Hace unos días os enlacé una entrada antigua de un grupo pequeño de alumnos que tuve en mi primer año en este instituto. Muchos la leísteis y algunos me habéis preguntado qué ha sido de ellos.
Os contaré lo que sé:
J. De él os decía que iba siempre con su trenca. El curso siguiente siguió llevando esa trenca, pero ahora ya se la ha quitado. Ha crecido y ha madurado bastante, tiene menos complejos, menos granos, y este año titulará. Aquel curso, que repetía y estaba bastante desesperado en plan: no valgo para nada, conseguimos que entrara en un grupo de Diversificación curricular (para los que no lo sepan, es una forma de obtener el título de secundaria en un grupo más pequeño y con los contenidos mínimos, agrupados en materias diferentes, con menos profesores con los que están más horas...)
S. ha sido mi alumno los tres años que llevo en el centro. S. pretendía entrar también aquel año en Diversificación pero al final, con un poco de esfuerzo, va saliendo adelante. Ese año repitió segundo, y me tuvo otra vez de profe, cinco horas a la semana. Estaba algo más tranquilo, algo más trabajador, aunque es muy vago... Y pasó a tercero con una materia suspensa. Este año también está conmigo, en un grupo bastante pequeño y bastante malo, pero sigue trabajando, es muy obediente y en clase aprovecha bastante el tiempo.
Ha crecido mucho, me saca la cabeza, o más, y se ha echado una novia formal de la que nos habla a menudo. Me río mucho con él, porque es muy transparente, a veces demasiado. Por ejemplo, un día después de Navidad llegó a clase y me dijo:
- Profe, ¿sabes qué?
- ¿Qué, hijo?
- El sábado le toqué las tetas a mi novia.
Me mira a ver lo que digo.
- Bueno, si ella te dejó...
- Hombre, claro, profe, por quién me tomas...
- Bueno, ¿y qué?
- Pues guay.
Pues eso, ya sabéis, guay.
A. repitió el curso pasado segundo, pero no me tocó a mí. No se entendió nada bien con su profesora de Lengua. A pesar de ello, pudo entrar este curso en tercero de Diversificación. Y no lo lleva mal, dentro de sus limitaciones. Ahora le ha quitado la novia a un amigo, y la cosa está que arde entre los miembros de su pandilla. Sigue siendo igual de pijito, igual de contestón y malencarado, pero parece que va espabilando y espero que pueda titular el curso que viene.
J. es uno de esos fracasos que uno lleva dentro. El curso pasado entró en Diversificación (leyéndome pensaréis que todo el mundo entra en diver, pero no es así, es que aquel grupo estaba destinado a ello...). Fue mi apuesta personal, a pesar de que muchos profesores no pensaban que fuera bueno para él ni para el grupo, muchos lo daban por perdido y yo insistí, y soy muy pesada, y me puedo poner tremendamente cargante, así que entró.
No ha hecho gran cosa. Hay días en que pienso que va a cumplir dieciocho y al menos está en el instituto, pero este año debería terminar cuarto y no va a titular. Lo cierto es que no molesta en clase pero no hace nada.
H. es el niño que más simpatías despertó entre vosotras. H. habla algo más de español, aunque no con sus profesores. El curso pasado también fui su profe de lengua. Entonces se convirtió en mi secretario. Su profe de compensatoria me daba instrucciones y yo le mandaba a hacer recados, me los inventaba casi cada día para mandarle algo, le enviaba a buscar a un profesor con el que quedaba antes para que le preguntara algo... Me fue muy difícil entrar entre las personas a las que dirigía la palabra. Pero cada día le daba los buenos días varias veces por el pasillo, y él empezó a contestarme.
Su profe muchos días le decía:
- Le pides a Rosana que te deje un libro para copiar un texto.
Yo lo sabía al entrar en clase porque me miraba fijamente y no decía nada hasta que veía que me acercaba a su mesa.
Un día, así sin más, mientras sus compañeros hacían ejercicios en un silencio poco habitual, me habla.
- Rosana. Pie.
Se mira al pie.
- ¿Te duele el pie?
- Sí, operar.
- ¿Te van a operar del pie? ¿Cuándo?
- Muchos días.
- ¿Vas a faltar a clase?
- Sí, unos días. Muchos días.
- Vaya, pues lo siento, que salga todo bien.
La conversación fue más o menos así, y ha sido lo más largo y coherente que hemos hablado.
El año pasado se descubrió el pastel. H. tiene un retraso bastante considerable, que no se le ha tratado a tiempo. Le han pasado varias cosas: llega a España y tiene que escolarizarse en un idioma que no es el suyo. Tiene entonces unos diez años. Pero no logra aprender nada. Todo el mundo piensa en la barrera del idioma y nadie le hace pruebas de otro tipo. El primer año que yo llegué al centro, su profe se dio cuenta enseguida de que algo grave le pasaba. Durante el primer mes intentó que aprendiera los días de la semana y los meses y no fue capaz, de ninguna manera. Aún hoy no los sabe del todo bien.
Entonces habló con sus padres, traductor de por medio, y ellos no veían ningún problema y no quisieron que se hiciera nada.
Pero el curso pasado vinieron voluntariamente a hablar con ella. El chaval había empezado a ir a una escuela de estudio del Corán y su profesor les había llamado asustado. Ni en castellano ni en árabe ni nada de nada. Así que se le pudo hacer un diagnóstico, se recomendó que le llevaran a un centro especial, pero creo que a ellos con tener el diagnóstico y solicitar la minusvalía les llegó.
H. sigue en el instituto, sigue escribiendo sin descanso, copiando cualquier cosa que pasa por sus manos y haciendo sopas de letras. Siempre me saluda por el pasillo, pero tampoco me siento contenta de cómo han ido las cosas con él.
Aprovecho la coyuntura para poner un programa de radio en el que participa uno de mis alumnos. No es ninguno de los que os he hablado hoy, pero sí os hablé de él aquí. Escuchadlo que es muy cortito y mi niño lo hace muy bien.
Qué entrada tan bonita Ro!!! Yo se por algunas profes de mi entorno que a determinados niños se les coge mucho cariño... que lástima lo de H, espero que le vaya todo bien.
ResponderEliminarUn besazo reina!!
Con estas cosas es como se ve cuando uno es un gran profesional. La vocación se nota. Qué bonita la intervención de los alumnos en el programa de radio; eso es llevar la literatura a todos.
ResponderEliminarAyyyyyy gracias por poner esto, el otro día me quedé con mucha curiosidad.
ResponderEliminarMe da muchísima pena lo de H, a veces la barrera del idioma enmascara verdaderos problemas, ainnnns, y claro, sus padres piensan de otra forma y el niño lo va a tener difícil. Qué pena.
Me ha encantado saber que nuestro chico de la trenca se la ha quitado, y S me ha dado mucha ternura con su novia formal.
Ayyyy J, es que a veces no se puede hacer más, hay tantas cosas a tener en cuenta, familia, entorno...tú eres fantástica pero si todo lo demás falla.
Esta noche escucho el programa, es que ahora no puedo, pero no me quedo sin escucharlo. Un besín y gracias por este post.
Ooooh que entrada más tierna, me he emocionado muchísimo, sobre todo con la historia de H., y me encanta ver que tenemos tan buenos profesionales en nuestra educación como es tu caso, lo tuyo es pura vocación, además nuestra juventud se lo merece. El programa de radio me ha encantado,
ResponderEliminarBesos.
Ooooh que entrada más tierna, me he emocionado muchísimo, sobre todo con la historia de H., y me encanta ver que tenemos tan buenos profesionales en nuestra educación como es tu caso, lo tuyo es pura vocación, además nuestra juventud se lo merece. El programa de radio me ha encantado,
ResponderEliminarBesos.
Anda que..., lo mismo es estudiarse la vida de un escritor PORQUE SI, que para participar en un programa de radio. Qué suerte tienen.
ResponderEliminarTu grupito, ay. Si es que a todo no se puede llegar. Las condiciones en las que cada uno juega no son solo las del instituto. Para muchos de ellos supongo que eso sería un ojalá. Y H., pobre, como no tenía ya bastantes barreras, otra más.
En cualquier caso estoy segura de que en muchas de sus decisiones en la vida, se acordarán de tí. Para bien, claro. Y pensando que tú les aconsejarías que hicieran.
¡Que profesión la tuya!...para lo bueno y para lo malo.
ResponderEliminarGracuas por contarnos estas historias. Trabajar con personas es lo que tiene...te da mucho y se lleva mucho de ti. Eres estupenda.
ResponderEliminarBueno, agridulce. Supongo que esta profesión es así en el mejor de los casos. Gracias profe, por seguir en la brecha.
ResponderEliminarVoy a oír a ese caballero tan GRANDE. A ver qué voz tiene :P
Como dice Bettie es un post agridulce...pero tú lo cuentas muy bonito
ResponderEliminarQue bonita entrada, dice mucho de ti que no te desentiendas de tus alumnos a pesar de ya haber pasado por tus manos. Un beso!
ResponderEliminarAy Ro, no sé si es el calor o que se me junta todo, pero que entrada mas emotiva, y creo que te has ganado el titulo de PROOOFEEE a pulso
ResponderEliminarme encantan estos posts, se ven cambios, pueden parecer pequeños, ya veremos con el tiempo ^^
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