Empecé el mes con Tantos días felices. No lo recordaba, pero ya lo había empezado, no sé cuándo, y no sé por qué solo había leído treinta o cuarenta páginas y lo había dejado, seguramente por otro que me pareció más interesante en ese momento. Cosas que tiene ser un ansia viva con los libros. No he hablado de él por aquí, pero es una historia que no terminó de convencerme.
Después me introduje de lleno en la atmósfera opresiva de Subsuelo. Una joya de la que ya os he hablado.
A continuación, me puse con La niña del faro, uno de esos eternos pendientes de mi lista. Una oda a las historias, a los relatos, a contarnos historias.
Casi un año después de que recibiera el Premio Nadal, le tocó el turno a Un amor. La misma ternura que los anteriores. Me encanta haberme reencontrado con Amalia.
Por razones de la maternidad, leí El extranjero. Y os explico. Mi hijo lo tenía que leer en francés para sus clases, y yo lo había leído, o me parecía que lo había leído, hacía una eternidad. Venía a cada rato a comentarme cosas y yo no me acordaba de nada. Así que me dispuse a releerlo, no en francés, por supuesto. Y no me emocionó, la verdad, aunque reconozco las razones por las que en su momento resultó original y se considera un libro importante.
A continuación, por eso que dije arriba de que soy un ansia viva con los libros, me hice con Moravia, otra novela del autor de Subsuelo, porque tenía unas ganas enormes de volver a leer algo suyo. Y ahí me atasqué un poquito, no por culpa del libro sino por culpa del final del trimestre, tanto en casa como en el trabajo, y los preparativos navideños... El caso es que, casualmente, el libro de Marcelo Luján parte de El extranjero de Camus, y yo no lo sabía.
Después, y entre unos libros y otros, he estado leyendo los libros de Mujeres alteradas de Maitena, una serie que tenía en casa hace ya tiempo y que no me había puesto con ella, a pesar de lo que me gusta. Son cinco tomos finitos, y los he terminado en un suspiro. Lo cierto es que, vistos desde la perspectiva feminista actual, son un poco anticuados, pero me parecían lo más cuando leía alguna tira en su momento.
He terminado el año con una lectura a la que tenía muchas ganas: Conversaciones entre amigos. Os hablaré de él a lo largo de la semana próxima.
Con esto doy por concluido el año, y mi reto de Goodreads de ochenta libros. Me ha venido muy justo, he leído 81, no sé si el año que viene repetiré o bajaré un poco el listón. Al fin y al cabo, da igual, uno lee lo que quiere, o lo que puede, pero es cierto que este no ha sido mi mejor año en muchos aspectos, y el lector es uno de ellos.
Leí de cría "El extranjero" y si me gustó.
ResponderEliminarIgual que el de Maitena cuando salió.
Pero probablemente ahora los leería con otros ojos.
Nosotros cambiamos y los libros no. Afortunadamente, claro.
EliminarBesos.
Tengo "La niña del faro" en la estantería de pendientes desde hace un tiempo."El extranjero" lo leí hace siglos en clase de francés y recuerdo que me exasperó. Tenía ganas de sacudir a Mersault para que reaccionara. El nihilismo no es lo mío. El total anual de mis lecturas es patético comparado con el tuyo, pero he leído lo que me ha apetecido en cada momento y creo que eso es importante; sin presiones de lo que es actual o recomendado. En ese sentido estoy contenta. Feliz entrada de año 🎆
ResponderEliminarDesde el móvil sale que soy Unknown, pero soy known, Myriam González. A ver si doy con lo que falla.
EliminarA mí a veces también me pasa.
EliminarFeliz año.
Ahora mismo estoy con subsuelo ;P
ResponderEliminarEres una crack en cuanto a lecturas!!! cuantos que has leido!! Yo cerré mi año 2018 con 57.. me doy por satisfecha.
ResponderEliminarbuen comienzo del año!
qué casualidad que el extranjero te tocara la puerta dos veces x)
ResponderEliminarMe encanta Maitena :DDDD Leí mucho suyo... cuando tenía veinte jajajaja Quizá debería leer de nuevo, a ver qué...
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