lunes, 10 de septiembre de 2012

Roberto. ¿Y fin?

Empieza un nuevo curso y creo que con ello termina para mí, y para vosotros, el culebrón de Roberto.



Si no sabéis quién es Roberto, si aún no conocéis la historia, lo mejor es que no sigáis adelante. Su vida aparece en mis pesadillas desde hace meses. Si aún así, queréis conocerle, esto empieza aquí.

Para los que me habéis preguntado por él, os recuerdo que habíamos dejado a Roberto el último día de clase allá en el mes de junio despidiéndose de su profesora de lengua y haciendo que ésta llorase amargamente.


Source: google.com via Iv on Pinterest

Dos días después estaba otra vez en el instituto. Sí, sí, no penséis que se había ido. Sí pero no, no del todo. Llega buscándome por todas partes y yo no aparezco (estaba en una de las múltiples reuniones que hacemos los profesores, porque parezca que trabajamos, más que nada).

Cuando por fin me localiza veo que está alterado, no sé si decir violento.

- ¿Qué ha pasado?

- Que me tocaba este fin de semana en casa.


Ahora os explico, por si no estáis (afortunadamente para vosotros) familiarizados con el tema. Si unos padres son negligentes, o no saben o no quieren cuidar bien a sus hijos, o los maltratan, se les abre un expediente que puede llevar a quitarles la tutela de esos hijos de manera temporal. En este caso la madre de Roberto había renunciado voluntariamente a la custodia, pero el expediente ya estaba abierto. Nadie puede decir, así, por las buenas, ahora no quiero a mis hijos, que se los lleven. Esto es un proceso que llevaba años abierto (muchos). Y siempre, cualquier medida que se tome es por el bien del menor, al menos eso se supone. Es al menor al que hay que proteger.

Y bien, atención a esto. Una vez que el niño está en un lugar "seguro" (centro de acogida), ¡¡¡¡se establece un régimen de visitas con su familia!!!! Es decir, tiene que pasar los fines de semana con esa familia que no sabe cuidarle, que no le quiere o que le maltrata.




Así que al principio a Roberto le tocaba todos los fines de semana con la familia. Luego se le cambió a uno sí y uno no, porque se vio claramente que aquello no le venía bien (no hace falta ser muy listo).

En su casa amenazaban desde su última visita con matarle si seguía contando detalles de lo que sucedía en su hogar a los asistentes sociales y educadores del centro. Y ese fin de semana intentaron cumplir la amenaza.

Roberto huyó de su casa y acabó en comisaría a las tantas de la mañana (solo, muy solo) denunciando a la persona que se supone que más debería quererle en el mundo.

Se sentía culpable y no sabía si había hecho bien.

Tengo que decir que fui tan poco profesional como que de mi boca sólo salieron sapos y culebras dedicados a esa persona. Como yo en clase nunca digo palabrotas, y soy de apariencia más  bien calmada, acabamos los dos muertos de la risa por la cara de susto que tenía el pobre chaval al oírme despotricar.

Entonces cometí otro error, otro error muy poco profesional (pero tengo que decir en mi favor que yo entonces ya no me sentía su profesora en absoluto). Le dije que le llamaría para ver cómo estaba.

Y durante los días siguientes le llamé desde el instituto, pedí permiso a sus educadores para hablar con él y ver cómo iban las cosas.

Pero, como no hay dos sin tres, mi tercer error fue acordarme un día de él y llamarle desde mi móvil.


Source: google.com via Blair on Pinterest

Tengo una amiga que dirige un centro de menores desde hace muchos años, que me aconseja en muchas situaciones complicadas, porque si hay un chaval difícil en un instituto, ése es para mí, siempre, sin excepción, como si tuviera un imán. Le conté todo esto.

- Estás perdida, me dijo, eso es algo que tarde o temprano todos hacemos, intentar ir más allá, ayudarles de otra manera, y es un error. Ahora te aburrirá día y noche.

Dicho y hecho. Durante todo el verano, con una frecuencia aproximada de día sí, día no, me llegan mensajes al móvil que dicen: QUIEREN HABLARTE, con el número de Roberto (porque, claro, no tiene saldo)

Las primeras veces, como le dije que me llamara si necesitaba algo, corrí a llamarle a ver qué pasaba. Después, a pesar de la insistencia, me he ido haciendo más dura. Le he estado llamando una vez a la semana para ver cómo le va.

Y ahora termina para mí el tema de Roberto, porque el viernes fui por última vez al instituto, y no ya tendré a Roberto más sobre mis espaldas día y noche (creo).

¿Qué siento?

Es difícil de explicar. No es nada mío, sólo es un alumno, pero me gustaría poder protegerle. Y sé que no puedo.

Sobre todo me siento culpable. No he podido ayudarle, y sé que a partir de ahora, viviendo en un centro, sin familia, lo tiene mucho más difícil de lo que lo tenía.

Le vi el lunes pasado.

Y, como siempre en los últimos tiempos, primero me mira como si hubiera visto una aparición, me abraza y después se me pega durante toda la mañana. Me espera mientras hago mis exámenes, mientras corrijo, mientras tomo un café con compañeros.

Y, como estaba especialmente emocionada por el tema despedida, pues eso no me vino nada bien para el tema Roberto.

Y le vi el viernes, pero no me he despedido de él, porque no podía, simplemente no podía. Así que le dije que nos veríamos la próxima semana (esta semana) y que ya sabía cómo localizarme.

Pero no voy a volver más al antiguo instituto, no por ahora. Más adelante iré a hacer alguna visita, pero ahora no quiero volver. No puedo.

Ésta es una despedida que no puedo hacer.

24 comentarios:

  1. Ante todo,los maestros,los profesores son personas,a veces madres,con sentimientos..y es normal que ese límite que no se debería cruzar,un día se cruce...Se trata con niños,con material sensible...y cuando nos encontramos con un caso como el de Roberto..sólo se sienten ganas de proteger..
    Por desgracia,las leyes de protección del menor tienen lagunas...y el mundo está lleno de Robertos..niños que vagan solos por el mundo!!
    Ánimo,Ro!!!!bsssss!!!

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    1. Lo malo es que no sabe uno si hace bien en acercarse a ellos. Ahora desaparezco de su vida. No soy nada suyo. En fin...

      Besos.

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  2. Me has puesto los pelos como escarpias.

    Y sabes qué? Que cuando contaste que cambiabas de instituto, lo primero que pensé fue en Roberto!!

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    1. No sé lo que va a ser de él. Y ojalá me equivoque en lo que creo que será su vida.

      Besos.

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  3. Creo que Roberto no te podrá olvidar en la vida, aunque al final, no vayas a poder ayudarle como quieres. Ha visto en ti cariño y apoyo y cuando no se tiene, para él eres eso, algo mágico. No podía imaginar que en tanta desgracia que le ha tocado vivir existiera la bondad. Ánimo para que el dolor se vaya suavizando. Un beso fuerte.

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    1. En la adolescencia todo les parece muy grande, son amigos para siempre, hermanos, no sé. Me gustaría que me olvidase. Eso significaría que alguien le entiende y le da cariño.

      Besos.

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  4. Madre mía! a mi esq se me encoge el corazón, yo tampoco sabría q hacer....

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    1. Es un tema muy difícil. Y puedo decirte que he estado este verano varias veces a punto de implicarme hasta las últimas consecuencias. Y mi familia en pleno conmigo. Pero no lo he hecho, supongo que no me he atrevido, y acercarme más a él era arriesgarme a hacerle daño.

      Besos.

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  5. No conocía la historia de Roberto, pero me he puesto al día y no veas como te entiendo... Debe ser muy difícil ayudar a estos chicos sin implicarte personalmente.
    Un besazo y mucho ánimo, guapa!
    MLu

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    1. Muchas veces pienso que me equivoco, que debería limitarme a dar mis clases. Pero no me sale, y al final siempre termino implicándome.

      Besos.

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  6. Jolín!!yo también me había acordado de Roberto, pero tampoco quise preguntarte nada...diooos, que duro tiene que ser, tienes que estar muy confusa...la vida es muy injusta. Y como dicen por ahí arriba no creo que te polvide nunca, a ese niño le vas a marcar.

    un beso

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    1. Sólo pienso que es muy difícil que las cosas mejoren para él, con mi ayuda o sin ella, y eso es lo que lo hace duro.

      Besos.

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  7. Qué difícil...debe ser casi imposible no llevarse todo eso a casa después del trabajo...ojalá Roberto encuentre su camino en la vida, eso sólo lo puede hacer él...me he leído los post que hablan de él y se me ha enconjido el corazón.
    un beso, Ro

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    1. Normalmente me lo llevo todo a casa. No debería, porque no me viene nada bien. Pero no puedo evitarlo.

      Besos.

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  8. Buf no puedo ni imaginarme lo duro que es estar en una situación así, puedo hacerme una idea pero cuando no vives algo así no lo sabes..
    Entiendo perfectamente tus ganas de ayudarle y más que nada de impotencia por saber que no puedes hacer nada.. Como Roberto hay así miles de chicos que tienen esa actitud y que no tienen a absolutamente nadie.

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    1. Los casos peores que he tenido no puedo contarlos. Lo de Roberto es, con situaciones parecidas, lo que le sucede a muchos chavales con sus familias. No se puede ayudar a todos, pero el caso de este chico me ha marcado.

      Besos.

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  9. Uff... me he quedado tocadísima! Qué fuerte, entiendo que te sea duro, creo que has hecho mucho por él, te has implicado personalmente... es muy triste la historia. Lo siento, tienes que haberlo pasado muy mal.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Es malo implicarse. Para mí y para él, porque él quería, quiere, una familia. Y eso no he podido dárselo.

      Besos.

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  10. Es muy duro tratar con niñ@s en esa situación porque sabes que nunca vas a darle lo que de verdad necesitan, porque no eres tú la que tiene que hacerlo y te sientes impotente y frustrada y también triste porque estas cosas pasen... Estuve trabajando de monitora sólo un verano, con niñ@s de un centro de acogida sólo un mes y sólo unas pocas horas cada día...y aun así nunca me olvidaré. Duele, pero por otro lado pienso que si te acostumbras a eso, si deja de dolerte, te conviertes en algo que no eres.
    Mucho ánimo

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    1. Cada vez que lloro por un alumno hay alguien que dice que tengo que hacerme fuerte, pero no quiero. Dejaría de ser yo si esto me resbalara.

      Besos.

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  11. La historia de Roberto me tiene con el corazón encogido. Si es que es muy injusto lo que a muchos niños les toca vivir por la situación familiar en la que crecen. Probablemente darle tu número fuese un error pero un error muy humano, tu no te vas a olvidar de Roberto, pero el tampoco se va a olvidar de ti, y yo creo que esto es muy positivo, quizá no para ti, pero si para el ya que tú eres una muestra de que aunque nos encontremos con muchas personas malas en nuestra vida que nos hacen sufrir, incluso los que más deberían querernos, todavía hay gente buena en el mundo que está dispuesta a ayudarnos y que piensa en nosotros. Y yo creo que Roberto necesita mucho de esto, que este niño además de poco querido en casa se ha tenido que sentir como el malo en el colegio por todos los castigos y broncas, que si bien merecidas, desmoralizan a cualquiera, y más a este chico que seguramente en esos momentos no encontraba otra forma de ser alguien en clase. Tu le has mostrado que importa y que hay personas que ven que es bueno y que merece la pena.

    Mucho animo y suerte en tu nuevo colegio

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  12. Qué pena, es una lástima que un niño nazca ya con las alas tan cortadas, sin esas posibilidades enormes que tienen todos.

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  13. Has sido un autentico SOL de persona por hacer todo lo que has hecho.

    Lo que has hecho ha sido muy importante para él, que necesita ese tipo de señales para seguir adelante, con ilusión, aún no está todo perdido, sabe apreciar el cariño cuando lo recibe.

    Para que no sea tan duro despedirte de él, ¿por qué no le envías una nota? o algo similar, para evitar que se sienta frustrado por no volver a verte sin una palabra al menos.

    Ojalá pueda encontrar más ''señales'' como lo has sido tú para él, que le hagan salir adelante...

    Belén

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  14. El lunes empezaron los niños el cole y cogí vacaciones en su amplio sentido de la palabra... Acabo de ver esto... Tu no puedes llenar y curar todas las heridas de Roberto. Tenemos q confiar en q se hará un hombre y esperemos q se rodee de gente q le de todo ese cariño, amor y vida que le falta... En la vida no solo pasa un tren Ro. Sonrie xq tu has has pasado parte de su viaje con él, ves? No todo será malo en su vida.

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