Viaje a Grecia IV

Dejamos atrás Atenas y nos adentramos en la península del Peloponeso.

Para ello, cruzamos el canal de Corinto. Nos impresionó muchísimo este canal utilizado para la circulación marítima. Y compramos pasas, como no...

Después fuimos a ver el teatro más grandioso que yo haya visto. Epidauro.

Es realmente enorme, caben catorce mil espectadores. Y la acústica es fantástica. Desde el centro, donde están la mayoría de esas personas, hablando en un tono de voz normal, se oye en todo el teatro.

Hicimos numerosas pruebas, claro. Hasta cantaron (y eso que está prohibido) y recitaron. Nos sorprendió a todos gratamente y no creo que lo olviden en mucho tiempo.

Durante los siguientes días íbamos a vivir en la carretera, en este autobús. Un viaje cansadísimo pero muy aprovechado.

Visitamos Nafplio, un pueblo de cuento al lado del mar, que a todos les maravilló, porque era lo más parecido a las fotos que encuentras en internet si buscas rincones de Grecia.

Ya por la noche llegamos a Toló. Un pueblito pequeño, pero con nuestro hotel pegado al mar. ¿Quién dijo "ley de costas"?

Para entrar al hotel, dejamos las huellas de nuestras maletas por la playa.

Amanecimos así, aunque nuestros alumnos amanecieron casi todos en la playa, como era de esperar. Además, fue la noche de san Juan, y se convirtió para ellos en la mejor de todo el viaje.

Desayunamos así...

Y éstas eran las vistas desde mi cama.

Por supuesto, volvimos a estar listos a las siete y media de la mañana, si queríamos ver algo sin que nos matara el calor, era absolutamente necesario.

Cargamos de nuevo con maletas y hacia un nuevo destino.