Empecé el mes con Una arruga en el tiempo, porque tenía prisa por leerlo antes de ver la película. Es una lectura entretenida, muy apropiada para chicos de diez años en adelante, e incluso un poco más pequeños.
Después me llegó un libro viajero del que no puedo hablar hasta que no pase por todas, pero que me gustó mucho y devoré en poco tiempo. Y luego otro libro viajero, del que tampoco puedo decir ni una palabra de momento.
A continuación, por volumen más que otra cosa, me dispuse a leer En Grand Central Station me senté y lloré, una novela que no lo es para nada y que me alucinó, tanto que aún pienso en ella y no sé si no será una de mis pocas relecturas.
Lo siguiente, me propuse, como hago de vez en cuando, eliminar alguno de los libros que se acumulan sin leer en mi mesita. Y me decidí por Farándula, de Marta Sanz. Pero ni siquiera la he empezado, porque he leído muy poco este mes, y lo tengo esperando su turno.
Lo que sí leí en ratos de espera y demás fue, en digital, un libro que me llamaba mucho la atención desde hace tiempo: Los peligros de fumar en la cama. Otra vez un libro de relatos. Estás cambiando, Ro, a ti que nunca te han gustado los relatos...
Y después otro del que aún no os he hablado, pero que me ha gustado mucho. La puerta de Magda Szabó. Un libro muy interesante y diferente.
Ahora mismo me debato entre Farándula y empezar la saga tan conocida de Lorenzo Silva, del que no he leído nada.
Mientras, mi peque ha estado leyendo Wonder.
Le gustó tanto la película que se ha decidido a leer el libro y le está encantando. Mi madre también lo está leyendo en estos días.
Y mi chico mayor, un par de recomendaciones de su madre:
Estupor y temblores
Esta historia, de Baricco.
Y eso es todo. Este mes no se me ha dado bien la cosa. He leído poco, porque los libros escogidos son todos breves. Pero finalmente han sido seis libros, así que no puedo quejarme.
Contadme alguna lectura o recomendadme algo, anda...
viernes, 30 de marzo de 2018
jueves, 29 de marzo de 2018
Los peligros de fumar en la cama
Lo he vuelto a hacer: he leído un libro de relatos. No es mi género, ya lo he dicho por aquí muchas veces, pero esta vez he acertado de pleno.
Título: Los peligros de fumar en la cama
Autora: Mariana Enríquez
Editorial: Anagrama
Se trata de una serie de relatos con mucha fuerza, muy bien construidos, que me han gustado mucho. Algunos más que otros, claro, pero me han parecido todos muy buenos. Esta autora tiene una capacidad asombrosa para dibujar personajes con unas pocas pinceladas y te los crees rotundamente desde la primera página.
No sé si podría clasificarse este libro como "de terror" pero sí que son historias inquietantes, perturbadoras en muchos casos y en algunos, escalofriantes. Hacía tiempo que no me encontraba (o reencontraba) con este género, que me gusta mucho. Y ha sido un verdadero placer leer a esta autora, con la que repetiré sin duda.
Título: Los peligros de fumar en la cama
Autora: Mariana Enríquez
Editorial: Anagrama
Se trata de una serie de relatos con mucha fuerza, muy bien construidos, que me han gustado mucho. Algunos más que otros, claro, pero me han parecido todos muy buenos. Esta autora tiene una capacidad asombrosa para dibujar personajes con unas pocas pinceladas y te los crees rotundamente desde la primera página.
No sé si podría clasificarse este libro como "de terror" pero sí que son historias inquietantes, perturbadoras en muchos casos y en algunos, escalofriantes. Hacía tiempo que no me encontraba (o reencontraba) con este género, que me gusta mucho. Y ha sido un verdadero placer leer a esta autora, con la que repetiré sin duda.
miércoles, 28 de marzo de 2018
Llegan las vacaciones
Sin tiempo de nada, con un cansancio que no es ni medio normal, hoy termina el trimestre y por fin, en unas horas, estoy de vacaciones. Unas vacaciones en las que tengo pequeños planes pero cuyo principal fin será descansar.
Si también vais a tener unos días libres, os deseo que los disfrutéis mucho. Si no es así, tendremos que buscar algo para consolarnos. Yo seguiré por aquí estos días, con mucho más tiempo para contaros cosas.
Si también vais a tener unos días libres, os deseo que los disfrutéis mucho. Si no es así, tendremos que buscar algo para consolarnos. Yo seguiré por aquí estos días, con mucho más tiempo para contaros cosas.
martes, 27 de marzo de 2018
Algunas dificultades 2
Ayer os hablaba de dos de mis alumnos. Hoy quería seguir con el tema, y así cerrar el trimestre. Así que me vais a perdonar, pero continúo con lo mismo.
En mi tutoría tengo un alumno tuvo un accidente hace un par de años. Le atropelló un coche y se salvó de milagro. Pero está sufriendo desde entonces secuelas. Lleva varias operaciones en las piernas y no ha podido volver a jugar al fútbol o a correr, algo que puede parecer poco importante después de estar al borde de la muerte pero que para él sí lo es. Ahora ha empezado con mareos y no viene a clase porque se siente inestable. Cree todo el tiempo que se va a desmayar. Estamos muy preocupados porque no ven nada físico evidente y creemos que está somatizando sus problemas. No sé, no sé nada de estas cosas, pero la última vez que le vimos fue a principios de febrero, llevaba en la primera evaluación todo aprobado y ahora todo suspenso. Lo académico va en segundo plano, por supuesto, pero me da muchísima pena que pierda el curso, además de todo lo que ya tiene.
Os hablaré también de mi alumno enchufado de este año y del pasado, un chico muy inquieto y despierto pero que en su casa han dado de lado desde hace muchos años. Su madre no quiso venir al centro el curso pasado ni este, ni siquiera cuando hice una reunión para llevarlos de excursión. Dice, al menos eso cuenta su hijo, que está harta de oír cosas malas del niño. No asiste a ninguna reunión ni coge el teléfono. El curso pasado el chaval se puso malo y día y tuvimos que llamar al padre al trabajo porque su madre no contesta si es el número del instituto. Sí, tal cual. El caso es que mi alumno tiene algunas dificultades, pero las principales son que nunca en su casa le han atendido. Es un claro caso de hiperactividad pero, por supuesto, no está diagnosticado. Tiene una imaginación desbordante y es plenamente creativo. Pero nada de esto se ha desarrollado ni en casa ni en la escuela, porque siempre ha sido el impulsivo, el que no se calla, el que habla a gritos, el chaval que se pasa las clases en el pasillo.
A veces te crispa los nervios. Y comprendo que su madre esté sobrepasada. Bueno, no lo comprendo. Porque lo que hace es mandarle a la calle nada más comer y que no vuelva hasta la hora de cenar y dormir, que en casa revuelve mucho y da guerra. Y el chico tiene carencias académicas graves. Por ejemplo, a principios del curso pasado todavía silabeaba al leer, y leía con dificultad y sin comprender nada. Eso ha mejorado a base de paciencia, suya y mía, porque el año pasado leyó todos y cada uno de los días en voz alta en clase y después me contaba lo que había leído. También escribe bastante mal y su ortografía es espantosa. Pero va mejorando y eso es gracias al cariño y los ánimos que le doy. El curso pasado la primera vez que le dije algo bueno se quedó impactado. Me dijo que nunca un profesor había dicho nada bueno de él. Y eso creo que nos lo teníamos que mirar. Todos.
Por supuesto que este chico, quizá el más gracioso y simpático que tengo, va en tándem con otro, también muy simpático, buen chico y que en su casa han dado también por perdido. En este caso creo que es menos grave que el de su amigo, pero quizá por un lado lo es más, porque este chico tiene unas capacidades bastante altas, y habría sido brillante si no estuviera tan abandonado.
Bueno, lo dejo. Ya sabéis el panorama con el que trabajo, porque todos mis alumnos tienen dificultades. Si no, no estarían en mis manos. Ahora bien, intento sacar de ellos todo lo que puedo, y por eso a veces estoy tan frustrada y por eso estoy siempre cansada; porque salgo de clase como si me hubiera estado peleando con ellos durante horas.
En mi tutoría tengo un alumno tuvo un accidente hace un par de años. Le atropelló un coche y se salvó de milagro. Pero está sufriendo desde entonces secuelas. Lleva varias operaciones en las piernas y no ha podido volver a jugar al fútbol o a correr, algo que puede parecer poco importante después de estar al borde de la muerte pero que para él sí lo es. Ahora ha empezado con mareos y no viene a clase porque se siente inestable. Cree todo el tiempo que se va a desmayar. Estamos muy preocupados porque no ven nada físico evidente y creemos que está somatizando sus problemas. No sé, no sé nada de estas cosas, pero la última vez que le vimos fue a principios de febrero, llevaba en la primera evaluación todo aprobado y ahora todo suspenso. Lo académico va en segundo plano, por supuesto, pero me da muchísima pena que pierda el curso, además de todo lo que ya tiene.
Os hablaré también de mi alumno enchufado de este año y del pasado, un chico muy inquieto y despierto pero que en su casa han dado de lado desde hace muchos años. Su madre no quiso venir al centro el curso pasado ni este, ni siquiera cuando hice una reunión para llevarlos de excursión. Dice, al menos eso cuenta su hijo, que está harta de oír cosas malas del niño. No asiste a ninguna reunión ni coge el teléfono. El curso pasado el chaval se puso malo y día y tuvimos que llamar al padre al trabajo porque su madre no contesta si es el número del instituto. Sí, tal cual. El caso es que mi alumno tiene algunas dificultades, pero las principales son que nunca en su casa le han atendido. Es un claro caso de hiperactividad pero, por supuesto, no está diagnosticado. Tiene una imaginación desbordante y es plenamente creativo. Pero nada de esto se ha desarrollado ni en casa ni en la escuela, porque siempre ha sido el impulsivo, el que no se calla, el que habla a gritos, el chaval que se pasa las clases en el pasillo.
A veces te crispa los nervios. Y comprendo que su madre esté sobrepasada. Bueno, no lo comprendo. Porque lo que hace es mandarle a la calle nada más comer y que no vuelva hasta la hora de cenar y dormir, que en casa revuelve mucho y da guerra. Y el chico tiene carencias académicas graves. Por ejemplo, a principios del curso pasado todavía silabeaba al leer, y leía con dificultad y sin comprender nada. Eso ha mejorado a base de paciencia, suya y mía, porque el año pasado leyó todos y cada uno de los días en voz alta en clase y después me contaba lo que había leído. También escribe bastante mal y su ortografía es espantosa. Pero va mejorando y eso es gracias al cariño y los ánimos que le doy. El curso pasado la primera vez que le dije algo bueno se quedó impactado. Me dijo que nunca un profesor había dicho nada bueno de él. Y eso creo que nos lo teníamos que mirar. Todos.
Por supuesto que este chico, quizá el más gracioso y simpático que tengo, va en tándem con otro, también muy simpático, buen chico y que en su casa han dado también por perdido. En este caso creo que es menos grave que el de su amigo, pero quizá por un lado lo es más, porque este chico tiene unas capacidades bastante altas, y habría sido brillante si no estuviera tan abandonado.
Bueno, lo dejo. Ya sabéis el panorama con el que trabajo, porque todos mis alumnos tienen dificultades. Si no, no estarían en mis manos. Ahora bien, intento sacar de ellos todo lo que puedo, y por eso a veces estoy tan frustrada y por eso estoy siempre cansada; porque salgo de clase como si me hubiera estado peleando con ellos durante horas.
lunes, 26 de marzo de 2018
Algunas dificultades
Para terminar el trimestre, voy a contar por aquí algunas de las dificultades a las que nos hemos enfrentado en estos últimos tres meses, o dos meses y pico.
Una alumna tuvo un problema de autolesiones, o quizá solo de llamar la atención, pero el caso es que ha empezado hace poco un tratamiento para la depresión que le han diagnosticado y que yo sin ser médico creo que es bastante real. Espero que le vaya muy bien. Su abuela me cuenta día a día cómo va y está agradecida de que llamara la atención sobre el problema. Además de eso, sobre todo se siente culpable, porque piensa que tenía que haberlo hecho de otro modo con la niña. Ella no es su madre, le insisto. Pero se siente responsable de los problemas de la niña como si lo fuera.
La niña es difícil. En estos días que hemos estado haciendo un proyecto en el que, por fin, se ha sentido implicada, me he dado cuenta de que pretende hacer siempre lo que quiere, lo primero que se le pasa por la cabeza, y piensa que sus ideas son infinitamente mejores que las de los demás. Con esas habilidades sociales escasas o nulas, lo tiene muy difícil.
Un alumno con un grave problema familiar. No sabemos el alcance de dicho problema, aunque yo sospecho que hay muchas más cosas de las que parecen. Está muy abandonado, hasta el punto de venir sin calcetines, por ejemplo, o con ropa de verano en plena nevada. Al principio de curso estaba contento e ilusionado, me contaba muchas cosas de su casa que a mí me mosqueaban bastante: madre que no quiere saber nada de él, padrastro con el que dice que discute pero que yo sospecho que son algo más que discusiones (lo tengo muy claro pero no tengo pruebas) y vive prácticamente en la calle.
Hemos llamado a los servicios sociales, aunque ya sabéis que no soy creyente en esas cosas. Vive en un pueblo de apenas cien habitantes, es la única familia extranjera del pueblo y en paro y su asistente social no sabía quién era. Ahí os lo dejo, a ver si lo asimiláis, porque yo miraba a la señora con los ojos como platos y no podía articular palabra.
Ahora ha empezado a faltar a clase. No viene y se junta con alumnos de su nacionalidad, muchos de ellos mayores y fuera del sistema escolar, y ha empezado a fumar porros. Esto me lo reconoció la semana pasada. Porque no os he contado que el niño es un encanto, cariñoso, bueno, muy inquieto pero educado y buen chico. Y que por momentos me dan ganas de llevármelo a casa conmigo.
Ah, y tampoco os he dicho que su tutora, que no soy yo, cuando le conté por primera vez (y por segunda, y por tercera) que la cosa iba mal, y lo triste que estaba su alumno, ella no lo veía, no apreciaba nada raro en él ni nada de nada. Vamos, que el que no quiere mirar, no ve. Llegó un día a preguntarle, delante de todos los demás: Dice Rosana que estás triste, ¿es verdad eso? Y, por supuesto, él le contestó que no. ¿Qué esperaba?
Vaya, parece que las dificultades de las que os iba a hablar eran un par de ellas, pero esto me iba a quedar larguísimo, así que voy a dividirlo en dos. Mañana sigo.
Una alumna tuvo un problema de autolesiones, o quizá solo de llamar la atención, pero el caso es que ha empezado hace poco un tratamiento para la depresión que le han diagnosticado y que yo sin ser médico creo que es bastante real. Espero que le vaya muy bien. Su abuela me cuenta día a día cómo va y está agradecida de que llamara la atención sobre el problema. Además de eso, sobre todo se siente culpable, porque piensa que tenía que haberlo hecho de otro modo con la niña. Ella no es su madre, le insisto. Pero se siente responsable de los problemas de la niña como si lo fuera.
La niña es difícil. En estos días que hemos estado haciendo un proyecto en el que, por fin, se ha sentido implicada, me he dado cuenta de que pretende hacer siempre lo que quiere, lo primero que se le pasa por la cabeza, y piensa que sus ideas son infinitamente mejores que las de los demás. Con esas habilidades sociales escasas o nulas, lo tiene muy difícil.
Un alumno con un grave problema familiar. No sabemos el alcance de dicho problema, aunque yo sospecho que hay muchas más cosas de las que parecen. Está muy abandonado, hasta el punto de venir sin calcetines, por ejemplo, o con ropa de verano en plena nevada. Al principio de curso estaba contento e ilusionado, me contaba muchas cosas de su casa que a mí me mosqueaban bastante: madre que no quiere saber nada de él, padrastro con el que dice que discute pero que yo sospecho que son algo más que discusiones (lo tengo muy claro pero no tengo pruebas) y vive prácticamente en la calle.
Hemos llamado a los servicios sociales, aunque ya sabéis que no soy creyente en esas cosas. Vive en un pueblo de apenas cien habitantes, es la única familia extranjera del pueblo y en paro y su asistente social no sabía quién era. Ahí os lo dejo, a ver si lo asimiláis, porque yo miraba a la señora con los ojos como platos y no podía articular palabra.
Ahora ha empezado a faltar a clase. No viene y se junta con alumnos de su nacionalidad, muchos de ellos mayores y fuera del sistema escolar, y ha empezado a fumar porros. Esto me lo reconoció la semana pasada. Porque no os he contado que el niño es un encanto, cariñoso, bueno, muy inquieto pero educado y buen chico. Y que por momentos me dan ganas de llevármelo a casa conmigo.
Ah, y tampoco os he dicho que su tutora, que no soy yo, cuando le conté por primera vez (y por segunda, y por tercera) que la cosa iba mal, y lo triste que estaba su alumno, ella no lo veía, no apreciaba nada raro en él ni nada de nada. Vamos, que el que no quiere mirar, no ve. Llegó un día a preguntarle, delante de todos los demás: Dice Rosana que estás triste, ¿es verdad eso? Y, por supuesto, él le contestó que no. ¿Qué esperaba?
Vaya, parece que las dificultades de las que os iba a hablar eran un par de ellas, pero esto me iba a quedar larguísimo, así que voy a dividirlo en dos. Mañana sigo.
domingo, 25 de marzo de 2018
Mi semana 12/52
Hoy se me han pegado las sábanas. Este cambio de hora me mata, de verdad que no puedo con él. Mi cuerpo se resiente y me temo que, con lo cansada que estoy terminando el trimestre, los tres días que quedan de clase voy a ir arrastrada. Pero solo son tres días. Bueno, en mi caso son dos, porque el miércoles hay programadas actividades para toda la mañana: conferencias, competiciones deportivas, una carrera solidaria... Es decir, que casi casi estamos de vacaciones. No me voy a quejar porque muchas personas no tienen vacaciones por estas fechas, y este año en Castilla y León tenemos las vacaciones que me gustan: toda la semana de Pascua sin trabajar. Aquí los hosteleros, las cofradías y muchos padres han puesto el grito en el cielo, como cada vez que las vacaciones no coinciden exactamente con toda la Semana Santa, pero a mí me encantan así.
El trimestre se me ha hecho duro, ya me lo habéis oído decir en las últimas semanas, y creo que más duro en casa que en el trabajo, pero todo ha contribuido, claro. Y es que mi hijo mayor se ha puesto las pilas este año y está estudiando mucho. Y cuando digo mucho digo todo el trimestre sin descanso. Quiere sacar buena media en el Bachillerato para estudiar lo que quiere y se está exigiendo mucho. Ayer y antes de ayer salió pero llevaba sin hacerlo desde carnaval, o más lejos. Y el pequeño en su línea. Si estoy con él, de una hora de trabajo puede aprovechar cuarenta minutos. Si no estoy pendiente, no llega a diez minutos reales. Antes no era consciente del todo de sus propias limitaciones y siempre protestaba porque yo le azuzo para que estudie o haga los deberes y le voy poniendo plazos cortos a lo largo de toda la tarde (en quince minutos estudias esta página, cinco minutos para subrayar esto...). Pero ahora es cada vez más consciente de que si le ayudo la tarde cunde mucho más y me pide que estudie con él.
Sí, sé lo que podéis decirme. Yo era de las madres que pensaba que nunca estudiaría con mis hijos, que ese era su trabajo y que tenían que hacerlo solos. Y con el mayor eso fue relativamente fácil. Pero cada uno somos como somos y el pequeño aún se organiza mal, muy mal. Así que voy a estar ahí, porque puedo, porque tengo las tardes libres, hasta que sea necesario. Por eso ya os conté que en enero dejé el gimnasio: tanto el yoga como el zumba, y hasta he dejado de salir a caminar. Unos kilos de más lo atestiguan, pero creo que las prioridades están muy claras.
Como os decía, nuestras ganas de vacaciones en esta casa son máximas. Prácticamente lo estamos: este fin de semana ha tocado salir y cine, y relax en casa viendo la tele, jugando a la play y no haciendo nada, que es algo que está muy bien. Además, el viernes lo celebramos yendo a un concierto benéfico de la música de las pelis de Harry Potter, algo que estuvo genial y disfrutamos mucho.
Estoy enganchada a las dos agujas, tejiendo sin parar mi primer jersey, y he calculado la lana tan mal que ahora mismo me toca hacer un pedido para poder terminarlo antes de que llegue la primavera y se quede sin estrenar. Esta tarde empezaré otra labor, estoy pensando en cuál, para no perder el ritmo.
En fin, creo que eso es todo de momento. Ah, sí, tenemos preparados un par de talleres para estos dos días con nuestros alumnos, ya que en mi centro era una costumbre muy arraigada que este año han decidido suprimir y no entiendo por qué. Así que mis chicos mañana van a hacer pan con sus manitas y también vamos a preparar un vivero de plantas aromáticas y semillas de pequeños productos para la cocina del instituto. Ya os contaré con detalle cómo sale la cosa.
(Las imágenes del post de hoy pertenecen al fotógrafo Philippe Halsman, absolutamente maravilloso)
El trimestre se me ha hecho duro, ya me lo habéis oído decir en las últimas semanas, y creo que más duro en casa que en el trabajo, pero todo ha contribuido, claro. Y es que mi hijo mayor se ha puesto las pilas este año y está estudiando mucho. Y cuando digo mucho digo todo el trimestre sin descanso. Quiere sacar buena media en el Bachillerato para estudiar lo que quiere y se está exigiendo mucho. Ayer y antes de ayer salió pero llevaba sin hacerlo desde carnaval, o más lejos. Y el pequeño en su línea. Si estoy con él, de una hora de trabajo puede aprovechar cuarenta minutos. Si no estoy pendiente, no llega a diez minutos reales. Antes no era consciente del todo de sus propias limitaciones y siempre protestaba porque yo le azuzo para que estudie o haga los deberes y le voy poniendo plazos cortos a lo largo de toda la tarde (en quince minutos estudias esta página, cinco minutos para subrayar esto...). Pero ahora es cada vez más consciente de que si le ayudo la tarde cunde mucho más y me pide que estudie con él.
Sí, sé lo que podéis decirme. Yo era de las madres que pensaba que nunca estudiaría con mis hijos, que ese era su trabajo y que tenían que hacerlo solos. Y con el mayor eso fue relativamente fácil. Pero cada uno somos como somos y el pequeño aún se organiza mal, muy mal. Así que voy a estar ahí, porque puedo, porque tengo las tardes libres, hasta que sea necesario. Por eso ya os conté que en enero dejé el gimnasio: tanto el yoga como el zumba, y hasta he dejado de salir a caminar. Unos kilos de más lo atestiguan, pero creo que las prioridades están muy claras.
Como os decía, nuestras ganas de vacaciones en esta casa son máximas. Prácticamente lo estamos: este fin de semana ha tocado salir y cine, y relax en casa viendo la tele, jugando a la play y no haciendo nada, que es algo que está muy bien. Además, el viernes lo celebramos yendo a un concierto benéfico de la música de las pelis de Harry Potter, algo que estuvo genial y disfrutamos mucho.
Estoy enganchada a las dos agujas, tejiendo sin parar mi primer jersey, y he calculado la lana tan mal que ahora mismo me toca hacer un pedido para poder terminarlo antes de que llegue la primavera y se quede sin estrenar. Esta tarde empezaré otra labor, estoy pensando en cuál, para no perder el ritmo.
En fin, creo que eso es todo de momento. Ah, sí, tenemos preparados un par de talleres para estos dos días con nuestros alumnos, ya que en mi centro era una costumbre muy arraigada que este año han decidido suprimir y no entiendo por qué. Así que mis chicos mañana van a hacer pan con sus manitas y también vamos a preparar un vivero de plantas aromáticas y semillas de pequeños productos para la cocina del instituto. Ya os contaré con detalle cómo sale la cosa.
(Las imágenes del post de hoy pertenecen al fotógrafo Philippe Halsman, absolutamente maravilloso)
viernes, 23 de marzo de 2018
¿Qué estamos haciendo en clase? (6)
Termina el trimestre. En nuestro caso no acaba hoy, sino el miércoles, pero la semana que viene será difícil hacer algo con los chicos así que he programado un taller con ellos del cual ya os hablaré. Como está siendo habitual en este curso, voy a contaros lo que hemos estado haciendo últimamente.
En tercero hemos estado preparando y rodando un vídeo. Se trataba de un concurso titulado "Entre iguales" y que aboga por la igualdad real entre hombres y mujeres. Este año el tema era "yo digo cero", y el cero que decimos es a la violencia machista, y al machismo en general.
La idea para el vídeo fue totalmente suya y para la realización solo me he permitido darles alguna idea, como simple sugerencia pero he dejado que lo hagan ellos a su manera. Han repartido tareas, uno ha sido el director del rodaje, otros se han encargado de la producción, es decir, de todas las cosas necesarias, otra la cámara,... Y finalmente un grupo de ellos decidió ponerle al vídeo su propia música. Puede parecer que en este tipo de trabajos se pierde tiempo real de clase, pero creo que en este caso hemos ganado mucho: por un lado, la conciencia de las pequeñas cosas que hacemos todos y que constituyen machismos (micro machismos, ya sabéis); pero en cuanto a lo curricular, han estado entre todos escribiendo versos para el rap, midiendo, buscando rimas, localizando cuánto podía o no durar un estribillo y cómo tenía que ser... han escrito el guion de lo que iban a rodar, han organizado los materiales que debían utilizar... y luego han editado el vídeo y la música, algo que creo que también es un aprendizaje importante hoy en día.
El resultado ha estado bien. No es espectacular, pero me parece que no está nada mal. Ya os lo enseñaré porque participamos en un concurso y probablemente os pida vuestro voto si os gusta.
Además de eso, hemos estado hablando un poco de economía, de cuáles son los agentes económicos y los tipos de economía, los fallos del sistema capitalista y cómo podemos paliarlos. Han sido clases de debate, en las que ellos se muestran interesados por estas cuestiones, porque desconocen del todo temas como, no sé, por ejemplo, lo que nos retienen de impuestos de las nóminas, cómo funciona la seguridad social o de dónde sale el dinero de las jubilaciones.
Ha estado interesante y después he decidido montar un minimundo, una especie de monopoly, salvando las distancias, en el que cada uno representaba a un colectivo: los obreros de una fábrica, el dueño, los políticos, los sindicatos, la gente que vive en una ciudad... y existe un problema en la fábrica que entre todos tienen que solucionar. Ha sido divertido e interesante que todos se pongan en el lugar de otros y que sientan que no todo es tan fácil como nos parece a veces desde fuera.
En segundo hemos seguido con los posters o murales explicativos de todos los temas. Les ayudan a entenderlos mejor, porque les cuesta mucho. Y hacer los esquemas entre todos está abriendo sus mentes. Además, llevamos todo el trimestre trabajando tipos de textos y finalmente hicimos el trabajo: escribir un texto entre todos en el que cada uno aportara una cosa y que fuera sentido como "de todos". Todos son seis alumnos, así que la labor no era tan difícil. Ha costado un montón, sobre todo con un par de alumnos cuya imaginación está atrofiada y solo piensan en fútbol, así que Cristiano Ronaldo ha sido uno de nuestros personajes. Sí, no digáis nada.
También, como ya os conté, hemos estado con el mapa físico de España, que, en contra de mis pronósticos, les ha costado menos que el político. Y precisamente en estos últimos días vamos a hacerlo con plastilina. Deseadnos suerte.
En cuarto hemos dado caña a la sintaxis, no tanto como me gustaría, pero sí bastante. Hemos terminado la práctica de la oración simple, y dos de mis alumnos que el año pasado no la entendieron y este año parecía que tampoco han empezado a hacerlo bien. Eso es un pequeño triunfo para ellos. Aún así, una alumna es incapaz de llegar a comprender el mecanismo del análisis sintáctico y ya creo que no va a hacerlo, después de tantas horas dedicadas. En el último trimestre vamos a trabajar la oración compuesta hasta donde lleguemos, porque creo que si hacen bien las simples, ya me puedo dar por satisfecha.
También hemos terminado la literatura correspondiente al periodo hasta la guerra civil, y en estos días incluso hemos empezado con la época de la dictadura. Y están interesados en que les cuente cosas, justo hasta que tienen que ponerse a estudiar; ahí todo empieza a fallar.
Creo que eso es todo. Ya la semana que viene os cuento un poco de los resultados, pero ya os adelanto que hay pocos cambios respecto a la pasada evaluación. Las cosas siguen igual, y eso no está mal en este caso.
En tercero hemos estado preparando y rodando un vídeo. Se trataba de un concurso titulado "Entre iguales" y que aboga por la igualdad real entre hombres y mujeres. Este año el tema era "yo digo cero", y el cero que decimos es a la violencia machista, y al machismo en general.
La idea para el vídeo fue totalmente suya y para la realización solo me he permitido darles alguna idea, como simple sugerencia pero he dejado que lo hagan ellos a su manera. Han repartido tareas, uno ha sido el director del rodaje, otros se han encargado de la producción, es decir, de todas las cosas necesarias, otra la cámara,... Y finalmente un grupo de ellos decidió ponerle al vídeo su propia música. Puede parecer que en este tipo de trabajos se pierde tiempo real de clase, pero creo que en este caso hemos ganado mucho: por un lado, la conciencia de las pequeñas cosas que hacemos todos y que constituyen machismos (micro machismos, ya sabéis); pero en cuanto a lo curricular, han estado entre todos escribiendo versos para el rap, midiendo, buscando rimas, localizando cuánto podía o no durar un estribillo y cómo tenía que ser... han escrito el guion de lo que iban a rodar, han organizado los materiales que debían utilizar... y luego han editado el vídeo y la música, algo que creo que también es un aprendizaje importante hoy en día.
El resultado ha estado bien. No es espectacular, pero me parece que no está nada mal. Ya os lo enseñaré porque participamos en un concurso y probablemente os pida vuestro voto si os gusta.
Además de eso, hemos estado hablando un poco de economía, de cuáles son los agentes económicos y los tipos de economía, los fallos del sistema capitalista y cómo podemos paliarlos. Han sido clases de debate, en las que ellos se muestran interesados por estas cuestiones, porque desconocen del todo temas como, no sé, por ejemplo, lo que nos retienen de impuestos de las nóminas, cómo funciona la seguridad social o de dónde sale el dinero de las jubilaciones.
Ha estado interesante y después he decidido montar un minimundo, una especie de monopoly, salvando las distancias, en el que cada uno representaba a un colectivo: los obreros de una fábrica, el dueño, los políticos, los sindicatos, la gente que vive en una ciudad... y existe un problema en la fábrica que entre todos tienen que solucionar. Ha sido divertido e interesante que todos se pongan en el lugar de otros y que sientan que no todo es tan fácil como nos parece a veces desde fuera.
En segundo hemos seguido con los posters o murales explicativos de todos los temas. Les ayudan a entenderlos mejor, porque les cuesta mucho. Y hacer los esquemas entre todos está abriendo sus mentes. Además, llevamos todo el trimestre trabajando tipos de textos y finalmente hicimos el trabajo: escribir un texto entre todos en el que cada uno aportara una cosa y que fuera sentido como "de todos". Todos son seis alumnos, así que la labor no era tan difícil. Ha costado un montón, sobre todo con un par de alumnos cuya imaginación está atrofiada y solo piensan en fútbol, así que Cristiano Ronaldo ha sido uno de nuestros personajes. Sí, no digáis nada.
También, como ya os conté, hemos estado con el mapa físico de España, que, en contra de mis pronósticos, les ha costado menos que el político. Y precisamente en estos últimos días vamos a hacerlo con plastilina. Deseadnos suerte.
En cuarto hemos dado caña a la sintaxis, no tanto como me gustaría, pero sí bastante. Hemos terminado la práctica de la oración simple, y dos de mis alumnos que el año pasado no la entendieron y este año parecía que tampoco han empezado a hacerlo bien. Eso es un pequeño triunfo para ellos. Aún así, una alumna es incapaz de llegar a comprender el mecanismo del análisis sintáctico y ya creo que no va a hacerlo, después de tantas horas dedicadas. En el último trimestre vamos a trabajar la oración compuesta hasta donde lleguemos, porque creo que si hacen bien las simples, ya me puedo dar por satisfecha.
También hemos terminado la literatura correspondiente al periodo hasta la guerra civil, y en estos días incluso hemos empezado con la época de la dictadura. Y están interesados en que les cuente cosas, justo hasta que tienen que ponerse a estudiar; ahí todo empieza a fallar.
Creo que eso es todo. Ya la semana que viene os cuento un poco de los resultados, pero ya os adelanto que hay pocos cambios respecto a la pasada evaluación. Las cosas siguen igual, y eso no está mal en este caso.
jueves, 22 de marzo de 2018
De viaje con alumnos
Creo que ya puedo contaros que este año me voy de viaje de nuevo con mis alumnos. No es definitivo aún, pero ayer salió la resolución provisional y nos lo han concedido.
No sé si alguno lo recuerda, pero el curso pasado, a finales de mayo, nos fuimos de ruta por Cataluña y Comunidad Valenciana, con todo pagado, excepto el viaje hasta allí. Fue un programa del Ministerio de educación que se llama Rutas científicas, artísticas y literarias y que fue para ellos una auténtica gozada.
Este año ese mismo programa salió en edición de otoño y nos apresuramos a pedirlo, aún sabiendo que era difícil que nos lo concedieran porque optan siempre delante los que no han ido en los últimos años. Luego hubo un problema de última hora en mi centro y al final no lo pedimos.
Peeeeeero, estaba pendiente de un par de cosas que salen en primavera: el Programa para la recuperación educativa de pueblos abandonados y los Centros medioambientales. Las solicitamos las dos y nos han concedido la primera.
Así que, si no pasa nada, a mediados de mayo nos vamos durante una semana a un pequeño pueblo de Huesca a vivir la aventura de realizar talleres y actividades en un lugar muy diferente a aquel en el que viven mis alumnos. Y otra vez con todo pagado, excepto el viaje hasta allí.
Esto lleva mucho trabajo antes, durante y después, pero estoy ilusionada, y la noticia me ha arreglado la semana, una semana en la que empecé arrastrándome y así sigo: no puedo más, necesito vacaciones urgentes. Pero ya va quedando poco.
Venga, podéis felicitarme.
No sé si alguno lo recuerda, pero el curso pasado, a finales de mayo, nos fuimos de ruta por Cataluña y Comunidad Valenciana, con todo pagado, excepto el viaje hasta allí. Fue un programa del Ministerio de educación que se llama Rutas científicas, artísticas y literarias y que fue para ellos una auténtica gozada.
Este año ese mismo programa salió en edición de otoño y nos apresuramos a pedirlo, aún sabiendo que era difícil que nos lo concedieran porque optan siempre delante los que no han ido en los últimos años. Luego hubo un problema de última hora en mi centro y al final no lo pedimos.
Peeeeeero, estaba pendiente de un par de cosas que salen en primavera: el Programa para la recuperación educativa de pueblos abandonados y los Centros medioambientales. Las solicitamos las dos y nos han concedido la primera.
Así que, si no pasa nada, a mediados de mayo nos vamos durante una semana a un pequeño pueblo de Huesca a vivir la aventura de realizar talleres y actividades en un lugar muy diferente a aquel en el que viven mis alumnos. Y otra vez con todo pagado, excepto el viaje hasta allí.
![]() |
| aquí es donde vamos, ¿qué os parece? |
Esto lleva mucho trabajo antes, durante y después, pero estoy ilusionada, y la noticia me ha arreglado la semana, una semana en la que empecé arrastrándome y así sigo: no puedo más, necesito vacaciones urgentes. Pero ya va quedando poco.
Venga, podéis felicitarme.
miércoles, 21 de marzo de 2018
Intemperie. Libro viajero
Me llegó este libro, si no recuerdo mal, alrededor de Navidades. Se trataba de un libro viajero de un grupo que somos el colmo del gafe, porque no acertamos casi con ningún libro. Llevamos una racha que se remonta al comienzo del grupo y que no ha mejorado más que esporádicamente para luego recaer.
Título: Intemperie
Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
El libro lo había leído hacía un tiempo, y ni siquiera lo había reseñado aquí porque me había resultado desagradable en extremo. No me gusta su estilo descarnado, su regodeo en lo escatológico, en los olores... En fin, que había decidido olvidarlo, pero vino de nuevo a mí, esta vez en forma de libro viajero, y tenía que leerlo.
Me ha vuelto a resultar desagradable, no he disfrutado ni un poquito de su lectura y se me ha hecho bola, a pesar de lo breve que es. No me gusta, y creo que eso no va a cambiar ya, a pesar de las buenísimas críticas que tiene, de que todo el mundo elogia al autor y la obra. Lo siento, no es mi estilo.
Título: Intemperie
Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
El libro lo había leído hacía un tiempo, y ni siquiera lo había reseñado aquí porque me había resultado desagradable en extremo. No me gusta su estilo descarnado, su regodeo en lo escatológico, en los olores... En fin, que había decidido olvidarlo, pero vino de nuevo a mí, esta vez en forma de libro viajero, y tenía que leerlo.
Me ha vuelto a resultar desagradable, no he disfrutado ni un poquito de su lectura y se me ha hecho bola, a pesar de lo breve que es. No me gusta, y creo que eso no va a cambiar ya, a pesar de las buenísimas críticas que tiene, de que todo el mundo elogia al autor y la obra. Lo siento, no es mi estilo.
martes, 20 de marzo de 2018
Algunas películas
Estoy viendo poquitas cosas en estos días, porque he estado muy ocupada. Espero que las vacaciones arreglen eso, porque tengo ganas de ir al cine y de ver alguna serie.
Las tres últimas películas que he visto son estas:
Título: Yo, Tonya
Director: Craig Gillespie
Empiezo por la última que he visto, una película que ha parecido buena, bien hecha, pero que no me ha emocionado, a pesar de que los personajes y lo que se cuenta quizá debería haberlo hecho. No me ha llegado, y me ha parecido excesivamente larga, como todas en los últimos tiempos.
Título: Buscando a Dory
Estudio: Disney Pixar
Hace un par de semanas, un sábado por la tarde, nos decidimos a ver esta peli. No encontrábamos nada que ver y fue el peque el que pensó en ella, y como últimamente ya no quiere ver dibujos tanto como antes, le tomé la palabra enseguida.
Nemo fue una de las pelis de la infancia de mis hijos, de esas que ponen en bucle una y otra vez. Así que me apetecía ver a Dory de nuevo. Y no me defraudó. Entretenida.
Título: El secreto de Marrowbone
Director: Sergio G. Sánchez
Tenía unas ganas locas de ver esta película, y por fin le ha llegado el turno. Y no me ha decepcionado en absoluto. Una película "de miedo" de las que me gustan, con intriga, con situaciones extrañas, pero sin sangre y vísceras. Sorprendentemente buena.
Las tres últimas películas que he visto son estas:
Título: Yo, Tonya
Director: Craig Gillespie
Empiezo por la última que he visto, una película que ha parecido buena, bien hecha, pero que no me ha emocionado, a pesar de que los personajes y lo que se cuenta quizá debería haberlo hecho. No me ha llegado, y me ha parecido excesivamente larga, como todas en los últimos tiempos.
Título: Buscando a Dory
Estudio: Disney Pixar
Hace un par de semanas, un sábado por la tarde, nos decidimos a ver esta peli. No encontrábamos nada que ver y fue el peque el que pensó en ella, y como últimamente ya no quiere ver dibujos tanto como antes, le tomé la palabra enseguida.
Nemo fue una de las pelis de la infancia de mis hijos, de esas que ponen en bucle una y otra vez. Así que me apetecía ver a Dory de nuevo. Y no me defraudó. Entretenida.
Título: El secreto de Marrowbone
Director: Sergio G. Sánchez
Tenía unas ganas locas de ver esta película, y por fin le ha llegado el turno. Y no me ha decepcionado en absoluto. Una película "de miedo" de las que me gustan, con intriga, con situaciones extrañas, pero sin sangre y vísceras. Sorprendentemente buena.
lunes, 19 de marzo de 2018
En Grand Central Station me senté y lloré, Elisabeth Smart
Creo que este libro lo vi en instagram, pero ahora no encuentro dónde, así que vete tú a saber de dónde saqué el título. El caso es que hace unos días me dispuse a leerlo, más que nada porque es breve y necesitaba una lectura corta después de libros tan extensos. Y me dejó impactada desde la primera línea.
Título: En Grand Central Station me senté y lloré
Autora: Elisabeth Smart
Editorial: Periférica
Creo que es la novela menos novela que yo haya leído. Es decir, es la novela menos narrativa y más lírica que conozco, y en la que el lector tiene que hacer un mayor esfuerzo por ver qué está pasando, porque la narradora (por llamarla de alguna manera, porque no narra) no cuenta lo que sucede, sino lo que ella siente acerca de los hechos, así que tenemos que imaginar la historia a través de sus sentimientos. Me ha supuesto un ejercicio importante de trabajo como lectora, que quizá no había hecho desde que me empeñé en leer Rayuela, pero esto es otra cosa.
Lo terminé con ganas de volverlo a leer, de empezar de nuevo con más calma y saborear cada página, porque es una historia muy especial. Y más aún sabiendo que se trata de un relato autobiográfico que cuenta la tremenda historia de amor entre la autora y el poeta George Barker. La escritora leyó un libro de este autor y se enamoró de sus versos y de él, hasta el punto de que hizo lo posible porque él la visitara en la colonia de escritores donde vivía, a pesar de que él estaba casado. Allí empezó una tormentosa relación que es la que cuenta en esta novela.
Aviso: No creo que sea para todos los públicos. Ni mucho menos. Es un libro corto pero difícil. Y duro, muy duro. Es incómodo, a ratos desgarrador y lleno de referencias que seguro que se me escapan.
Os he puesto algunos fragmentos para que veáis el estilo, poderoso, lleno de fuerza, y cómo los sentimientos son mucho más importantes que los hechos.
Título: En Grand Central Station me senté y lloré
Autora: Elisabeth Smart
Editorial: Periférica
Creo que es la novela menos novela que yo haya leído. Es decir, es la novela menos narrativa y más lírica que conozco, y en la que el lector tiene que hacer un mayor esfuerzo por ver qué está pasando, porque la narradora (por llamarla de alguna manera, porque no narra) no cuenta lo que sucede, sino lo que ella siente acerca de los hechos, así que tenemos que imaginar la historia a través de sus sentimientos. Me ha supuesto un ejercicio importante de trabajo como lectora, que quizá no había hecho desde que me empeñé en leer Rayuela, pero esto es otra cosa.
Lo terminé con ganas de volverlo a leer, de empezar de nuevo con más calma y saborear cada página, porque es una historia muy especial. Y más aún sabiendo que se trata de un relato autobiográfico que cuenta la tremenda historia de amor entre la autora y el poeta George Barker. La escritora leyó un libro de este autor y se enamoró de sus versos y de él, hasta el punto de que hizo lo posible porque él la visitara en la colonia de escritores donde vivía, a pesar de que él estaba casado. Allí empezó una tormentosa relación que es la que cuenta en esta novela.
Aviso: No creo que sea para todos los públicos. Ni mucho menos. Es un libro corto pero difícil. Y duro, muy duro. Es incómodo, a ratos desgarrador y lleno de referencias que seguro que se me escapan.
Os he puesto algunos fragmentos para que veáis el estilo, poderoso, lleno de fuerza, y cómo los sentimientos son mucho más importantes que los hechos.
domingo, 18 de marzo de 2018
Mi semana 11/52
La semana prometía ser dura para mis chicos, con muchos exámenes y plazos finales para trabajos.Y también para mí, por la misma razón: correcciones y poner notas.
Al final no sé si lo ha sido tanto. Hemos estado muy liados, es verdad, pero creo que lo he llevado mejor, no me preguntéis por qué. A todo se acostumbra uno, supongo. A pasar la mañana corriendo de un lado a otro, a tener todas las tardes ocupadas, a llegar a la cama tan cansada que no te da tiempo ni a posar la cabeza en la almohada...
La rehabilitación mía terminó, me parece que estoy mejor, y por fin veo el cielo abierto por las tardes. A mi madre solo le quedan dos días, de momento, así que tampoco la semana que viene creo que sea muy dura.
En cuanto a los resultados de los exámenes de los chicos, de momento están siendo buenos, así que no podemos quejarnos; es lo que siempre pretendo, que su esfuerzo obtenga recompensa. Sé que a veces no es así, y entonces es cuando se desesperan. Hemos tenido un pequeño disgustillo, pero que ya se nos ha pasado ( a él antes que a mí). Y creo que todo lo demás nos va a ir bastante bien. Así que no puedo quejarme.
En cuanto al trabajo, he estado también muy liada con una cosilla que ya os contaré si sale, y si no sale también. Y hoy mismo voy a hacer recuento de notas y ver cómo van los resultados, pero creo que no van a ser malos.
Estoy deseando que lleguen las vacaciones, y no sé por qué tanto, porque la Semana Santa no es una fecha que me guste demasiado y tampoco voy a hacer nada especial, aparte de descansar. Quizá por eso, porque necesito descansar, y que mis chicos descansen; esto último por encima de todo.
Al final no sé si lo ha sido tanto. Hemos estado muy liados, es verdad, pero creo que lo he llevado mejor, no me preguntéis por qué. A todo se acostumbra uno, supongo. A pasar la mañana corriendo de un lado a otro, a tener todas las tardes ocupadas, a llegar a la cama tan cansada que no te da tiempo ni a posar la cabeza en la almohada...
La rehabilitación mía terminó, me parece que estoy mejor, y por fin veo el cielo abierto por las tardes. A mi madre solo le quedan dos días, de momento, así que tampoco la semana que viene creo que sea muy dura.
En cuanto a los resultados de los exámenes de los chicos, de momento están siendo buenos, así que no podemos quejarnos; es lo que siempre pretendo, que su esfuerzo obtenga recompensa. Sé que a veces no es así, y entonces es cuando se desesperan. Hemos tenido un pequeño disgustillo, pero que ya se nos ha pasado ( a él antes que a mí). Y creo que todo lo demás nos va a ir bastante bien. Así que no puedo quejarme.
En cuanto al trabajo, he estado también muy liada con una cosilla que ya os contaré si sale, y si no sale también. Y hoy mismo voy a hacer recuento de notas y ver cómo van los resultados, pero creo que no van a ser malos.
Estoy deseando que lleguen las vacaciones, y no sé por qué tanto, porque la Semana Santa no es una fecha que me guste demasiado y tampoco voy a hacer nada especial, aparte de descansar. Quizá por eso, porque necesito descansar, y que mis chicos descansen; esto último por encima de todo.
viernes, 16 de marzo de 2018
Algunas cosas en estos días
Mi lista de libros por leer cada día crece y crece, pero en estos días estoy pensando que quiero leer a Lorenzo Silva, al que me han recomendado tantas veces. Empezaré por el primero de esta saga:
El otro día en el cine vi el trailer de una película sobre un libro que leí y me gustó mucho, y además dirigida por Spielberg. Ready Player one.
Se estrena a finales de este mes, y ya estoy contando los días.
Más cosas. No estoy muy por la ropa este año. No he comprado apenas en todo el invierno, salvo algunos jerseis, y no tengo antojo de nada, pero tengo un evento esta primavera (la comunión de mi sobrino) y tengo que mirarme algo. Estoy por una blusa bonita con un pantalón o una falda, pero no veo nada que me enamore. Se aceptan sugerencias.
De lo que sí tego unas ganas locas es de primavera. Ya nos queda poco, afortunadametne. El invierno está siendo duro, y frío, y me apetece que haga bueno por fin. aquí no suele haber primavera. Podemos estar en invierno hasta finales de mayo y luego de repente hacer calor, pero tengo ganas de no abrigarme tanto todos los días, y de no pasar frío.
En cuanto a la tele, tengo ganas de ver alguna serie nueva que me enganche. Esta Semana Santa tengo intención de ver la segunda temporada de This is us, que me apetece un montón. Y probaré alguna serie nueva, especialmente si es miniserie, que no quiero nada muy extenso. Se aceptan sugerencias aquí también.
El otro día en el cine vi el trailer de una película sobre un libro que leí y me gustó mucho, y además dirigida por Spielberg. Ready Player one.
Se estrena a finales de este mes, y ya estoy contando los días.
Más cosas. No estoy muy por la ropa este año. No he comprado apenas en todo el invierno, salvo algunos jerseis, y no tengo antojo de nada, pero tengo un evento esta primavera (la comunión de mi sobrino) y tengo que mirarme algo. Estoy por una blusa bonita con un pantalón o una falda, pero no veo nada que me enamore. Se aceptan sugerencias.
De lo que sí tego unas ganas locas es de primavera. Ya nos queda poco, afortunadametne. El invierno está siendo duro, y frío, y me apetece que haga bueno por fin. aquí no suele haber primavera. Podemos estar en invierno hasta finales de mayo y luego de repente hacer calor, pero tengo ganas de no abrigarme tanto todos los días, y de no pasar frío.
En cuanto a la tele, tengo ganas de ver alguna serie nueva que me enganche. Esta Semana Santa tengo intención de ver la segunda temporada de This is us, que me apetece un montón. Y probaré alguna serie nueva, especialmente si es miniserie, que no quiero nada muy extenso. Se aceptan sugerencias aquí también.
jueves, 15 de marzo de 2018
Este trabajo
Este trabajo es muy bonito. Me lo decía ayer mismo una profesora de mi centro, una chica muy joven que vino a sustituir a un profesor que se jubiló en Navidad. Le pregunto de vez en cuando cómo está, porque recuerdo la sensación de llegar a un sitio la última y lo agradecida que yo me sentía de que contaran conmigo, me hablaran o simplemente me tuvieran en cuenta. Apenas la veo, no coincidimos nada, pero cuando lo hago siempre me paro a hablar con ella.
Me contaba ayer que llevaba mucho tiempo en paro, estudiando las oposiciones, y que empezar a trabajar ha sido para ella una especie de tabla de salvación en un momento en que estaba muy hundida.
- Pero es que además no sabía que esto fuera tan bonito.
Me lo decía delante de las dos profesoras más petardas y protestonas del claustro, esas a las que todo les parece mal, esas que consideran que un viaje es perder clase, que una excursión es una pérdida de tiempo y que cualquier actividad que se salga de la clase magistral y los deberes es una tontería. Estoy segura de que al oírla hablar pusieron los ojos en blanco, pero no me digné a mirarlas, porque me sentí emocionada con las palabras de esta chica. Porque yo pienso lo mismo.
Pienso que tengo el mejor trabajo del mundo, aunque a veces pierda de vista eso, que me encanta lo que hago, y me pase días renegando, protestando y pensando que vaya rollo. Y llevo unas cuantas semanas así, muy ocupada, muy estresada, muy de mala leche, con poca paciencia y pocas ganas de trabajar, de verdad, lo que para mí significa trabajar, que no es ir a clase a explicar ciertas cosas, sino estar maquinando a ver qué hago con ellos para que lo aprendan, cómo puedo darle la vuelta, cómo puedo hacérselo más atractivo... Llevo unas semanas en las que no me apetece nada de eso; quizá, siendo sincera, lleve todo el trimestre así.
Por eso me alegro de que alguien más joven e ilusionado me haya recordado el camino. Han sido unas pocas palabras, pero a veces es bueno que otros te recuerden lo mucho que te gusta algo, lo que disfrutas haciéndolo. Y por eso hoy me he levantado con ganas de terminar un proyecto chulísimo que están haciendo mis alumnos, y con ganas de organizarles un taller para los últimos días de clase. A ver si recupero la ilusión y simplemente me acuerdo de lo mucho que me gusta mi trabajo.
Me contaba ayer que llevaba mucho tiempo en paro, estudiando las oposiciones, y que empezar a trabajar ha sido para ella una especie de tabla de salvación en un momento en que estaba muy hundida.
- Pero es que además no sabía que esto fuera tan bonito.
Me lo decía delante de las dos profesoras más petardas y protestonas del claustro, esas a las que todo les parece mal, esas que consideran que un viaje es perder clase, que una excursión es una pérdida de tiempo y que cualquier actividad que se salga de la clase magistral y los deberes es una tontería. Estoy segura de que al oírla hablar pusieron los ojos en blanco, pero no me digné a mirarlas, porque me sentí emocionada con las palabras de esta chica. Porque yo pienso lo mismo.
Pienso que tengo el mejor trabajo del mundo, aunque a veces pierda de vista eso, que me encanta lo que hago, y me pase días renegando, protestando y pensando que vaya rollo. Y llevo unas cuantas semanas así, muy ocupada, muy estresada, muy de mala leche, con poca paciencia y pocas ganas de trabajar, de verdad, lo que para mí significa trabajar, que no es ir a clase a explicar ciertas cosas, sino estar maquinando a ver qué hago con ellos para que lo aprendan, cómo puedo darle la vuelta, cómo puedo hacérselo más atractivo... Llevo unas semanas en las que no me apetece nada de eso; quizá, siendo sincera, lleve todo el trimestre así.
![]() |
| aunque esta ilustración sea muy ñoña, esta soy yo de pequeña |
Por eso me alegro de que alguien más joven e ilusionado me haya recordado el camino. Han sido unas pocas palabras, pero a veces es bueno que otros te recuerden lo mucho que te gusta algo, lo que disfrutas haciéndolo. Y por eso hoy me he levantado con ganas de terminar un proyecto chulísimo que están haciendo mis alumnos, y con ganas de organizarles un taller para los últimos días de clase. A ver si recupero la ilusión y simplemente me acuerdo de lo mucho que me gusta mi trabajo.
miércoles, 14 de marzo de 2018
Conversaciones familiares 3
Hace mucho que no os cuento conversaciones con mis hijos, y es que creo que se van haciendo mayores y ya no me pega contar por aquí sus cosas. Evolucionan, y nosotros con ellos. Pero el último mes ha sido muy intenso con mi peque en cuanto a conversaciones trascendentales, y quería dejar por aquí algunas de ellas, antes de que se me olviden.
- Mamá. Hoy todos en el patio han estado vigilando a unos a ver si se besaban.
- Pues vaya tontería... ¿Tú también?
- Yo solo un poco.
- ¿Y se besaron?
- Sí, al final sí.
Pone cara de asco o circunstancias.
- No sé cómo se besa.
- Ya aprenderás.
- Me refiero a con lengua y eso.
- Ya... claro, con lengua y eso.
(No quiero hablar más porque la cosa se complica y qué puedes decir en estos casos)
Tan solo unos días después...
- Tengo novia.
- ¿Ah, sí?¿Desde cuando?
- Desde hoy.
- ¿Y eso? ¿se lo has pedido?
- Sí
- ¿Y te ha dicho que sí?
- Claro, mamá, si no, no sería mi novia.
...
- Estoy muy nervioso, porque ahora no sé lo que tengo que hacer.
- No tienes que hacer nada. Tratarla bien, ser su amigo, escucharla, no contar las cosas que ella te cuente a nadie... esas cosas. Nada más.
Días después:
- Quiero regalarle a mi novia un marcapáginas. ¿Cómo lo hago?
Ahí vi el cielo abierto, porque ¿para qué tengo yo cientos de papeles, papelitos, washis y demás familia que mis hijos siempre miran con condescendencia, como diciendo "déjala a mamá, la pobre, le gustan esas cosas"? Abrimos youtube, y nos pusimos manos a la obra. Nos quedaron unos corazones marcapáginas de origami preciosos.
- Hoy me encontré diez céntimos a la salida de clase e invité a mi novia a dos gominolas.
- Me parece muy bien, hijo, que seas generoso.
- Esperaba que dijera, una para cada uno, pero se las comió las dos...
- ...
Días más tarde...
- ¿Qué tal te va con tu novia?
- Bien. Pero aún no nos hemos cogido de la mano.
- Bueno, poco a poco, ya llegará.
- Ya, pero nos damos abrazos.
En fin. Han sido unos días de cientos de cartas y mensajes, de pequeños regalos y de bolsillos y mentes llenitos de corazones. ¿Sabéis lo que es un "mesario"? No estáis nada puestos: el aniversario de un mes saliendo juntos. Y casi, casi, lo hemos celebrado. Salvo que dos días antes, ella le dejó, rompiéndole un poquito el corazón.
- Es una pesada mamá.
- ¿Porque ya no quiere estar contigo?
- No, porque lo es.
- Bueno, pues entonces mejor si ya no es tu novia, ¿no?
- ... sí, claro.
Pues eso, que pronto empezamos con estas historias...
- Mamá. Hoy todos en el patio han estado vigilando a unos a ver si se besaban.
- Pues vaya tontería... ¿Tú también?
- Yo solo un poco.
- ¿Y se besaron?
- Sí, al final sí.
Pone cara de asco o circunstancias.
- No sé cómo se besa.
- Ya aprenderás.
- Me refiero a con lengua y eso.
- Ya... claro, con lengua y eso.
(No quiero hablar más porque la cosa se complica y qué puedes decir en estos casos)
Tan solo unos días después...
- Tengo novia.
- ¿Ah, sí?¿Desde cuando?
- Desde hoy.
- ¿Y eso? ¿se lo has pedido?
- Sí
- ¿Y te ha dicho que sí?
- Claro, mamá, si no, no sería mi novia.
...
- Estoy muy nervioso, porque ahora no sé lo que tengo que hacer.
- No tienes que hacer nada. Tratarla bien, ser su amigo, escucharla, no contar las cosas que ella te cuente a nadie... esas cosas. Nada más.
Días después:
- Quiero regalarle a mi novia un marcapáginas. ¿Cómo lo hago?
Ahí vi el cielo abierto, porque ¿para qué tengo yo cientos de papeles, papelitos, washis y demás familia que mis hijos siempre miran con condescendencia, como diciendo "déjala a mamá, la pobre, le gustan esas cosas"? Abrimos youtube, y nos pusimos manos a la obra. Nos quedaron unos corazones marcapáginas de origami preciosos.
- Hoy me encontré diez céntimos a la salida de clase e invité a mi novia a dos gominolas.
- Me parece muy bien, hijo, que seas generoso.
- Esperaba que dijera, una para cada uno, pero se las comió las dos...
- ...
Días más tarde...
- ¿Qué tal te va con tu novia?
- Bien. Pero aún no nos hemos cogido de la mano.
- Bueno, poco a poco, ya llegará.
- Ya, pero nos damos abrazos.
En fin. Han sido unos días de cientos de cartas y mensajes, de pequeños regalos y de bolsillos y mentes llenitos de corazones. ¿Sabéis lo que es un "mesario"? No estáis nada puestos: el aniversario de un mes saliendo juntos. Y casi, casi, lo hemos celebrado. Salvo que dos días antes, ella le dejó, rompiéndole un poquito el corazón.
- Es una pesada mamá.
- ¿Porque ya no quiere estar contigo?
- No, porque lo es.
- Bueno, pues entonces mejor si ya no es tu novia, ¿no?
- ... sí, claro.
Pues eso, que pronto empezamos con estas historias...
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

















































