martes, 9 de octubre de 2018

Sin destino de Imre Kertész

Durante mi viaje de la última semana, apenas he tenido tiempo de nada, y cada noche caía en la cama tan cansada que apenas me daba tiempo a abrir el libro, pero en el aeropuerto, en los vuelos y en las esperas he leído este libro del que había oído hablar pero en el cual no sabía qué me iba a encontrar.


Título: Sin destino
Autor: Imre Kertész
Editorial: Acantilado

El protagonista de la historia es un adolescente húngaro de quince años. Su padre tiene que irse a un campo de trabajo y él mismo ya porta la estrella amarilla en su chaqueta, pero aún no sabe muy bien qué está pasando ni qué consecuencias traerá todo eso a su vida y a la de los que le rodean.

Se trata de una novela muy breve que sorprende porque el narrador, en primera persona, nos cuenta su periplo por distintos campos de concentración de una forma bastante fría, desapegada, como si no fuera muy consciente de que todo eso le está pasando a él.

En realidad, la historia que se nos cuenta es la del propio escritor, que vivió durante su adolescencia un año y medio en campos de concentración nazis. Publicó esta novela en 1975 y, aunque debo reconocer que no lo sabía hasta que no lo he buscado, recibió el premio Nobel de literatura en 2002.

Existe una película basada en la novela que no he visto y no sé si lo haré, porque las historias de guerra me dejan bastante mal cuerpo y suelo huir de ellas. Aquí tenéis el enlace al trailer.

El libro es duro, y muy sincero, y te deja bastante tocada, al menos en mi caso. Aunque no creo que sea lo mejor que haya leído sobre estos temas.

9 comentarios:

  1. Ufff... Huyo de esos libros como de la pólvora xD Luego te dejan más para allá que para acá, y con la sensación de que el mundo es una mierda ;_;

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    1. Yo también suelo hacerlo. Aunque este no es excesivamente emotivo, quizá por eso te va formando un nudo que... uff

      Besos.

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  2. Hola.
    A mí sí me gustan esos libros y esas pelis, pero no ahora, ahora necesito cosas más lights.
    Besos.

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  3. A mi me gustó porque el enfoque es muy de adolescente de ese momento.
    Distinto.

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