jueves, 19 de enero de 2017

Para acabar con Eddy Bellegueule

Este libro lo saqué de instagram, de uno de esos hastag lectores que tanto le gustan a Dina. Gracias a uno de ellos di con la cuenta de @queridajuliet, de la que ya he apuntado un montón de libros para leer.



Título: Para acabar con Eddy Bellegueule. (Enlace de Amazon)
Autor: Edouard Louis.
Editorial: Salamandra.

Se trata de un libro duro, pero escrito como desde la distancia, como si cuentas algo que te duele tanto que prefieres hacerlo como si le hubiera ocurrido a otro, como si tú ni siquiera estuvieras allí.

Está basado en la propia experiencia de niñez y juventud del autor, así que el personaje principal es él mismo. Y, como digo, se muestra distante hacia muchas de las experiencias que ha vivido por ser duras para él de contar.

Eddy es consciente desde pequeño, quizá desde su nacimiento, de que es diferente a los demás. Sus padres y hermanos también, y su entorno, por supuesto. Pero todos, incluido él mismo, reacciona violentamente a su condición de homosexual.

Lo que más me ha sorprendido de este libro, y que llevo dando vueltas un par de días, es que el autor es muy joven, nacido en el 92, y nos describe su pueblo como un lugar absolutamente brutal, digno de una novela de Zola. La incultura, la falta de medios para salir de un círculo vicioso de alcohol, pobreza, prejuicios, los papeles repetidos una y otra vez en padres e hijos... parecen asombrosos en esta época. Y sin embargo están ahí, palpables, y es quizá lo que más me ha impresionado.

Un pequeño fragmento:

“Yo no era capaz de concentrarme y mi madre no podía concebir —quiero decir que de verdad no estaba en condiciones de hacerlo— que fuera posible prescindir de la televisión. La televisión había formado toda la vida parte de su paisaje. Teníamos cuatro en una casa pequeña, una por dormitorio y otra en la única habitación común, y a nadie se le ocurría siquiera pensar si a alguien le gustaba o no. La televisión, como la lengua y los hábitos en el vestir, le había venido impuesta. No comprábamos los televisores, mi padre los cogía de la basura y los arreglaba. Más adelante, cuando iba al liceo y vivía solo en la ciudad, mi madre, al darse cuenta de que no tenía televisión, pensó que estaba loco; había efectivamente en su tono de voz esa angustia y ese aturullamiento que se les nota a quienes se topan de pronto con la locura Pero entonces ¿qué haces en todo el santo día si no tienes televisión?

8 comentarios:

  1. Si, me gusta más un hashtag lector que a un tonto un lápiz ^^
    Y quiero leer ese libro desde hace más de un año....

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  2. Esa colección me encanta y ese párrafo más.Me lo anoto.

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  3. ¿Cuál es el hagstag? Que estoy sobrada de tiempo y falta de libros 😂😂😂
    Ro, yo por desgracia si sé que hay ese "anquilosamiento" en muchos pueblos. Por si te sirve de comparación, un conocido no pudo presentar a su madre como testigo para adoptar en el extranjero, porque la buena señora decía que cómo lo iba a querer igualmqie si fuera biológico 😞😞😞

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  4. En algún momento mi lista de libros pendientes explotará...
    besos

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  5. nosotros cada vez ponemos menos la tele, un tiempo estaba prendida todo el día de fondo, pero prefiero poner música... o nada, como ahora, que puedo escuchar mis pensamientos :)

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  6. Si no fuera por Netflix no vería la tele nunca. El libro pinta bien, pero no para ahora, necesito felicidad y alegría en mi vida.

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  7. Tengo ese libro en pendientes desde hace mucho, en el kindle, tras leer la recomendación en un blog, pero como advertía sobre su dureza ahí esta esperando, quizás a un mejor momento mío para ponerme con él.

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