Parejas en el aula

El amor, en sus más variadas expresiones, te rodea cuando todo alrededor son adolescentes y jóvenes.

Los pasillos del instituto son un hervidero de búsquedas de ése o ésa que me gusta, y por todas partes se respira la hormona. Es cierto eso de que la primavera la sangre altera.

Este curso no sé qué pasa, pero es especialmente llamativa la presencia de amor allá donde vayas.

Algunos ejemplos.

El "amor imposible". 

Son aquellos de los que os hablé el otro día. Por cierto, Bettie escribió un precioso poema inspirado en esta pareja. Lo tenéis aquí.

Él escribió ayer en una red social: "seguiré luchando por conseguirte, y seguiré soñando en que algún día podré tenerte entre mis brazos". Ayyyyyyy.

Los "de toda la vida".

A los quince, llevar una relación de dos o tres años es todo un récord. Y este curso me han tocado los dos en clase.

Son muy simpáticos, sobre todo él, abierto, gracioso, divertido. Y ella es mucho más callada, pero con carácter para llevarlo bien.

Se pasan los recreos achuchándose en una esquina del patio, pero nada más.

Los "puagggg".

Una pareja del primer trimestre, que, afortunadamente, ya no existe.

No, no soy mala. Eran absolutamente vomitivos. Todo el día succionándose. Y él, además, con muy muy poca higiene... Llegaban los viernes y les dejaba sentarse juntos para leer.

Un día, estamos dale que te pego a la lectura, concentrados (yo al menos) y oigo el ruido de una tubería al desatascarse.

- Pero... pero... ¿esto qué es?

Parapetados tras sus compañeros de delante, allí estaban, dando rienda suelta a sus instintos. Ni que decir tiene que tuvieron su sesión en clase de sarcasmo y de "nos reímos todos un rato de ellos a ver si no se les vuelve a ocurrir" y les di una orden de alejamiento. Nunca más en mi clase ni siquiera en filas cercanas.


Los "Qué moooonos".

Un trimestre y medio, casi dos, de miradas tímidas, sonrisas, pequeñas conversaciones en tutoría, y supongo que también en otras clases...

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Y finalmente, llego hace unas semanas al aula y todo el mundo.

- Profe, profe... ¿a que no sabes quiénes se han enrollado?

- M y D.

- Joooo, ¿lo sabías? ¿les has visto?

- No, pero se veía venir...

- Son más monos...

Y es cierto. Unos niños muy bien educados, agradables, aunque no muy estudiosos. De vez en cuando, al terminar las clases, se acercan y se dan la mano, y a veces un besito. Da gusto verles.

Hay más, claro, muchos más, pero por hoy ya hemos tenido bastante.