Soy profesora de lengua. Soy de letras. De letras puras purísimas. Cuando tuve la menor oportunidad aparqué los números y apenas los uso. Solo sé sumar y restar, hacer tantos por ciento (cosa que me viene muy bien en las rebajas. Jersey con 40 % de descuento) y hacer reglas de tres. Cuando algo no me cuadra, hago una regla de tres.
Sin embargo, hoy, siguiendo con el tema de las pruebas de diagnóstico, ha tocado hacerle los exámenes a los alumnos que faltaron ayer. Faltaron sólo cuatro alumnos a la prueba, así que la han hecho hoy. Y me he dado cuenta que los profesores de lengua nos quejamos por nada. Nuestros chicos utilizan la lengua oral con fluidez: hablan más o menos bien; también la lengua escrita, aunque no sea más que para mandarse notitas y cartas, o para chatear por el tuenti. La mayoría de ellos son capaces de distinguir un verbo de un calcetín...No sé, nos quejamos de vicio.
Pero las matemáticas... ¡Oh!-¡dios!-¡mío! (que diría la insigne Janice en Friends)
A los diez minutos de haber empezado la prueba, dos de ellos dicen que ya está, que han terminado.
- Pero si habéis dejado dos hojas enteras en blanco...
- Es que no lo sé hacer.
- Yo tampoco. Es que es muy difícil.
- Vamos a ver...
Me pongo a hojear la prueba, que viene en una especie de cuadernillo, y...me quedo estupefacta.
- ¿Que no lo sabéis hacer? Pero...¿qué me estáis diciendo? Mirad ésta.
Atención, pregunta: (aviso, esta pregunta es tal cual, no sólo verídica sino real, vamos, yo diría que las mismas palabras que venían en la prueba)
Si un paquete de café de 250 grs. cuesta 2,75 euros, ¿cuánto vale el kilo de café?
Se la leo en alto. Les miro. La vuelvo a leer. Les vuelvo a mirar.
- Pero chicos, si esto ni siquiera son matemáticas. Lo sé hacer hasta yo.
- ¿Hay que multiplicar? -dice uno de ellos, no muy seguro.
Atención, otra pregunta:
Un kilo de jamón cuesta 25 euros. ¿Cuánto jamón puedes comprar con 5 euros?
(No, no os estoy tomando el pelo. Pensaba haber guardado el anonimato de la pregunta, haber cambiado el jamón por chorizo, o por lomo embuchado, por si acaso me denuncian por revelar secretos, pero he decidido ser valiente y poner la pregunta tal cual)
- Es que no lo sé hacer. De verdad, profe, que es muy difícil.
- Razona, alma de cántaro (esta expresión es de mi suegra, y se me ha pegado).
Le doy una colleja cariñosa, o no tanto. No suelo collejear a mis alumnos, pero con éste hay confianza, y donde hay confianza...
- Vamos a ver, un kilo a 25 euros, entonces 100 gramos ¿a cuánto?
Me miran como si estuviera hablando en japonés.
- Pero bueno, chicos, no me lo puedo creer. ¿Cuántos gramos tiene un kilo?
Uno mira al otro. Se sienten acorralados. Al final, uno de los dos responde:
- Uhmmm...¿cien?
Jolines, algo falla...
ResponderEliminarme habían hecho gracia las fotos pero al llegar al final ya no he pensado más en ellas porque me he quedado aterrorizada.
ResponderEliminar@_@
¡por dios! que lagunas más grandes tienen, les van a timar con "los chuches" jajajaja
ResponderEliminarYo también me cabreo...no sé, esto de los chicos me parece un tema muy complejo. Se supone que nuestros padres, (no todos claro está) tenían menos preparación y sin embargo (no todos claro)nuestra generación se supone que está más preparada, ¿por qué nuestros hijos no?
ResponderEliminarYa te digo yo, que yo terminé el colegio hace 6 años, y el sistema educativo deja muchísimo que desear. Obviamente habrá servido, pero de todo lo que tuve que hacer y estudiar ya no recuerdo ni la mitad de la mitad, y lo que debería saber más (como el inglés), vacío en la mente.
ResponderEliminar¡Besitos!
milowcost●
Por supuesto que algo está fallando, y no sé qué es. Mi hijo de 10 años responde a esos problemas sin pestañear, y en su clase cualquiera. No creo que sea tema de nivel, de conocimientos. Más bien, y es mi opinión, es una desidia general hacia cualquier cosa que cueste esfuerzo. Ahí la culpa la tenemos todos. Ven en la tele y en las revistas gente que triunfa por un golpe de suerte, o por acostarse con Menganito,...Si tuviera la solución, no me preocuparía tanto.
ResponderEliminarBesos.
Me has quitado las palabras de la boca, mi sobrina de 9 años estoy segura de que lo sabe!!
ResponderEliminarB*
en el fondo me pone un poco triste esto que cuentas ...
ResponderEliminarA mí también me pone muy triste, pero creo que, como dice Ro, la clave está en que escapan rápidamente de todo los que les suponga el más mínimo esfuerzo. Y no sólo porque sean unos vaguetes, sino porque no ven la necesidad ni el beneficio de no serlo. Sus modelos de éxito no son un médico, un escritor, un ingeniero o un biólogo que se han dejado los cuernos entre los libros o las probetas. Sus modelos son futbolistas que no saben escribir (vale sí, quizá los niños siempre han tenido como modelo a los futbolistas)y que se pasean en ferrari con una modelo igual de analfabeta e igual de forrada, pero es que también lo es el padre de su colega Pepito que trapichea vete a saber qué y por eso tiene BMWs, teles de plasma, ropa de marca y dos chalets. Las niñas (y esto es verídico escuchado por mis oídos...) quieren ser de mayores periodistas del corazón (ejem...)o "it girls" a las que todo el mundo invita a desfiles y regala ropa y cosméticos por ser las más fassssshion...
ResponderEliminarNi que decir tiene que yo, de pequeña, admiraba a casi todos mis profesores (y de no tan pequeña también), y ahora los niños consideran que ser profesor es ser un fracasado, que eres un pringao que les tiene que aguantar, y muchos padres ofrecen una ayuda inestimable para reforzar ese mensaje... ¿Para qué van a estudiar...para terminar siendo profesores, o becarios explotados, o investigadores en la miseria..?
Jolínnnnnnn, qué deprimente para un viernes...perdón...
.) Iba a preguntarte que de qué dabas clases, y esperaba con lo dedos cruzados que fuera de lengua i literatura (elitismos de filóloga, jajaja), así que me has dado una alegría al abrir tu blog!
ResponderEliminarPues mira, yo le voy a hacer un diagnóstico de estos a mi hermano pequeño, q está en 2º de bachillerato, quiere entrar en la Uni en Matemáticas, y el tío suspende Lengua.... y no me pregunta las dudas! Y ya no sé qué hacer... Es un caso perdido: es lo de "en casa del herrero".
Un beso y feliz finde!!
Merlucy ha hablado. Y no creo que se pueda añadir nada más. Estoy completamente de acuerdo.
ResponderEliminarSeñorita Sunshine, soy filóloga, por lo que veo, como tú. Y mis dos hijos, aún son pequeños, pero odian la lengua y quieren ser profes como mamá, pero de matemáticas. Con este nivelazo no les faltará trabajo.
Besos.
Odio los profesores que dan collejas y también si se tienen confianza para dar collejas
ResponderEliminarBueno, Sara, nunca he pegado a nadie, y menos aún a un alumno. Siento que te haya parecido así.
EliminarBesos.