domingo, 30 de diciembre de 2018

Libros de diciembre

Empecé el mes con Tantos días felices. No lo recordaba, pero ya lo había empezado, no sé cuándo, y no sé por qué solo había leído treinta o cuarenta páginas y lo había dejado, seguramente por otro que me pareció más interesante en ese momento. Cosas que tiene ser un ansia viva con los libros. No he hablado de él por aquí, pero es una historia que no terminó de convencerme.



Después me introduje de lleno en la atmósfera opresiva de Subsuelo. Una joya de la que ya os he hablado.



A continuación, me puse con La niña del faro, uno de esos eternos pendientes de mi lista. Una oda a las historias, a los relatos, a contarnos historias.



Casi un año después de que recibiera el Premio Nadal, le tocó el turno a Un amor. La misma ternura que los anteriores. Me encanta haberme reencontrado con Amalia.



Por razones de la maternidad, leí El extranjero. Y os explico. Mi hijo lo tenía que leer en francés para sus clases, y yo lo había leído, o me parecía que lo había leído, hacía una eternidad. Venía a cada rato a comentarme cosas y yo no me acordaba de nada. Así que me dispuse a releerlo, no en francés, por supuesto. Y no me emocionó, la verdad, aunque reconozco las razones por las que en su momento resultó original y se considera un libro importante.



A continuación, por eso que dije arriba de que soy un ansia viva con los libros, me hice con Moravia, otra novela del autor de Subsuelo, porque tenía unas ganas enormes de volver a leer algo suyo. Y ahí me atasqué un poquito, no por culpa del libro sino por culpa del final del trimestre, tanto en casa como en el trabajo, y los preparativos navideños... El caso es que, casualmente, el libro de Marcelo Luján parte de El extranjero de Camus, y yo no lo sabía.



Después, y entre unos libros y otros, he estado leyendo los libros de Mujeres alteradas de Maitena, una serie que tenía en casa hace ya tiempo y que no me había puesto con ella, a pesar de lo que me gusta. Son cinco tomos finitos, y los he terminado en un suspiro. Lo cierto es que, vistos desde la perspectiva feminista actual, son un poco anticuados, pero me parecían lo más cuando leía alguna tira en su momento.



He terminado el año con una lectura a la que tenía muchas ganas: Conversaciones entre amigos. Os hablaré de él a lo largo de la semana próxima.



Con esto doy por concluido el año, y mi reto de Goodreads de ochenta libros. Me ha venido muy justo, he leído 81, no sé si el año que viene repetiré o bajaré un poco el listón. Al fin y al cabo, da igual, uno lee lo que quiere, o lo que puede, pero es cierto que este no ha sido mi mejor año en muchos aspectos, y el lector es uno de ellos.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Mis cosas favoritas de 2018

Estamos terminando el año y es bueno echar la vista atrás y ver qué cosas han sido buenas en este 2018. Debo decir que las personas que me rodean, de una u otra forma, han sido lo más importante del año, y que en muchos casos sin ellas, sin su apoyo y ayuda, no sé qué habría sido de mí estos últimos meses.

Destacaré aquí algunas de mis cosas favoritas de este año que, por fin, termina.



Mis hijos, por supuesto, están en el primer lugar de mis cosas favoritas, porque este año, además, creo que no puedo quejarme de nada de ellos. El mayor creció, maduró y es un proyecto de persona mayor maravilloso.

Mi peque y su instrumento a veces nos llevan por la calle de la amargura, por los exámenes finales, pero también cada día me dan más satisfacciones. La evolución que está llevando a cabo es importante, y seguiré trabajando con él, animándole todo lo que pueda, porque es una de las mejores cosas de mi vida.



He viajado tres veces, tres semanas distintas, a lugares diferentes, con alumnos. Hemos estado en un pueblo abandonado en Huesca, en Búbal, hemos estado en Dublín, y también de ruta por Extremadura y Andalucía. Y estos tres viajes son de las mejores cosas de mi año. Los tres viajes han sido muy cansados, agotadores, especialmente el último, pero han merecido la pena porque siempre merece la pena hacer estas salidas con alumnos, ver lo que aprenden en todos los terrenos.




Siempre, entre las cosas preferidas de mi año, están mis quedadas con mis queridas kiwis. Son ya tradición, al menos dos veces al año. Y las esperamos con muchas ganas. Pero es que ellas, mis kiwis, son de mis personas favoritas del mundo. Siempre están ahí, día a día, para todo, a pesar de las distancias, y eso es algo maravilloso.



En mi familia no todo es perfecto, pero nos llevamos bien y estamos cuando hace falta, y eso también es algo que tengo que agradecer a este año; estar pendiente de mis hermanos cuando lo han necesitado, y que ellos lo estén de mí; seguir viendo crecer a mis sobrinos, que ahora vienen más a menudo; mantener contacto casi a diario con mi madre y con mi padre, saber que están ahí... Ha sido especialmente importante este año.



Y también otras personas, personas a las que no voy a nombrar porque me dejaría a unas cuantas. Algunas de ellas forman parte de mi día a día, como mis amigas del café de los viernes, con las que soltamos el lastre de la semana y tenemos conversaciones totalmente intrascendentes delante de un café. O mi compañera del trabajo, esa que se ha venido a cada viaje que he organizado, y que se apunta a todo lo que le propongo, esa con la que viajo cada día y que está ahí siempre. Y otras personas no tan cercanas, algunas de ellas que  he conocido por aquí, o que pertenecen a mis libros viajeros, con las que puedo hablar de mil cosas y que forman parte de mi vida.



Haciendo memoria de lo que ha sido mi año, y a pesar de todo, tengo que sentirme afortunada, porque hay mucha gente a la que quiero y que me quiere, en distintos grados y de distintas formas, pero al fin y al cabo la vida se compone de eso, ¿no?

viernes, 28 de diciembre de 2018

Mis películas favoritas de 2018

Este año he visto muchísimas películas. Unas cuantas en el cine y muchas en casa, sobre todo a través de Netflix y de Amazon Prime Video.

No creo que estén aquí todas las que me han gustado, pero sí que todas las que están me han gustado. La pena es que mis preferidas son de principios del año, coincidiendo con los Óscars, y después me ha parecido que ha sido un año bastante flojo, con pocas películas que de verdad me apeteciera ir al cine a ver.



Animales nocturnos

No sé por qué no había visto aún esta película, porque tenía todos los ingredientes para gustarme. Y lo hizo.



Animales fantásticos

La última entrega de la saga nos pareció mejor que la primera, y promete mucho para sucesivas continuaciones.



La forma del agua

Una preciosa historia con una actriz que está maravillosa.



Call me by your name

Creo que ha sido mi favorita del año. No sé si se puede decir tan categóricamente, pero me encantó e incluso he vuelto a verla no hace tanto.



Coco

La última película de Disney con Pixar es una obra de arte. Y la banda sonora nos gusta muchísimo en casa.



Múltiple

No había visto aún esta película porque me daba pereza, y la verdad es que me gustó tanto que luego vi El protegido. A la espera de la tercera parte.



Déjame salir

No tenía ni idea de qué me iba a encontrar en esta historia de la que todo el mundo hablaba, y me aterrorizó a la vez que me encantó. Ahora estoy pendiente de la siguiente película de su director.


Lady bird

La adolescencia en estado puro. Me gustó y me emocionó.




Tres anuncios en las afueras

De lo mejor del año. Una historia muy dura contada de una forma magistral y con unos actores que están increíbles.



El secreto de Marrowbone

Aún no había visto esta cinta y lo hice este verano, creo. Una gran historia.



La doncella

Fue una sorpresa descubrir una película tan redonda, tan bien hecha, tan bien contada.



Isla de perros

Soy fan, no lo puedo evitar, pero es que además me encantó la estética, tan diferente a lo que estamos acostumbrados, y la historia, además de, por supuesto, cómo está contada.

Eso es todo en cuanto a películas. Ahora que estoy de vacaciones, podéis recomendarme alguna de vuestras favoritas del año.

jueves, 27 de diciembre de 2018

Mis libros favoritos de 2018

Seguiré un par de días más con lo que hago siempre por estas fechas: echar la vista atrás para ver qué cosas me han gustado este año, y quizá alguna de ellas te sirva de recomendación para el año que viene.

Empecé esta entrada a mitad de año, para no olvidarme de los libros que más me habían gustado hasta el momento. Porque siempre, al final del año, me acuerdo más de los últimos que he leído que de los primeros, y quería dejar constancia de esos, de libros que me fueron marcando a lo largo de los meses. Y apunté los siguientes libros:



El fin de la soledad fue un libro viajero que me encantó.



La historia del amor es sin duda uno de mis preferidos del año. Una historia maravillosa sobre el poder del amor.



Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado es la primera parte de la biografía de su autora, y es una historia dura pero contada de una forma maravillosa.



Por encima de la lluvia es el primer libro que leí de su autor, un descubrimiento del 2018, y después repetí. No descarto volver a hacerlo en breve.



Las hijas de Antonio López fue mi libro elegido para un intercambio, y me pareció tan maravilloso que tuve que comprar dos.


Desde ese momento hasta ahora, he leído algunos libros más, bastantes, para ser sincera. Y tengo que destacar estos:



Tiene que ser aquí es mi primera vez con Maggie O'Farrell, pero no será la última. Ya tengo otros dos libros suyos esperando turno.



Mejor la ausencia fue recomendación de Bienve, que no suele fallar. Una narración maravillosa para una historia dura. También tengo que repetir autora.



El odio que das . Creo que este año he leído menos literatura juvenil que nunca. No sé si será que estoy madurando o simplemente que ha surgido así. El caso es que este libro, calificado como juvenil, me ha parecido muy bueno. Y estoy deseando que estrenen la película.



Esperando a mister Bojangles es una joya. Recomendadísimo para todos.



Subsuelo estaba en mi lista de pendientes desde hace mucho tiempo y ha sido todo un descubrimiento. Tanto que cierro el año leyendo otro libro del mismo autor, Moravia.

Estos han sido mis favoritos este año, y el nivel no ha estado nada mal. Me encantaría que me contéis cuáles son vuestros favoritos del 2018.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Mis series favoritas de 2018

Estas son algunas de las series que me han gustado este año.

Lo cierto es que lo empecé un poco perdida en cuanto a series, porque no encontraba nada que realmente me enganchara, pero en la segunda mitad del año he visto algunas que me han parecido muy interesantes y de las que traigo una pequeña selección.



La casa de las flores

Ya os conté lo mucho que me sorprendió esta serie, con formato de telenovela, pero rompiendo moldes. Me reí mucho con algunos de los personajes.



Killing Eve

Misterio, acción, y personajes muy bien trazados en una serie diferente. Muy recomendable.



The good Doctor

Una serie que me enganchó desde el primer capítulo y de la que estoy deseando ponerme con la segunda temporada.



Heridas abiertas

Creo que es una de las series del año, por su narración, su oscuridad, Amy Adams que está soberbia, al igual que todos los demás, y por ese guión muy cercano al libro original.


The good Fight

No estaba muy segura de ver esta serie después de pasar tanto tiempo con The good wife. Pero creo que esta ha superado a la otra. Me encantan los guiones y me gusta muchísimo la trama.



The haunting of Hill House

Otra de las series del año. Una vuelta de tuerca a las películas sobre casas encantadas. En este caso, conocemos a la familia que vivió en una casa encantada, que salió de ella y cómo aquella experiencia afectó a sus vidas.



La verdad sobre el caso Harry Quebert

Aún no os he hablado de esta serie, de la que me falta un capítulo, pero también es ya de mis preferidas de este año. Una maravilla han hecho con el libro que tanto me gustó.

Creo que eso es todo, aunque no descarto haber olvidado alguna...

lunes, 24 de diciembre de 2018

Feliz Navidad



Os deseo mucha felicidad en estos días y, lo que es  muchísimo mejor, en todos los demás. Sed felices.

viernes, 21 de diciembre de 2018

De preparativos

Esta semana antes de empezar las vacaciones suele ser tremenda en cuanto a cosas que hay que hacer y horarios imposibles. He tenido dos tardes de evaluaciones, martes y miércoles. El lunes salí de compras para terminar ya lo que me quedaba de compras de Navidad. Ayer jueves tocaba concierto del pequeño y también tenía compras que hacer, pero esta vez ya de comestibles. Al final, imposible ir a las compras. Retrasadas a hoy. Y esta tarde quería hacer algunos preparativos para las comidas de las fiestas, porque el sábado por la tarde me llegan ya los sobrinos, y quiero disfrutar todo lo que pueda de ellos. Pero creo que me conformaré con ir a la compra y dejar la casa más o menos organizada. Los preparativos de comidas pasarán al sábado por la mañana y al domingo.



Hoy, por fin, terminadas las clases, toca mañana de cine. Todos los años por estas fechas en mi instituto se va a una sesión matinal de cine, con todos los complementos: sus palomitas y refrescos y la compañía de todos sus compañeros de instituto. Me parece una excelente forma de terminar el trimestre.

Dentro de un rato estaremos todos llenando el cine y después iremos a entregar los boletines de notas. Y a recoger de paso las vacaciones, que esta vez necesitamos un montón. Al menos yo.



Los próximos días me vais a ver poco por aquí. No me cojo vacaciones, porque esto no es un trabajo, pero durante tres o cuatro días tendré la casa llena y muchos preparativos para las fiestas, así que no creo que me acuerde demasiado del blog. De todas formas, me pasaré para desearos Feliz Navidad y para hacer el resumen de lo que ha sido mi año.


jueves, 20 de diciembre de 2018

Un amor de Alejandro Palomas

Hace tiempo ya había leído otras novelas de este autor, como Una madre, Un perro y también Un hijo. Y ahora, a finales de año, volví a reencontrarme con Alejandro Palomas y con su Amalia.



Título: Un amor
Autor: Alejandro Palomas
Editorial: Destino

Este libro, ya lo sabéis, recibió hace poco menos de un año el Premio Nadal. Y desde entonces apareció en mi lista de libros que tengo que leer pero no había visto el momento hasta ahora.

Me encantó volver al universo creado por el autor, lleno de personajes tan entrañables, tan tiernos. Y me gustó volver a ese humor tan blanco, tan dulce, tan tierno... de los personajes de Alejandro Palomas.

Tengo que ponerle un pero a esta novela. No es exactamente que no me haya gustado, sino que me ha parecido un poco más de lo mismo, ninguna novedad, es algo así como ponerse tus zapatillas al llegar a casa. Es confortable, está muy bien, me encanta, y no le pondría ninguna pega si no fuera que la novela viene avalada nada menos que por el premio Nadal. Porque no hay en ella nada especial, ni que te aporte, ni es muy profunda, o novedosa. No sé si me explico bien. Volver a esta serie de Palomas es algo estupendo, pero no me ha llegado tanto como lo hizo el primero, porque la fórmula utilizada es la misma y los personajes también, y no hay mucho más que decir... Creo que es una novela prescindible, y quizá sea eso lo peor que se puede decir de un libro. Y lo siento, porque la fórmula es la misma que me ha gustado otras veces, pero se me ha hecho más repetitiva y me ha emocionado menos.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

El final del trimestre

Tal vez alguno de los que soléis pasar por aquí os preguntéis cómo ha ido el trimestre en mis clases y mis alumnos. Tal vez no sea así, pero os lo voy a contar de todas formas.



Ya tenemos hechas las evaluaciones y puestas las notas. Este trimestre ha sido una batalla campal, de la que termino con múltiples heridas mientras que mis alumnos apenas si se han despeinado. No sé si aguantaré el curso entero este año.

Mi jefe de estudios el otro día comentaba, después de tener castigados a dos de mis alumnos varios días, que no entiende cómo podemos seguir entrando en clase cada día. Que tenemos mucho mérito. Le dije que hay gente que piensa que no hacemos nada. Ella lo sabe de sobra, y simplemente asintió. Pero resulta descorazonador este panorama.



Llevo ya días pensando en cuál va a ser mi estrategia para el trimestre próximo, porque esta no me está funcionando y me está generando mucho esfuerzo, estrés y no han merecido la pena.

Creo que tengo dos opciones: apretar más la cuerda, o dejarlos caer. Y voy a optar por la segunda. Lo digo con un poco de vergüenza, porque no debería dar a ningún alumno por perdido, y mucho menos en enero. Pero se trata de una lucha sin cuartel estar intentando todo el día que dos alumnos hagan algo, tengan el cuaderno encima de la mesa, saquen un bolígrafo, atiendan a lo que se les explica, hagan un ejercicio, quieran corregirlo, estén atentos a las correcciones, ... todo esto intentando la máxima corrección en las formas y en las palabras por su parte y por la mía. La mayoría de los días termino cabreada como una mona. Y ellos también.



Así que, como no tengo ganas de más, voy a dejarles. Tengo dos alumnos que atienden y se esfuerzan y otro que se deja llevar por las contestaciones y las tonterías de los dos disruptores, que es en realidad al que más molestan estos alumnos en clase, porque no quiere trabajar, pero lo hace; aunque si los otros dos hacen tonterías, se apunta a todas. Voy a sentar a esos tres alumnos en primera fila y a los otros dos atrás del todo. Voy a explicarles que han ganado, que dejaré de preocuparme de ellos, que han conseguido lo que querían. Y lo siguiente será intentar el trato. Yo les dejo tranquilos y ellos nos dejan a nosotros.

Sé que al principio será así, que nos dejarán bastante, hasta que se aburran. Se aceptan apuestas de cuántos días, o semanas pueden tardar en volver a la carga. Porque en realidad, ¿cuál es la razón de su existencia si los demás pasamos de ellos?



No voy a contar con ellos para nada. Si les apetece trabajar, estupendo. Pero tampoco lo voy a celebrar como si fuera una fiesta. Si quieren apuntarse a lo que hacemos, perfecto, pero dejaré de castigarles por no hacer nada, por no estudiar, de repetirles las pruebas, de forzarles a aprobar aun en contra de su voluntad. Si no quieren, allá ellos.

Tampoco tengo intención de darles el trabajo que tanto trabajo me cuesta preparar. Haré sus fotocopias, las dejaré sobre mi mesa y si las reclaman se las daré. Si no, para tirarlas que es lo que suelen hacer, me niego a darles el gusto. Las guardaré para otras ocasiones. No voy a seguir gastando tiempo y esfuerzo en ellos, en explicarles nada y en atenderles en nada.

Creo que estoy justificándome, y quizá no es lo que tengo que hacer, y también puede que me equivoque, porque soy la adulta, la profesora, y no debería dar a casi la mitad de mis alumnos de esa clase por perdidos en estos momentos, pero creo que el esfuerzo me está pasando factura y no puedo más; os diré que hace semanas que no quiero ir a clase, que estoy muy agobiada y que pienso que, si sigo así, no terminaré el curso.



¿Y ellos qué piensan? Que soy una pesada, que les agobio, que les estoy haciendo la vida imposible, pero nada en ellos indica que vayan a mover un ápice su postura, así que cederé, perderé terreno pero intentaré llegar a clase con una actitud más positiva por los otros tres, que se merecen que hagamos cosas, que no pasemos las clases discutiendo o intentando que hagan algo los dos que no quieren. Voy a centrarme en los que sí. A ver qué sale de ello.

Seguiremos informando.

(Todos los muñecos que ilustran mi entrada de hoy son de esta tienda de Etsy)