Diciembre empezó con mucho trabajo en el instituto y muchos exámenes de mi hijo, así que pasamos las dos primeras semanas trabajando y estudiando, incluido el puente.
Se juntó todo con un dolor de cabeza de los que hacía años que no tenía, que me tuvo varios días mal, y que yo lo achaco al cansancio, al final del trimestre y a las puñeteras cuentas del instituto, que me traen por la calle de la amargura. Darían para varias entradas, pero serían tremendamente aburridas.
He terminado el trimestre a duras penas, muy cansada, agotada del trabajo de estos meses.
Por lo demás, nuestro nuevo miembro de la familia, nuestra peludita, nos da muchas alegrías y trabajo. Es como tener un bebé en casa, un niño pequeño y travieso. Y estamos locos con ella.
Las navidades no han sido como siempre. No nos hemos juntado con mi madre, como cada año, aunque sí que hemos pedidos ver a mi padre y a mi hermano. Y, sobre todo, he podido ver a mi hijo, que se marchó en septiembre a la universidad y, a pesar de la cercanía, no nos habíamos vuelto a ver. Este año, entre el confinamiento y este trimestre, he pasado menos tiempo que nunca con mi hijo mayor. Pero bueno, estas vacaciones está en casa y podemos estar juntos, a pesar de que se pasa el día estudiando.
Por lo demás, el mes ha sido todo menos tranquilo, pero sin novedades. No sé explicarlo mejor. Hemos ido y venido, vacaciones, muchas cosas, tanto que no hemos parado en casa dos días seguidos. No está mal y no tengo ganas de volver a la rutina.
Yo tampoco tengo ganas de volver a la rutina.
ResponderEliminarYo empecé las vacaciones incluso antes que los niños y volveré al trabajo cuando ellos vuelvan al cole, así que 3 semanas que se están pasando rapidísimo. No tengo ninguna gana de volver a la oficina y me va a costar coger de nuevo el ritmo...Con lo bien que estoy yo en mi casa.
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