martes, 16 de octubre de 2018

Diario de un viaje a Dublín (5)

Iban pasando los días. Es extraño lo pronto que nos acostumbramos todos a las rutinas, sean estas cuales sean. Estábamos caminando una media de veinte kilómetros diarios, no parábamos en todo el día, nuestros chicos ya no se cortaban en hablar en inglés con otros estudiantes que encontraban por la calle, o en pedir en las tiendas o en preguntar en cualquier sitio. Unos pocos días y muchos de ellos iban cogiendo confianza con el idioma.



Este día nos correspondía visitar el castillo, pero lo habíamos pensado demasiado tarde, y había lista de espera con las reservas, así que decidimos dedicar la tarde a pasear y que los chicos hicieran esas compras que siempre quieren para llevar un recuerdo a casa o para ellos mismos.

Por fin pudimos entrar en algunas librerías...



Recorrimos la famosa zona del Temple bar, que no les llamó demasiado la atención, y estuvimos con la archiconocida Molly Malone. Nos tomamos la tarde con más calma y estuvimos de compras.



La mayoría de los chavales se divirtieron por estar algo más ociosos y no ir corriendo a todas partes como los días anteriores.

6 comentarios:

  1. ¡Es que los ratos libres son lo mejor! A nosotros como padres siempre nos lo dicen en el colegio, que no pueden saturar a los niños. Espero que disfrutaras las librerías :)

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    1. Los ratos libres son absolutamente necesarios.

      Besos.

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  2. Que divertido! Tener algunos ratos libres siempre se agradece..

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  3. Parece que a pesar de lo extraño del lugar, todo va fetén ^^

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  4. In Dublin's fair city, where the girls are so pretty ^^

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