En dos sentidos: el meteorológico, que parece que empieza a cambiar, y va refrescando más, al menos por estas tierras del norte. Y el otro, el que pasa inexorable y no te deja tiempo de respirar.
La semana pasada, como estuve de enfermera en casa de mi madre, me llevé mi artillería de libros y apuntes y aproveché a trabajar un poco. Pero ni de casualidad he llegado a mi objetivo de terminar mis unidades para este trimestre y así poder respirar un poco. Me faltan al menos otro par de semanas de trabajo intenso si quiero descansar y relajarme.
Y tengo que preparar la programación de mi asignatura, un papeleo que no me gusta nada y que tengo empezado pero para el que no encuentro momento, precisamente por la falta de ganas.
Con todo, voy un poco más tranquila, aunque no del todo, y sueño y pienso constantemente en apuntes, ejercicios, proyectos... Me despierto muchas veces por la noche, duermo mal y mi mente no deja de maquinar cosas relacionadas con el trabajo.
No sé de qué me sorprendo porque suele pasarme al iniciar cada curso, y se va pasando poco a poco con la rutina.
El mes de octubre ha empezado y sigo a tope, con dos o tres horas por la tarde de preparación de clases que me dejan exhausta y con ganas de irme a la cama a las nueve.
Lo bueno es que en clase todo va bien: mis alumnos parecen majos, y nos vamos conociendo y acostumbrando unos a los otros. Ahora falta que se acostumbren a un ritmo de trabajo, a la palabra trabajo, a hacer algo, vamos.
te entiendo perfectamente, yo soy profe de primaria y llevo un mes hasta arriba con papeleo...mañana entregamos por fin las programaciones y espero poder respirar un poco. El lunes me desprté a la 1 de la mañana pensando en una cosa de trabajo, y hasta que no la terminé no me dormi...a las 4 de la mañana
ResponderEliminar¡ánimo! que ya nos queda poco
Nosotros tenemos aún unos días para preparar programaciones. Menos mal!!! Y en este mes tenemos evaluaciones iniciales y reuniones de padres, así que no es poca cosa.
EliminarEsa sensación de la que hablas la tengo yo todos los días. Me acuerdo de algo y me levantaría, pero si lo hago no soy persona al días siguiente. Me quedo en la cama y no duermo, así que no sé qué es peor.
Besos.
Venga campeona que tú puedes! y oye un día de acostarse a las nueve no le viene mal a nadie ;)
ResponderEliminarEspero que tu madre vaya mejor.
Besos
Gracias, Inés. Necesito esos ánimos. Ya me contarás cómo vas tú con lo tuyo. Que hay años en que tenían que pagarnos el doble, y no digo más.
EliminarBesos.
Yo había empezado este año agobiada, y además todavía está todo "sin colocar" (hablando de horarios); pero es que creo que a partir de la semana que viene se me complica más todavía la cosa. ¡No sé cómo lo voy a hacer!
ResponderEliminarEstoy superagobiada. Hoy muchísimo. No sé, pero no tengo más que ganas de llorar por las esquinas, no te digo más.
EliminarBesos.
Venga Ro... ¡Tú puedes! Dentro de tres semanas se habrá pasado el agobio 😘😘😘
EliminarCuando te leo me reafirmo en lo que pienso de que la mayoría de la gente tiene una idea muy equivocada del trabajo de los profesores. Cuando oigo a alguien decir eso de "tenía que haber estudiado para profesor... esos sí que viven bien... tienen un montón de vacaciones y trabajan pocas horas al día..."...¡Ja!
ResponderEliminarMucho ánimo, Ro. Como tú bien dices: dentro de poco cogerás de nuevo el ritmo y todo será más llevadero.
Un beso
En todos los trabajos hay de todo. Tengo algún compañero que un día preparó clases y no ha vuelto a hacerlo en veinte años. También hay que decirlo. Pero no son mayoría. La mayoría de los profesores le echamos un rato todas o casi todas las tardes, porque las horas en el centro no dan para preparar y corregir.
EliminarBesos.
Gracias, guapa. Mucho ánimo para ti y tu patita.
ResponderEliminarBesos.