... de locos.
De locos porque he pasado muchos días fuera de casa y, siendo sincera, a pesar de que las necesidades básicas de mis hijos están cubiertas, en temas de logística hemos estado más bien apurados: encargar un libro de lectura, comprar cuadernos, llevar esto o lo otro a clase, las reuniones de padres del instituto... y sobre todo con el estudio del pequeño.
Haciendo balance con la agenda en la mano, he pasado siete días en Dublín, otros siete de ruta por el sur de España, otra noche de convivencia con los alumnos en un pueblo este fin de semana pasado, además de varias cosas en el instituto por la tarde: dos claustros, dos reuniones de padres, un curso de dos días y otro que acabamos de empezar. Un total de quince días completos fuera y siete tardes, que implican quedarme a comer fuera y llegar a casa a dormir. Echad la cuenta de lo que he parado en casa. Y todo ello, relacionado con el trabajo...
Además, los viajes han implicado mucha preparación por lo que hemos estado muy ocupados con todo tipo de preparativos, que incluían compras aquí y allá, encargos, cosas que llevar y recoger casi cada día, así que la mente ha estado en marcha todo el tiempo.
En definitiva, que me he comunicado con mis chicos de casa casi casi solo por teléfono, me he pasado el mes dando instrucciones, vigilando estudios y tomando lecciones desde lejos, con el pensamiento puesto en casa pero sin estar en ella.
El resultado ha sido que termino el mes muy cansada, con la espalda hecha polvo, el estómago también (es donde más me afectan los nervios) y con ganas de rutina y tranquilidad. Y, como cada vez más a menudo, el puente me va a venir muy bien para descansar pero fatal para el ritmo de trabajo de mis alumnos que, como comprenderéis, es prácticamente igual a cero. Necesito que se pongan las pilas, y también ponérmelas yo, que vayan aprendiendo a trabajar como me gusta, algo que este año me va a costar mucho, por los alumnos que tengo y porque el mes de octubre no ha ayudado nada.
No creáis que me arrepiento de apuntarme a todo. De eso nada. Las caras de los alumnos, sus agradecimientos y los de los padres cuando te los llevas de viaje merecen la pena tanto que ya estamos pensando en lo siguiente (el próximo año, nada cercano, que eso no hay cuerpo que lo aguante). Pero ahora todo lo que pido es rutina, casita y tranquilidad.
No me extraña que estés cansada y necesites casita, rutina y tranquilidad. Me canso hasta yo sólo con leer todo lo que has hecho. ¡Madre mía! ¡qué estrés!
ResponderEliminarEspero que disfrutes mucho el puente y descanses todo lo que puedas. Te lo has ganado.
Feliz martes, Ro.
Ya llega la rutina y, espero, la tranquilidad.
ResponderEliminar¿Rutina? ¿Eso qué es? Yo este año voy a todos sitios con la lengua fuera.
ResponderEliminarY si, has estado de aquí para allá.. que llegue entonces esa tranquilidad que necesitas... beso
ResponderEliminarMe he cansado con solo leerte. Ahora a descansar y ya verás noviembre con otros ojos, o por lo menos, con unos ojos más descansados :-)
ResponderEliminarNo hay nada como la rutina :)
ResponderEliminarTe entiendo. Yo no sé si podría, eres mi ídola, de verdad.
ResponderEliminaroye, pero que te quiten lo bailado! :D
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