Este día nos íbamos a despertar con un pequeño susto. Teníamos a un alumno enfermo. No sé si alguien recuerda cuando conté mi viaje de las Rutas por Cataluña y Valencia. Uno de mis alumnos se puso enfermo, el chófer del autobús era novato, nos metió a buscar un centro de salud por calles estrechas y finalmente tardaron más de una hora la policía municipal y el autobús en conseguir salir de aquel embrollo, cerrando calles y haciendo maniobras, mientras me atendían al niño y nos íbamos andando tranquilamente al hotel.
Esta vez iba a ser todo más fácil. Le dijimos que se acercara a la academia (por cierto, era el mismo alumno que en Valencia) y allí ya habíamos preguntado y nos enviaron a una consulta médica justo a la vuelta de la esquina. Nos dieron cita en media hora, le atendieron y en la farmacia tampoco tuvimos ningún problema con las medicinas. Mucho más sencillo de lo que nos resultó dentro de nuestro país. Pero eso es otra historia.
Lo malo fue con la familia. En teoría la familia de acogida tiene que estar disponible para atender al teléfono si hay una emergencia o alguien enferma. Y esta familia no cogía el teléfono. Nuestro alumno no podía estar incorporado porque se mareaba y vomitaba y hubo que buscar una solución de urgencia. El dueño de la Academia se lo llevó a su casa durante todo el día hasta que a las cinco logró localizar a la familia y llevarle con ellos.
Mientras, el resto de los alumnos y nosotros seguimos con lo planeado. No podíamos hacer otra cosa.
Teníamos para esa tarde el museo arqueológico. Nos resultó interesante, más de lo que esperábamos, y sobre todo porque es breve. En él a los chicos les llamó la atención un barco vikingo y algunos cuerpos momificados que se exponían.
Como teníamos un castigado (uno que había contestado de malos modos al profesor de la academia), me perdí el museo. Lo vi un ratito corto cuando todos ya habían salido.
Nos quedaba tan solo un día de nuestro viaje y, como era sábado y no teníamos clase, teníamos programado pasarlo fuera de la ciudad.
Madre mía Ro, eres una profesional como la copa de un pino.
ResponderEliminarGracias. Me sacas los colores...
EliminarBesos.
Bueno, un día de contratiempos... Espero que el chico mejore :D
ResponderEliminarqué mala suerte del chico... y la tuya por tener que hacer de guardián! ò.ó
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