Mi hijo no me come

Sí, sé que suena al tópico de los tópicos, y yo siempre pensé que cuando una madre decía algo así de sus hijos es porque es una histérica que quiere engordarles como cerditos, que pretende que coman más de lo que necesitan y más de lo que deben, y que por eso se queja.

Mi hijo pequeño, del que creo que apenas os he hablado (es que lo que nos preocupa,  lo que nos toca más dentro, es lo más difícil de contar), come fatal casi desde que nació.





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Y digo casi porque el biberón lo tomaba bastante bien, y creo que no habría tenido problemas con él y las comidas si aún le diera biberón, seis años después.





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El problema apareció con la comida. Se negó a comer todo. Cualquier cosa que no fuera biberón, yogur, o lácteos del tipo que fueran.





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Como mala madre (y madre trabajadora) que soy, mi peque empezó la guardería con cuatro meses (ni siquiera los tenía), y poco después, los padecimientos con la comida. Comía en la guarde, y allí conseguían que tomara algo de puré, luego en casa no conseguía que merendara, así que le daba un yogur, ni que cenara, así que le daba el bibe. Así entrábamos en una rueda en la que él sabía que yo le daba lácteos cuando no comía, y él no comía porque sabía que yo le daba lácteos.





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La pediatra me dijo que le dejara de dar más que el bibe de por la mañana y por la noche. Apuntó en su ficha "Es muy cabezota. Le está echando un pulso a sus padres". El niño tenía seis meses. No me lo dijo entonces, me lo enseñó años después. Como otras cuantas anotaciones que quizá algún día os cuente...





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A partir de entonces todo ha sido una lucha. Es capaz de pasar días sin comer. Y cuando digo días quiero decir días. Si le digo que qué le apetece, siempre, siempre siempre me contesta lo mismo: "Leche".





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Cantidades. Le sirvo muy poco porque quiero que se lo termine, así que muchos días come una albóndiga, o dos, otros días diez o doce macarrones,  o un plato de puré de verduras, otras veces un filete pequeño de pescado, o un muslo de pollo... sin salsa, sin guarnición, plato único.

Come lo que se come en casa, y durante el curso lo que hay en el comedor, pero lo pasa realmente mal con la comida. Sufre. Y, como tiene muchas ideas, y pocas de ellas buenas, el primer día que se ha quedado en el comedor, ha cortado el pollo en trozos y los ha ido esparciendo por el suelo. Le han pillado, claro. Y ya estaba castigado. Ya el curso pasado le pillaron tirando la comida a la basura cuando los cuidadores no miraban.

En fin, que es una lucha diaria y muy dura, primero ver si ha comido aunque sea poco, y luego lo mismo con la merienda y la cena. Y me parece que no acaba nunca. No se trata de que esté alimentado. Lo está, aunque no coma casi nada, sino de que, si me descuido, aunque sea un poco, no ha merendado, tiene el bocata en la mano, entero, y es la hora de cenar, o se pasa una hora delante del plato y no ha empezado...

Cuando sea un poco más mayor, cuando sea un poco más mayor, me repito, pero va creciendo y esto no se arregla.

Se nota que hoy estoy un poquito desesperada, ¿eh?

**(Aclaración: la mayor parte de los niños de esta entrada están plácidamente dormidos o comiendo. Os imaginaréis por qué.Ya os he hablado de la comida. Un día os hablo de lo de dormir. Estoy traumatizada)