martes, 31 de diciembre de 2013

Adiós, 2013

Al preparar esta entrada y repasar lo que ha sido este año para mí, me he dado cuenta de que ha sido peor incluso de lo que yo tengo conciencia.

No voy a quejarme, porque en realidad no me ha pasado nada grave ni digno de mención en este año, pero no lo voy a despedir con pena.

En el recuerdo:

Enero:



Inicio del trimestre y a mi niño se lo olvidan encerrado en una clase.

Febrero:

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Concurso de cartas de amor en el insti, y además, me llevan los extraterrestres.

Marzo:

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Empiezo el mes muy triste, y termino el mes cansada, muy cansada...

Abril:

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Tenemos vacaciones y me atacan los vértigos.

Mayo:

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Este mes viene marcado por la música: talleres y más talleres, vídeos y tardes enteras de dudas para la elección del instrumento.

Junio:

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Es el mes de la cuenta atrás para las vacaciones, y de nuestro viaje a Berlín.

Julio y agosto:

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A la playa (arghhh), vacaciones, y leer, leer, leer, leer...

Septiembre:

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La vuelta al cole, y el inicio del instituto de mi hijo mayor.

Octubre:

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Las clases de música, las rutinas, el final de una serie...

Noviembre:

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El regreso del vértigo, el médico, el cansancio y el concurso de traslados.

Diciembre:

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Mi ansiado curso del Pan, un finde en Madrid del que aún no os he hablado, y las vacaciones de navidad.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Brooklyn Follies

Hace más de un año me apunté a un reto propuesto por Meg, de Cazando estrellas. Era tan sencillo como leer algún libro de Paul Auster a lo largo del 2013.

Y lo he cumplido por partida doble.

Hace unos meses leí Diario de invierno.

Y acabo de terminar Brooklyn Follies.



Me ha pasado una cosa curiosa con este libro, que no me había pasado antes.

No recuerdo haberlo leído, es decir, creo que no lo había leído antes de ahora. Sin embargo, he tenido la sensación de déjà vu todo el tiempo, como si ya lo hubiera leído y disfrutado antes. Así que a lo mejor sí estaba entre mis lecturas, pero no lo había fijado en mi mente... No sé.

Un recién jubilado y separado, que acaba además de pasar por un cáncer, va a Brooklyn a pasar el final de sus días. Pero una serie de personajes y el azar, además de la personalidad del protagonista, hacen de esta novela una historia optimista sobre la vida.

Ah, y los libros, las lecturas, el poder de los libros...



Me ha gustado muchísimo. Y os lo recomiendo cien por cien.

domingo, 29 de diciembre de 2013

La tercera de Homeland

Suelo hablar por aquí de las cosas que me gustan, y pocas veces, creo que en contadas ocasiones, he hecho una crítica negativa de algo, al menos totalmente negativa. Creo recordar que un libro, y quizá de alguna peli.

No sé si soy yo, o es que la tercera temporada de Homeland ha sido un truño. A lo mejor alguien se siente ofendido, y no lo pretendo.

El único que parece tener la cabeza en su sitio...

Me encantaba esta serie. ¿Cómo han podido estropearla tanto en tan pocos capítulos?

La hemos terminado como una penitencia. Madre mía, qué tostón, no terminaba de arrancar.

Y luego arranca... ¿para esto?

En fin. Mucho mejor si lo hubieran dejado todo como estaba.



Mi chico, que es un sentimental, se ha cabreado con el último capítulo. No os contaré nada, por si alguno tiene pensado verlo...



Lo he dicho muchas veces, qué manera de estropear una serie que iba a para una o dos temporadas a lo sumo, alargándola hasta el infinito a fuerza de perder totalmente los papeles.



¿Se atreverán a hacer una cuarta temporada? Muerteydestrucción

sábado, 28 de diciembre de 2013

Mi Wishlist para Fnac

El año pasado por estas fechas publicaba mi lista de deseos para Fnac. No me tocó, pero de ilusiones también se vive. Así que este año repito.

Un portátil McBook Air.




Un iPhone 5, sin ir más lejos. Es un caprichazo, pero...



Un iPad Mini nuevo, con pantalla de retina. El mío se cayó y ser rompió el cristal. Sigue funcionando igual, pero creo que me va a durar poco...





Pulsómetro Polar. Para animarme a salir más a corriandar...



Creo, si mis cuentas no están equivocadas, que hacen un total de 1999 Euros.


Poe, una vida truncada

Voy a aprovechar estos últimos días de 2013 para publicar un par de reseñas que me faltaban de este año poco lector, y para dar por concluido el reto de Isthar.

No es la biografía un género que me apasione. Y había pensado, para cubrir el reto, dar por buena como biografía la obra de Rosa Montero que leí hace unos meses, ésta.



Pero una serie de circunstancias me han llevado a Poe. Ya os las contaré. El caso es que me he visto leyendo esta obra de Jordi Sierra i Fabra. Una obra que es la biografía novelada de uno de mis autores más admirados.

Y además, magníficamente ilustrada.

Jordi Sierra tiene a sus espaldas cientos de obras publicadas, muchas de ellas dirigidas al público infantil y juvenil, así que ésta era una obra para mí.

Y me ha gustado mucho.

¿Me la aceptáis como biografía?

viernes, 27 de diciembre de 2013

El swap de Anita

Como ya sabéis, me apunto a todo. Y no iba a ser menos con el intercambio propuesto por Anita.

Ayer recibí mi paquete de mi amigo invisible.

Y fue una grata sorpresa.


Envuelto de manera individual, muchos minipaquetes.

Y una carta que me encantó, por lo personal... y porque mi amiga dice que ¡me conoce!; conoce mi blog.

Me encanta todo lo que me dice de que le gusta su tierra, y vive apegada a ella, y a sus tradiciones. A medida que me he hecho mayor, cada vez valoro más las tradiciones y costumbres de mi tierra.

Lo primero que abrí fueron dos cajitas pintadas donde venían un pañuelo rojo saferminero, con mucho estilo, y un pañuelo de cuadros, el del Olentzero, personaje tradicional navarro muy de estas fechas y que se encarga de traer los regalos a los niños el día de Navidad.

Me envió una libreta traída de uno de sus viajes, nada menos que de Guatemala.

Queso y paté. No sé si lo sabía, pero muero por los quesos vascos, me parecen maravillosos.

Y, conocedora de mi afición a la cocina, me envía también unos cortapastas con forma de oso. Preciosos. No tenía ninguno parecido. Los usaré en breve y os lo enseñaré por aquí.

Mi cajita olía a bosque.


Y es que estaba llena de ramas de boj. Como a ella, el boj me parece tan maravilloso.

Dejo para el final lo mejor: unos botones de madera hechos por su padre, de madera de boj.


Estoy pensando qué lugar les encuentro en mi casa, pero seguro que será un lugar muy especial.

¡Muchas gracias Aitziber!

Y ahora aprovecho para publicar lo que yo envié. No sé aún si mi amiga invisible lo habrá recibido, pero... como no sabe quien se lo manda... aprovecho.


Este era el aspecto de la cajita que envié.

Dentro de ella había:

Un librito muy chulo.
Unos calcetines amorosos.
Una troqueladora.
Unas pegatinas.
Unas etiquetas.
Clips con formas.
Unos jabones de El gallinero de Miss Marple.
Una libretita.
Un boli a juego.
Unos sellos.
Y todo ello en un baúl muy mono.



No tengo fotos de todo, pero algunas de las cosas que envié son estas.


El baúl navideño con estrellitas.

Pegatinas, sellos, calcetines y clips.

Y ahora mismo voy a enviar mis fotos a Anita, que aún no lo he hecho.

Participar en un intercambio de este tipo siempre es una alegría. Gracias, Anita.

jueves, 26 de diciembre de 2013

El día después

El día después de Navidad es un día resacoso y doliente, un día a cámara lenta.

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Hay que depurar los excesos con una comidita suave.

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En mi casa las navidades han sido atípicas.

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Las hemos pasado con un virus intestinal que nos ha afectado a todos. Lunes: los niños más pequeños; martes: mi hermano y mi cuñada; miércole: mis hijos y yo; y ayer por la noche, mi madre y mi chico, que creíamos que se iban a salvar.

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Fiebre, malestar y otros síntomas de los que es mejor no hablar. La lavadora a pleno rendimiento y la fregona en modo automático...

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Así que finalmente, como me quejaba de cómo me iba a poner en las fiestas, ¡toma! No he podido ni probar el turrón.

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad

Deseo para vosotros en estas fiestas que...

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disfrutéis mucho...

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riáis hasta llorar...



os emocionéis...

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 y volváis a ser niños.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Globalización navideña

O como ponerse como un globo en cuatro días.



Vamos a entrar de lleno en la vorágine navideña (y que conste que me apunto a un bombardeo...), pero nuestras celebraciones pasan siempre por comer, cenar, desayunar y ponerse las botas, algo que resulta un despropósito, y no sólo por los tiempos que corren.

Llegan estas fechas y pasamos de cenar una ensaladita, o una fruta y un yogur a lo siguiente:

Unos canapés, que quedan muy chic. Y te pones a probar uno de cada, para ver qué tal están...

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Los ibéricos, que son de la tierra.



Los mariscos, que, como no hay presupuesto, terminan siendo unos langostinos que no apetecen a nadie, pero que hay que comer porque es Navidad.



La sopa, o la crema, de almendras, que añade ligereza al asunto, o de pescado, fuerte, fuerte, que te pasas, para que vean los suegros que le has echado de todo.

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Y empezamos la comida, o cena, que a esas alturas sólo estábamos en un ensayo. Luego viene el pescado, pero ya te has trincado media botella de vino porque a ver si no cómo pasas todo lo anterior...

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El pescado viene con su guarnición, gambas, almejas, y una ensaladita, para desgrasar, pero la ensalada es de fiesta, y le has echado de todo, queso azul, nueces, avellanas,... que si encuentras una hoja de lechuga tienes premio.

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La carne, pero antes, un sorbete de champán, que lo tomas en bodas y celebraciones y siempre está muy rico.

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En mi tierra, por estas fechas, en casi ninguna casa falta el lechazo asado, con su guarnición, patatas asadas, o algo de similar calaña.

Y luego viene los postres.

¡Ay, los postres!

Como lo hemos importado todo, primero viene el tronco de Navidad, llegado de la mismísima Francia.

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Después los turrones, muchos, variados, y hay que probarlos todos.



Y luego, por si alguien se queda con hambre, sacamos el panetone, que para eso lo hemos comprado.



¿A alguien, como a mí, se le han quitado las ganas de comer?

Por cierto, me he reído muchísimo de buena mañana con este artículo de mi adorado Comidista.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Madame Bovary

Reconozco que para este libro he hecho dos trampas.

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Necesitaba un novelón para el reto, y he leído alguna novela mucho más larga en este año, como ésta, pero no es lo que yo llamaría un novelón-novelón. Así que me fui a lo fácil, a una novela que ya había leído anteriormente, pero que tenía ganas de releer.

Primera trampa, es una relectura.

Segunda trampa, no es exactamente un novelón.

Pero aún así, si me aceptáis Madame Bovary como novelón, con esta y la biografía de la que os hablaré en breve, doy por finalizado el reto.


Todos conocemos la historia de Emma Bovary, la joven mujer del médico, que vive aburrida de su matrimonio, de su maternidad, de sus vecinos, de todo lo que le rodea y se lanza a aventuras que le proporcionen emoción a su vida.


Emma ha sido a menudo un personaje literario muy incomprendido. Parece que lo tiene todo: una vida acomodada, un marido que la quiere, una hija,... Pero Emma está insatisfecha con su vida, y quiere algo diferente. ¿Quién no se ha sentido así en alguna ocasión?

Me encanta el término "bovarismo", que, según la wikipedia, es la insatisfacción crónica de una persona producida por el contraste entre sus aspiraciones y sueños y la realidad.