miércoles, 12 de junio de 2013

Hijos

Mi peque ocupa la mayor parte de mi cerebro útil (que creo que es poco), así que pocas veces os he hablado del mayor.

Mi hijo mayor es uno de esos niños buenos, tranquilos, estudiosos, obedientes, trabajadores, que parece que se han educado solos, que no les afecta mucho haber nacido en una familia o en otra, que les toque un profesor u otro.

Todos sabemos, yo la primera, que esto no es así, sólo lo parece.



Cuando mi hijo tenía tres o cuatro años, era bastante bruto. Y lloraba por todo. No tanto como su hermano, el más llorón de la galaxia, pero lloraba mucho y casi por cualquier cosa. Fue una ardua tarea conseguir cambiar eso.

Cuando empezó con los estudios, también lloraba por todo.

- ¡¡¡Nunca me lo voy a sabeeeeeeer!!!

Lo repetía y gritaba cada vez que estaba cinco minutos seguidos sentado delante del libro. Le parecía un mundo estudiar y nos parecía a todos que le iba a costar mucho.

Hoy es uno de los mejores estudiantes de su clase, independiente, brillante en algunas materias, un poquito desastroso y desorganizado...

Peeeeeeeeero... este blog no está aquí para daros envidia del hijo tan maravilloso que tengo.

La semana pasada, mi hijo de once añazos me sale con estas:

- Mamá, mamá.

- Quéeeeeeeeee (leer con voz de madre que se ha levantado escandalosamente pronto y que no ve la hora de irse a la cama)

- Me duele aquí (señalándose el fondo de la boca, y entre tanto bracket, ni idea de qué podía ser)



- No veo nada, hijo.

- Creo que me está saliendo la muela del juicio final.

Así, con todas las letras. Del juicio final.

15 comentarios:

  1. Ja,ja,ja, y a que se te quito el cansancio de golpe y te fuiste con una sonrisa a la cama :)
    Buen miércoles

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  2. Jajaja, siguen siendo encantadores, y taaaaan tiernos!
    A mí cuando el otro día preguntándole la lección, la mía me dijo que el Imperio romano terminó siendo vencido por los "orcos" en lugar de los turcos, la carcajada resonó en todo el edificio.
    Igualmente guapa, sabes que por aquí pasamos madres muy sensibles con según que temas, las alabanzas a tu ángel te las guardas, que entonces nos ponemos a llorar.
    Besitos

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    1. Es que tengo un angelito y un diablillo. Lo que pasa por tener dos. Y tengo que presumir del mayor, que es un santo, aunque esté en plena pre adolescencia y no sepa hacia donde camina.

      Besos,

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  3. ja,ja,ja, el pobre te llamó pensando que ya no había vuelta atrás...ja,ja. Un beso.

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    1. Y creo que no hay vuelta atrás, nos está costando lo de su boca... No sólo dinero, sino malos ratos a montones.

      Besos.

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  4. jajajajaa que mono! El juicio final jajaj!

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  5. Tu hijo mayor estaría en Tropa!!!! :) Qué gracioso, del juicio final na' menos.... El pobre ha oído campanas y no sabía de dónde.
    Aprovecha estos momentos que está en el límite de la tontería suma, la temida adolescencia, y aún sueltan comentarios que te tronchas.

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  6. Pues normal... el muchacho ve tanto recorte y como va el país y no le puede salir otra cosa que la muela del juicio final.
    Bueno, y así habla en casa, cuando se junten todos los demás tolais (con cariño) de 11 años, a saber de lo que hablan que seguro que sube el pan.

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    1. Sí, es un tolai, con perdón y sin perdón, cada día más, y cada día eqstá más tonto. No sé qué va a ser de mí con el pequeño como es y el mayor adolescente...

      Besos.

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  7. Sí,hija,sí...la muela del juicio final..sólo te faltaba eso...jijijuajuajua....
    Felicidades por ese niño de 11 añazos(no quieres reconocerlo pero estás orgullosísima de él)y disfrútalo!
    Besos,Ro!!!!!!!!!!!!!

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    1. Estoy orgullosísima. Imagina que mañana iré a la graduación con peineta y mantilla, como buena madre del artista...jajajaja.

      Besos.

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