En junio

Ya sé que todavía quedan cuatro  días para terminar el mes, pero se ve que tengo ganas de ir cerrándolo. Así que ya tengo mi pequeño resumen mensual preparado. Y hoy no se me ocurre otra cosa que contaros.

En la mesilla, muchos libros, y ganas de leerlos todos.

En la cómoda, mucho lío. Ropas que van y vienen, incluso ha habido días para sacar la ropa de invierno, aunque no lo haya hecho.

En el sofá, muy poco tiempo para sentarse, pero lo cierto es que he ido encontrando tranquilidad, no de sofá, sino de largos paseos, pero tranquilidad al fin y al cabo.

En la nevera, un caos importante. No he tenido este mes tiempo, o ganas, de recuperar el orden que imperaba en mi nevera y en mis menús desde principios de año. Lo he hecho al final del mes, un poco como anticipo de las vacaciones, y estoy volviendo a organizarme mejor.

En la caja de galletas, dos tartas de cumpleaños (y una de boda). No son galletas pero han marcado mi mes.

En la ducha, creo que ya os comenté que estoy cuidándome el pelo un poco más. De momento, lo tengo más bonito, más brillante y con rizos más definidos pero me dura menos limpio. Veremos si voy encontrando el equilibrio.

En los labios, muchas palabras para compartir con muchas personas.

En la cabeza, miles de cosas. El mes de junio siempre es complicado, termino agotada. Este lo ha sido más que nunca. Pero también ha sido ilusionante y esperanzador.

En la pared, por fin, nuestro proyecto de centro. Para mí no ha sido lo que esperaba, pero bueno...

En la calle, calor, frío, otra vez calor... y muchas caminatas.

En la mochila, dos viajes: uno a Madrid, con mis chicas, a principios de mes, y otro mucho más lejos, a la Alpujarra, en un par de días (por eso, entre otras cosas, estos días no tengo tiempo de nada).

En todas partes, aires de cambio.