Si tuviera que resumir esta semana en pocas palabras, creo que aparecerían los términos "regreso", "frío" y también "ocupada". Porque sí, por fin volvió la rutina, pero en vez de volver parece que se me echó encima sin más. El lunes fue una tortura levantarme pero el martes fue aún peor. A partir del miércoles, las cosas mejoraron y el trabajo ha ido cogiendo su ritmo.
Tengo que hablaros en breve de lo que estamos haciendo en clase, porque mis alumnos llevan un ritmo impensable en cursos pasados, algo de lo que no solo ellos son la causa; me tomo mi parte de responsabilidad en lo poco que avanzamos en el temario el curso pasado y en lo mucho y bien que estamos haciéndolo este (en comparación, claro).
En cuanto al frío, la semana ha sido de temperaturas gélidas, y el temporizador de la calefacción del instituto no funcionó la noche del domingo al lunes, así que el lunes pasamos algo de frío en el centro. Por lo general no es un centro de esos en los que tienes que dar clase con el abrigo puesto pero el lunes estuvimos casi a punto.
En cuanto al hogar (dulce hogar), el regreso también cayó el lunes como un jarro de agua fría sobre todos. Sobre todo al pequeño le ha costado muchísimo volver a las rutinas y ha estado toda la semana arrastrando sueño, de mala leche y protestón.
Además, por si éramos pocos, esta semana he tenido que ir con mi madre a la peluquería, a hacer dos curas, a ver a mi suegra en el hospital, a cambiar algunos regalos con tallas equivocadas, a una reunión que terminó casi a las diez de la noche, hora en que yo ya estoy en la cama... Ah, y he vuelto al zumba un par de días a la semana. Os podéis imaginar mi cansancio.
La semana ha estado marcada también por el estreno de un instrumento nuevo, que nos trajeron los Reyes Magos, y con él han vuelto las ganas de practicar mucho pero también han vuelto los fallos de afinación (forma suave de decir chirridos exasperantes), porque la viola actual es bastante más grande que la anterior y hay que cogerle el aire.
Ha sido una semana en la que he esperado la llegada de dos paquetes con insistencia: uno a mi casa y otro que había enviado yo. Y también una semana en que, aprovechando las rebajas, he hecho varios pedidos online que me han ido llegando poco a poco a casa. Todo estupendo y nada de vuelta a las tiendas.
Todo eso me ha dejado, o mejor dicho, nos ha dejado cansadísimos y con ganas de fin de semana. Pero mi chiquillo tiene un cumple y yo quería ir al cine que hace mil que no voy. Así que ayer pasé toda la tarde fuera de casa, y al final no fui al cine. Y esta noche he dormido realmente mal, tanto que a las siete me levanté y me puse a ver una película, porque no aguantaba más horas en la cama despierta.
Pero hoy no voy a hacer nada más que descansar, todo el día. Así que tengo un buen plan de domingo.
a descansar! yo ahora cierro la compu y hasta mañana no la abro, que me he pasado toda la semana pegada a ella y se me han cansado la mente, los ojos y... va, diré espalda para hacerme la fina! xD
ResponderEliminarPues sí, debería ponerme a preparar clases, pero lo haré mañana, que no se acaba el mundo porque el lunes empiece sin tener toda la semana preparada.
Eliminarbesos.
si yo tuviera que definir mi semana, madre mía jeje
ResponderEliminarasí que feliz domingo^^
Bueno, entonces solo puede mejorar.
EliminarBesos.
Pues solo te digo que había olvidado que, este lunes, fue la vuelta al cole. ¿Te haces una idea?
ResponderEliminarUna larga semana, eh?
EliminarBesos.