sábado, 13 de octubre de 2018

Diario de un viaje a Dublín (3)

Habíamos llegado a la ciudad el día anterior, los chicos habían dormido ya con sus familias de acogida y todo iba bien. al día siguiente empezaba la rutina de la semana para nuestros chicos.

El primer día de clases hubo un poco de descontrol. A algunos alumnos sus familias les habían indicado cómo se iba al colegio por la mañana o la noche anterior, a otros les llevaron en coche, otros tenían que coger un autobús... y os recuerdo que mis chicos viven en pueblos pequeños y no están acostumbrados al transporte público.



Tenían toda la mañana de clases, hasta la una, así que nosotros aprovechamos, junto con el director de la academia, para hacer un poco de turismo por la zona. Nos llevó en coche a visitar el barrio-ciudad-distrito o como sea donde nos alojábamos, Dun Laoghaire (pronunciado don léeri) , zona de costa muy bonita, llena de preciosas casas y que nos gustó mucho. También aprovechamos para ver, de pasada Dalkey, donde viven los famosos en Irlanda, como Bono o Enya,  y Killiney, una zona preciosa llena de colinas y cercana a acantilados.



Estuvimos también tomando un café en este hotel, cuyo baño os enseñé en IG, y que tenía un ambiente tan auténtico, tan sacado de otro tiempo y de otro lugar, que nos encantó.







Después de comer tocaba coger el tren hasta el centro de la ciudad, y una vez allí teníamos preparada la visita a la catedral de St. Patrick, un lugar que nos sorprendió porque, en fin, los chicos no esperaban gran cosa y está llena de cosas interesantes y curiosas.



Más abajo tenéis el árbol de la reconciliación, y allí también encontramos pasatiempos como puzzles y otras actividades educativas y muy entretenidas para ellos. Nos gustó mucho.







Regresamos en el tren con el tiempo bastante justo, porque las familias esperaban todos los días que estuviéramos en casa a las seis o seis y cuarto, y el tren nos llevaba casi media hora, movernos por la ciudad tanta gente era una eternidad, y luego desde la estación del tren cada niño tenía su camino hasta casa, algunos tenían que esperar al autobús, y era otra media hora o más.

Mientras, en un ratito que tuvieron libre en una calle peatonal, mientras nosotros tomábamos un café, nuestros chicos se encontraron con el presidente irlandés y su esposa y se hicieron un montón de fotos con ellos. Algunos al día siguiente aparecían en los periódicos.

Llegamos exhaustos del primer día y yo, después de cenar estupendamente, algo que repetí todos los días durante mi estancia allí, dormí como un angelito, más de diez horas seguidas.

4 comentarios:

  1. ¡Total, que no te puedes quejar! Qué bien, me alegro.

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  2. Que bonito es Dublín... anotado para un año de esos de viajar :3

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  3. Es un lugar al que tengo que ir sí o sí!

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