Libro viajero con mis alumnos. El comienzo

A principio de curso me planteaba organizar un libro viajero con mis alumnos, pero no sabía cómo hacerlo.

La principal dificultad era económica, porque tenía que contar con que compraran unos libros para leer entre todos, y escribir en ellos, así que ya pensaba en la oposición de algunos padres o de los propios alumnos.

La segunda dificultad que me frenaba eran mis propios alumnos. A ver, son buenos chicos, y por eso les llevo a un ritmo de lecturas endiablado para lo que suele ser habitual que mande un profesor. En la primera evaluación leímos dos libros, uno obligatorio, todos el mismo, y otro que ellos eligieron de una lista y les mandé un tercero para las vacaciones. Ahora estamos leyendo otro, el cuarto, y no hemos llegado a mitad de curso, así que pensar en un quinto me hacía temblar un poquillo.

Finalmente, los astros se aliaron en mi favor de la noche a la mañana.

Una librería del pueblo ha cerrado porque cambia de dueños y nos ha cedido una caja llena de libros de género juvenil.

Cuando mi directora, que es un sol, iba por el pasillo llevando la caja a la biblioteca, tuvo la mala suerte de cruzarse conmigo y comentarme qué llevaba entre las manos, así que me quedé con la caja, una caja con cerca de cincuenta libros bastante majos.

Así que ahora no había ninguna razón para no organizar el libro viajero entre mis chavales.

Y eso he estado dando vueltas durante unos días, hasta que finalmente se lo he planteado.

Muchos de ellos (no todos claro) se han entusiasmado con la idea.

Lo hemos hecho de la siguiente manera:

- Han formado grupos de entre cuatro y seis personas, que podían ser de la misma clase o de distintas clases dentro del mismo curso (3º).

- Han elegido quién iba a ser el primero en leer, y esto era importante porque el primero elegía el libro.

- Para dar un poco de emoción al asunto, he llevado la caja de libros a clase pero han elegido a escondidas, han metido el libro en un sobre y se lo han llevado a casa.

- Junto con el libro, les he dado un sobre con las instrucciones y una tarjeta por cada miembro del equipo, para que escriban sus impresiones sobre el libro cuando lo hayan terminado.

- Tienen libertad absoluta para escribir en el libro, dibujar, pintar, subrayar, colorear y poner lo que quieran (saben que soy contraria a la censura de ningún tipo, y les he dicho que sean educados con sus compañeros que lo van a leer, pero que no piensen en ningún momento que el libro lo voy a ver yo, sino que lo hagan pensando en ellos mismos y en su grupo de amigos). Se han sorprendido muchísimo de que puedan "estropear" el libro, porque siempre intento enseñarles a ser cuidadosos con sus cosas, y concretamente con los libros.

A ver ahora lo que sale... Creo que nos vamos a divertir un montón.

Dentro de un mes o mes y algo, os cuento los resultados.