Preparando un viaje

Creo que ya os puedo contar que este verano (POR FIN) mi marido y yo nos vamos unos días a Nueva York. Espero que todo nos salga bien y que disfrutemos mucho de este viaje, uno de mis sueños que voy a ver cumplido.

Empezamos a organizar este viaje al finalizar el verano pasado. Sí, así, con tiempo. Y después de comprar los billetes y buscar alojamiento, lo dejé aparcado una temporada, aunque siempre estoy atenta a páginas e informaciones relativas a la ciudad.

Pero ahora recientemente, en las vacaciones, me he puesto definitivamente a organizar nuestra estancia, los lugares que queremos ver y el tiempo de que disponemos. Y estoy ya planificando rutas para cada día.

Me lo estoy pasando muy bien con los preparativos, buscando información, leyendo guías de viaje y apuntando lugares, direcciones, horarios, distancias... Es una de las cosas que más me gusta de viajar: los preparativos.

Sé que siempre hay que dejar lugar a la improvisación, y así será; más aún en una ciudad como Nueva York, tan enorme que es complicado que todo salga como uno planea. Pero a mi marido le pone muy nervioso no tener todo planificado. A mí no me importa tanto, pero como soy yo la que organiza los viajes, ahí estoy, dándolo todo en este, que para él no era tan imprescindible como para mí.

Tampoco sé si os he contado que, pocos días después de volver nosotros, se va mi hijo mayor también al mismo lugar, pero esta vez a un campamento como ayudante de monitor, a pasar cuatro semanas aprendiendo y practicando inglés. No van a estar en la ciudad, claro, aunque sí pasarán algún fin de semana en ella. Y él también está muy ilusionado con esta estancia.

Ahora sí, es el momento de que me deis sugerencias de lugares para visitar, para comer, para conocer, fuera de los típicos que seguro que vamos a ver.