primer capítulo y los demás vinieron seguidos, porque es bastante emocionante y mantiene la intriga hasta el final.



Es cierto que el actor protagonista, Richard Madden (Robb Stark en Juego de Tronos) es, a veces, bastante inexpresivo, y es de la escuela de muchos jóvenes actores españoles, de los que habla entre dientes. Pero la trama me enganchó y tardé muy poco en terminarla.



Un policía veterano de guerra es nombrado escolta de una ministra cuyas ideas políticas no comulgan con las suyas, pero a la que tendrá el deber de proteger en todo momento.

Se trata de una serie de la BBC que, según he leído, ha tenido mucho éxito entre el público británico. Y me parece un buen producto. Correcto. Sin más.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Películas antiguas

Tanto como antiguas, pues la verdad es que no. Pero últimamente el poco cine que veo son películas que ya he visto o películas que tenía ganas de ver desde hace tiempo. Entre ellas están las que os traigo hoy:



Lalaland. Una peli que me gustó mucho en su momento, no hace tanto, y que ahora he podido volver a ver en casa tranquilamente. Lo mejor: la banda sonora. Mi niño y yo somos muy aficionados al cine musical, así que nos decidimos a ver la película por segunda vez.



Regreso al futuro: llevaba tiempo queriendo verla con el peque, pero fue el mayor el que se decidió a ponerla uno de estos fines de semana, y la vimos los tres. Al pequeño le daba pereza, pensaba que no le iba a gustar, que era muy antigua. Nos encantó. Un clásico.



Los miserables. Más cine musical. Y es que esta película tiene algunas escenas que son una maravilla.



La bella y la bestia. La nueva versión del clásico de Disney nos gustó mucho en su momento y que ayer mismo por la tarde hemos vuelto a ver en casa. Preciosa.




Expiación. Sí, parece mentira que aún no hubiera visto esta película, y tengo que reconocer que me puse hace tiempo y la dejé. Pero ahora, al segundo intento, la he visto, la he disfrutado mucho y me ha encantado.



Lo que queda del día. Otra de esas películas clásicas que no sé por qué no había visto aún. En realidad, quería leer antes el libro, pero no me decidía ni a lo uno ni a lo otro y hace unos días pensé que iba a ver la película y ya si me quedaban ganas, leería el libro cuando fuese. Me ha gustado muchísimo. Una obra maestra.

Eso es todo, de momento, aunque sigo viendo alguna película de vez en cuando, a mi ritmo, que en estos tiempos es muy lento para todo.