martes, 30 de abril de 2019

La gran estafa educativa

Hace unos días, Marta me preguntaba mi opinión sobre un artículo publicado en el Periódico titulado "La gran estafa educativa".

No lo había leído ni lo conocía y lo leí gracias a ella. Quise contestarla a su comentario pero pensé que el tema daba para un post y aquí estoy.

Por si no tenéis ganas de acceder al enlace, os resumo el artículo (aunque es muy breve). Comenta la autora que los alumnos en los últimos tiempos han sido estafados porque durante años no se les ha exigido lo que se debe y esto hace que no estén preparados ni siquiera para leer y entender un texto. Sostiene que se ha igualado por abajo, haciendo que una mayoría apruebe pero que en eso consiste la estafa, en hacer creer a los alumnos que están preparados, aprobarlos y que sean incapaces de nada.




Lo que se plantea en este pequeño artículo no me parece del todo cierto y tiene cientos de matices.

Es verdad que el espíritu de la LOGSE (la verdadera ley educativa por la que nos regimos, porque las demás han sido pequeños parches, con mayor o menor acierto, del gran cambio que supuso la LOGSE) sí pretendía eso de igualar por abajo (quitadle aquí el tono peyorativo). Pretendía que nadie se quedara fuera de la etapa educativa, intentaba evitar el fracaso con planes que hicieran que los alumnos que no pudieran llegar a los mínimos lo hicieran por otras vías. Y aquello significó un cambio fundamental en la manera de entender la educación.

Hace años, cuando yo estudiaba, por ejemplo, a ningún profesor le pedían explicaciones por el número de aprobados o suspensos de su clase. Iba en su conciencia si sus alumnos aprendían mucho o poco, si les preparaba bien o mal o si aprobaban o suspendían. Ahora no es así.

En el artículo se hace una insinuación sobre el tema de evaluar a los profesores. Se nos puede evaluar de más formas, estoy segura de ello, pero muchas personas ajenas a la educación no saben que nuestra autoridad y nuestra forma de trabajar se pone en tela de juicio constantemente. No solo por parte de los padres o alumnos, sino también por la administración. En cuanto el número de suspensos de una clase pasa del 25 por ciento, se nos pide un informe, se nos pide un plan para mejorar eso, y se nos pide que la siguiente evaluación lo valoremos: en definitiva, qué hemos hecho para que no suspendan tantos y si hemos tenido éxito o no. Si siguen suspendiendo muchos, se nos vuelven a pedir nuevas medidas para que aprueben. O se nos llama a reunirnos con el inspector de turno, que nos habla del fracaso escolar. Cifras. Eso es lo que quieren desde arriba, que las cifras del fracaso no se disparen. No importa si este año en mi clase la mitad no vienen regularmente, o no hacen nada, eso no tiene importancia, no puedo suspender a tantos.




Creo también que los grandes perjudicados de la enseñanza hoy en día son los alumnos buenos. Ya no hablo de alumnos de altas capacidades, ni brillantes. Un alumno bueno hoy por hoy tiene que soportar, sobre todo en los primeros cursos, compañeros que sistemáticamente intentan boicotear las clases, que no dejan al profesor hacer su trabajo, luego tienen que aguantar que, cuando sacan un ocho, les pongan un ocho, mientras que a ese compañero que molesta, da guerra y no hace nada, cuando saca un cuatro, o incluso menos, le pongan un cinco, por su bien y para que se motive. El buen alumno tiene que aguantar muchas cosas hoy por hoy. Y eso hace que a veces esos buenos alumnos se relajen, hagan poco o nada, porque no les merece mucho la pena el esfuerzo.

Otra de las cosas en las que creo que falla el artículo es en pensar que los alumnos tienen que salir de la ESO preparados para determinadas cosas. No es así. Un alumno puede terminar la ESO y ser algo terminal para él, haber hecho un esfuerzo, haber titulado al límite y no querer seguir más; o ir a hacer una Formación profesional, y no necesitar en la vida, por ejemplo, analizar sintácticamente oraciones compuestas. ¿Debo, entonces, suspenderle por no saber hacerlas e impedirle obtener el título de graduado en ESO, el mínimo que se les pide para cualquier cosa?





No todo el mundo pretende ir a la universidad, ni todo el mundo va a salir con una preparación académica suficiente para analizar un texto y saber que lo que les prometen los políticos de turno es mentira. Pero me parece positivo que un chico de 16 años siga en un centro educativo y no esté en su casa o en la calle, me parece positivo porque he visto año tras año a esos alumnos que desechamos, los peores, los que no sirven para nada, los que no saben  hacer nada, de repente, o poco a poco, madurar y centrarse en algo que les apetece, para seguir estudiando, para trabajar, para lo que sea.

Como veis, las cosas no están tan claras. Nada es blanco o negro. Trabajo con chavales que, en un sistema educativo medianamente exigente, no sacarían ningún curso. Pero no podemos darlos por perdidos. Así que trabajo desde el mínimo intentando mejorar lo que hay, su lecto-escritura, su gramática, sus conocimientos generales... No están al nivel de otros alumnos y sin embargo creo que son válidos para muchas cosas. El problema me parece que es más de los que creen que han ido bien siempre, que sacan notas medianamente buenas, pero no están preparados para la universidad, porque lo que han hecho en el instituto es soltar lo que han estudiado en un examen y olvidarlo...  Por eso muchos alumnos de la ESO llegan a Bachillerato y fracasan estrepitosamente. Porque no creo que todo el mundo esté preparado para esa etapa. Y ahí se les exige de otra manera. Por lo que fracasan  se frustran y algunos lo pasan realmente mal.




La cuestión es compleja. Mucho, pero creo que he mostrado aquí hoy algunas de las cosas que pienso al respecto.

8 comentarios:

  1. Qué bien lo explicas.
    Yo tengo dos hijos que se llevan un año. La mayor acabó 4º de ESO con sobresaliente en todo. Genial, nosotros la motivábamos y nos esforzábamos pero con ella fue muy fácil.
    En cambio con el otro la cosa fue mucho m´ñas dura; a partir de segundo de la ESO suspendía 5 o 6 asignaturas por evaluación. Pues ahí tocó trabajar a la familia. Fuimos a muchas tutorías, dividíamos el trabajo para que fuera aprobando unas asignaturas al principio y otras en Junio y en septiembre. Yo lo llamaba diversificar.
    En 4º de la ESO fue sacando todo con muchas vueltas pero en física tenía un 4,8 y en mate tenía un 4. Fuimos a hablar y nos pidieron que presentase una serie de trabajos y le pusieron el 5.
    Con el título de ESO hizo un bachillerato increíble y en la carrera sacó todo sobresalientes y matrículas de honor. A veces las personas tienen maleas etapas, yo creo que en mi caso el sistema de la ESO no era para él, y los profes pensaban igual así que nos echaron una mano. Si ese año a él le hacen repetir se habría desmotivado y no habría sacado nada porque yo se lo notaba, estaba desbordado. Y si no le dan el título o lo meten por diversificación le hunden, lo teníamos todos claro.
    Tú eres muy buena profe y seguro que esos chicos que ahora están en algún ciclo están contentos, como bien dices, con 16 años no es plan de tenerlos por ahí.
    Muy feliz martes.

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    1. Los chicos tienen sus ritmos, y no se les respeta. Y además, no todos tenemos que ir a la universidad ni todos tenemos que estudiar después de la ESO. Creo que las enseñanzas de la ESO no son comparables al antiguo BUP y siguen siendo comparadas continuamente.

      Besos.

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  2. Por partes. A mí el sistema me parece que está fatal, lo mires por donde lo mires. Lo de tener a chicos de 16 años en el instituto en vez de en la calle, suena muy bien, pero cuando a lo que van es a dar la lata, pues qué quieres que te diga, yo pondría una FP antes.
    Por otro lado echo de menos un punto de vista que para mí es muy importante: el tuyo como madre. Porque ya sabemos todos que una cosa son los pueblecitos, y otra cosa las ciudades grandes. Me gustaría saber qué piensas de la formación que están recibiendo tus hijos.

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    1. plas, plas, plas (aplausos, muchos)

      Seguro otro gallo canta ...

      Pena, penita, pena

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    2. Pues ya sabes, Sara, que siempre te digo la verdad. No estoy contenta con el sistema desde dentro y no estoy contenta con el sistema como madre. La formación que están recibiendo mis hijos está muy atrasada, muy anclada en el pasado, muy poco al día, muy basada en la memorización y en soltarlo todo en un examen. No, no estoy contenta con la educación que reciben mis hijos. No estoy del todo descontenta. Estamos infinitamente mejor todos en el instituto de lo que estuvimos en el colegio. Pero no estoy contenta.

      Besos.

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  3. Te admiro profundamente, eres una maestra magnífica, y encima con los chicos más complicados con lo que realmente poco se puede hacer, soy madre de uno que podría ser alumno tuyo con la diferencia que él tiene todo nuestro apoyo, por eso te entiendo. Me ha emocionado eso de que has comprobado que alumnos que no servían para nada han madurado y se han centrado llegando a hacer algo productivo. Seguimos esperando ese momento, desesperados a veces...tus palabras me animan, muchas gracias,
    Pilar

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    1. Me gusta cuando algunos salen adelante. Porque de eso trata. Los sque van bien no están todo lo atendidos que debieran. pero los que tienen dificultades, también tenemos que intentar que saquen algo, y a veces se va consiguiendo. Eso me mantiene con ganas de seguir en ello.

      Besos.

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  4. En la puericultura todo es más sencillo D:

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