martes, 1 de julio de 2014

Viaje a Grecia I

Como el curso pasado por estas fechas, voy a contar cómo ha sido nuestro viaje de fin de curso con alumnos.

No quería extenderme tanto como lo hice el año pasado, que me resultó pesado hasta a mí, pero sí os contaré lo más interesante y lo que más me ha gustado del viaje.

Primero de todo, algunos me habéis preguntado que cómo hemos conseguido dinero para semejante viaje.

Los alumnos aquí se mueven desde el inicio del curso con ventas (más de 10.000 euros se sacaron, por ejemplo, de la venta de polvorones), fiestas, sorteos y demás historias.

Y luego está el profe que lo organiza todo, que se mueve también muchísimo para que a los chavales el viaje les salga lo más barato posible.

Y luego, van poniendo el dinero poco a poco. Cien euros cuando se apuntan, otros setenta y cinco antes de Navidad, otro poco después... Y así no les supone tanto.

Dicho esto, a lo que vamos.

Salimos el día 20 a las 4:00, es decir, la noche del jueves al viernes. Nuestro avión salía a las doce del mediodía, pero hay que calcular las distancias y también los tiempos de espera, de facturación... de tanta gente.

Siete de la mañana en Medina del Campo

Facturación...

y más facturación

Estábamos todos nerviosos y emocionados, pero sabíamos que nos esperaba un largo viaje. Primero hasta Madrid, luego el avión, y luego hasta el hotel en Atenas.

Llegamos al hotel a las seis de la tarde, es decir, más de doce horas después. Cansados, pero con ganas de ver Grecia.


Vistas de la Acrópolis desde la terraza del hotel


Primera sorpresa: teníamos reservada una cena típica en una taberna del centro. Para setenta y cinco.

Así que una ducha después, todos salíamos dispuestos a echar un vistazo por Atenas.

La primera vista de la ciudad nos desencantó un poco. Todo muy viejo, poco arreglado, muchas pintadas, suciedad en las calles... quizá ahí es donde más nos dimos cuenta de la crisis que está azotando el país.

La cena fue marra-vi-llo-sa. Lo fue para más o menos la mitad de los alumnos, y para la otra mitad fue espantosa.

- Esto tiene verde.
- Yo no como ensalada.
- Puagggg, sabe a especias.
- Todo tiene verdura...



Ensalada griega, giros (lo que aquí llamamos kebab), kebab (con brochetas de carne a la plancha),

En fin, unos cuantos alumnos que salieron de allí sin cenar, a buscar un McDonalds o algo así, donde se pudiera comer normal.

Una vuelta por la Atenas nocturna y luego al hotel, que tenía una terraza con una pequeña piscina y bar, y con unas maravillosas vistas a la Acrópolis iluminada por la noche.

A la mañana siguiente, madrugón y visita al Museo Arqueológico.



Para que veáis un poco lo difícil que es moverse con tanta gente, os pongo nuestra llegada al museo



Los museos no interesan demasiado a nuestros alumnos, y menos si lo que exponen es tan tan antiguo como lo que vimos en éste. A los profes nos encantó, y a algunos de ellos también, claro, pero estaban deseando calle, a pesar de que ya a las ocho de la mañana se veía que íbamos a pasar mucho calor.

De allí a la Acrópolis, y comenzamos la subida, visitando distintas edificaciones y ruinas por el camino: el Ágora, el Templo de Atenea, El santuario de Asclepio, el Odeón de Herodes...





La subida fue dura, porque se nos fueron quedando por el camino pidiendo un helado, mirando una tienda, y luego llamaban que no sabían por dónde íbamos. Y eso que dos profes iban abriendo el camino y otros dos íbamos de coche escoba. Así que tardamos en llegar muchísimo más de lo que sería normal, por el calor, el despiste...

Arriba, no os puedo explicar con palabras lo que sentí. Solo os diré que, como soy un poquito exagerada, ante el tamaño y la belleza de aquello, me sentí un poco Stendhal y me eché a llorar. Sobre todo al contemplar con mis ojos las Cariátides en la grandiosidad de su lugar original.





Podría hablaros de que encontramos aquello un poco descuidado, no los edificios, las ruinas, sino los alrededores, pedregosos, sin arreglar, llenos de malas hierbas, pero aquello no fue lo que me impresionó ni lo más importante de aquel día.

Bajamos para comer en los alrededores pero aún entonces había un grupo que se había despistado y llamó, así que uno de los profes volvió a subir a la Acrópolis con un calor de mil demonios para, una vez arriba, descubrir que las perdidas se habían cogido un taxi y ya estaban en el hotel, al fresquito del aire acondicionado.

Después de comer seguimos con la visita, les dimos tiempo libre para dar una vuelta y volvimos al hotel, cansados, agotados.

15 comentarios:

  1. Con lo "dura" que he sido yo toda mi vida, vamos, un cardo borriquero de armas tomar, y ahora cuando estoy ovulando o pre-menstruación, no me hace falta ver las cariátides en su "sitio". Esto de la edad y la sensiblería es muy malo ;)
    Veo que habéis perseguido adolescentes unas cuantas veces, jajajaja. Pero nos has dejado con la intriga: ¿qué fue lo más impactante del día? Mañana te leo. Besos.

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    1. En mi caso siempre he sido de lágrima fácil...

      Besos

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  2. Qué agobio con tanta gente! yo les hubiera echao bronca de órdago si voy a recogerlos y no están, grrrr.
    Grecia es uno de mis destinos pendientes. Aunque me tira un poco para atrás que el idioma sea tan diferente y que la gente tampoco hable inglés, lo visitaré algún día porque es algo que no se debe dejar pasar.
    Qué ganas de saber qué más pasó!
    Bsitoss

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  3. Muy chulas las fotos.
    Me alegro de que disfrutaras de comida y visitas,a pesar de la dificultad de conducir un grupo grande.

    ; )

    Besos

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  4. ro, lo primero de todo decirte que me encanta que nos expliques con detalle tus viajes de fin de curso.

    Y añado que ya solo esta primera entrada me he encantado. Casi me has hecho llorar al intentar imaginarme como tiene que ser poder ver aquello con tus propios ojos

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  5. Yo me emocioné en Olimpia... ni te cuento cuando pise la Acrópolis... (para que luego digan de los de ciencias :-P )

    Un besote

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  6. Me has emocionado con tu síndrome de Stendhal!
    Síguenos contando!
    Besos!

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  7. Cómo te entiendo. Tuve que ir a Atenas por trabajo y el fin de semana vino el franchute. Le levanté al alba para ir a la Acrópolis y entre los nervios y que era el fin de semana del cambio de hora ... Nos presentamos antes de que estuviera abierta...
    A mí no me importó porque estaba emocionada por estar allí y luego además hicimos unas fotos estupendas sin nadie por delante, una gozada pasear allí arriba tranquilamente con tiempo para deleitarse.
    Sólo conozco Atenas, así que por fa sigue contando vuestro viaje!
    Un abrazo

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  8. Hola, soy María y te sigo desde hace tiempo, y hoy me has hecho recordar... y comentar. Grecia fue mi destino de luna de miel, hace ya seis años, y lamento decirte que Atenas decepciona por lo que tú has comentado, pero no es una cuestión de crisis, hace seis años estaba así de descuidada, y diez años antes también. Es una lástima, porque con lo impresionante que es la acrópolis, cuando bajas te encuentras una ciudad tan hecha polvo (y me imagino que ahora, con la crisis, estará peor que cuando yo la visité).
    Espero tu siguiente post, porque Grecia es fascinante.

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    1. Atenas los chavales no les gustó demasiado. Algunos les horrorizó, y supongo su siempre ha estado si, descuidada.

      BeSos

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  9. Qué fotos más bonitas!! Me han dado muchas ganas de conocerlo.
    Un beso

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  10. Qué bonito, ro. Yo creo que también me habría emocionado y mucho.

    Qué pena lo e la comida... ¡ay! Irse a Grecia y comer en un McDonalds... xD A mí me da una envidia... madre mía.

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  11. La vista del hotel me parece espectacular.
    ¿Que haríamos hoy en día sin teléfonos portátiles?.

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