martes, 9 de julio de 2013

Berlín VIII. Otra noche

Les había prometido a mis chicos de tercero, los más pequeños del viaje, que iba a salir con ellos a darlo todo, ya sabéis, como si no hubiera mañana. A eras alturas no estaba yo ya para darlo todo, pero tenía que cumplir con ellos.

Después de cenar, buscamos un local por los alrededores del albergue, un local donde había música animada y nos tomamos unas cervezas. Bueno, lo de que nos tomamos unas cervezas suena bastante pretencioso. Yo no bebo cerveza y probé una típica berlinesa que lleva un sirope encima, que sabe dulce y no sabe ni siquiera a cerveza. Algunos de mis chicos también la probaron, pero la mayoría se decantaron por algún cóctel sin alcohol o una coca cola.



Estos chicos, los que salieron conmigo, comprenderéis que eran de los que habitualmente no salen, por edad y porque sus padres los tienen más controlados. Si no, no estarían por ahí con su profesora.

Lo pasamos realmente bien, hacía una noche fantástica y nos reímos mucho.

Al volver al hotel, la calle estaba llena de jóvenes, y muchos eran de los nuestros. Se estaban divirtiendo, quizá bebiendo más de lo que debieran, no digo que no. Me senté un rato con ellos porque vi que no estorbaba (no penséis que fui a cortarles el rollo, a decirles que pronto a la cama, ni nada de eso)

Cuando subimos a la habitación eran casi las cuatro de la mañana. La mayoría de mis chicos andaban por ahí, no se oía mucho ruido en el hotel, al menos no para mí, así que me puse mi pijama.

Solo me dio tiempo a eso.

Toc toc.

- Ven.

- ¿Qué ha pasado? (como cualquier madre que se precie, siempre me pongo en lo peor)

- Ven.

Así que me fui a una de las habitaciones de mis chicos más pequeños. Los que habían salido conmigo habían llegado y habían visto el panorama, así que entre todos decidieron llamarme.

Uno de los de tercero, uno de los que no suele salir, que tiene una familia encantadora y unos padres de los que hay pocos, no había ido conmigo esa noche, y había bebido algo más de la cuenta. Después de vomitar en suelo, paredes y papeleras, lo habían metido en el baño, estaban ventilando el cuarto y allí lo habían dejado porque ninguno se hacía cargo.



El baño era como una caja de cerillas. Al entrar me encontré al chaval de rodillas en el wc.

- Hola.

- ¿Quién eres?

- Soy yo, tu tutora.

- Perdón.

Aquello me llegó al alma. Todos hemos bebido demasiado alguna vez, pero no a todos nos ha tenido que cuidar un profesor en nuestra primera borrachera.

Me senté a su lado y pasé lo que quedaba de la noche (aunque en realidad ya había amanecido) cuidando de él, oyéndole decir perdón al menos un millón de veces, intentando que se le pasara, y por último lo duché y le puse ropa limpia.

Cuando salimos del baño, la mayoría de sus compañeros se habían ido quedando dormidos. Había en aquella habitación el doble de las personas que tenían que dormir allí. Dos por cama (es decir, veinte personas), menos una libre que habían dejado para este chico.

Lo metí en la cama, limpie la habitación lo mejor que pude y velé el poco rato que le podía quedar de sueño.



Después, fui a ducharme y a hacer la ronda por las habitaciones para despertar a todos los alumnos.

J. y sus secuaces llegaban entonces.

- Profe, llegamos justo a tiempo para el desayuno.

Le di un abrazo y un beso.

- Menos mal que estás tú aquí.

Continuará...




17 comentarios:

  1. En mi primer viaje al extranjero, la 2ª noche tuvo que hacer acto de presencia el samu húngaro porque una compañera se bebió 2l de sangría y 15 chupitos de Bacardi...Terror!

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    1. Es lo más normal, y no creo que escandalice a nadie. En mi viaje de fin de estudios uno se rompió la pierna porque había bebido más de lo normal y se cayó por la escalera. La versión oficial es otra, pero yo estaba allí para verlo.

      Besos.

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  2. Me está encantando este relato del viaje de fin de curso, el apego que les tienes, el que te tienen ellos a ti.
    No estoy segura de haber tenido nunca una profe tan enrollada como tú!! Enrollada o mártir? Porque tener que limpiar los vómitos de unos irresponsables es de santa. Yo no podría, no no no.

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    1. Soy un poco santona, tonta, más bien. No sé si enrollada. Por cierto, el chaval no se acordaba de nada al día siguiente. De nada de nada. Creo que mejor para él.

      Besos.

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    1. En esos momentos, una bronca no sirve de nada. Ya le tocó después, no creas...

      BEsos.

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  5. Madre mía, profe, ...Vaya nochecitas te diste entre unas cosas y otras.

    Pero, cuanto más cuentas, más me fascina la relación que trabas con tus alumnos. :)

    ¡Ay esa profe que se tiene ganado el cielo! :D

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    1. Bueno, no sé si es del todo buena esta relación, porque luego hay demasiada confianza, y donde hay confianza da asco...

      Besos.

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  6. J. esta resultando todo un lider responsable...Bien por tí.
    Pobre chaval, espero que se despertará con el suficiente dolor de cuerpo para recordarla y que se acordara de tí y no se avergonzará mucho de que le ducharas.
    Y que majos los demás, quedarse en su cuarto para ayudarte y ayudarle.
    Besos

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    1. No, no se acordaba de mí, y no estaba avergonzado porque no se acordaba. Les hice prometer a todos que no saliera de allí el tema, aunque, por supuesto, no me hicieron caso.

      Los detalles escabrosos, un par de días después, en el camino de vuelta, se los conté a solas a él, para que se avergonzara de verdad y se diera cuenta de que beber así no lleva a ninguna parte.

      Lo cierto es que no volvió a acercarse a una botella en lo que restaba del viaje.

      Besos.

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  7. Eres una jabata hijamiademivida... y qué control oiga, me has dejado admirada (para bien) porque me encuentro yo semejante pastel con mis queridos alumnos y seguramente termino haciendo lo mismo que tú, de madre, pero primero monto la bronca del siglo, le cae a los que han venido conmigo, a los que están fuera, y al que vomita y si hace falta a la taza del váter, aún consciente de que no le hubiera servido de nada (al que vomita, no a la taza del váter)

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    1. Ves las caras de circunstancias de todos, el miedo a la que les va a caer, a que llames a su casa y a que le mandes en un avión de vuelta a casa, como habíamos prometido al que la liara, y te das cuenta de que ya han sufrido bastante. Lo suficiente para llamarte como último recurso. No dices nada. Les miras a todos y vale más que cualquier bonca. Y al sujeto del váter, a ése es al que menos le llega la bronca. Se la ech un par de días después, en frío.

      Besos.

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  8. Para que luego venga el personajillo de turno ése,el Wert,y ponga a los profes de vuelta y media..
    ...madre mía,Ro...qué sueño,que todo...
    Besos!!

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    1. Lo que están consiguiendo es que se nos quiten las ganas de ir con los chicos a ningún sitio, de hacer una hora más de las establecidas en el horario, de formarnos, de mejorar y cambiar las cosas. S una pena, porque los chavales lo merecen.

      Besos.

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  9. Has conseguido emocionarme, no sé si como profesora, pero si como GRAN persona.
    Que alguien se quede a tu lado en una borrachera mala (que la podemos tener todos), y te duche, te vista, te acueste y limpie la habitación...desde aquí y aunque yo no me emborrache, te doy las gracias Ro

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    1. Jajaja. Gracias, pero nunca sabes cuando aciertas, y no sé i el chaval habría aprendido la lección mejor metiéndole en un avión de vuelta a Madrid.

      Besos.

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