Encajar es difícil para la mayoría de las personas. Mucho.
No creo que haya nadie que encaje en todas partes. Quizá te vaya bien con tu familia, pero no tanto con tus amigos. Quizá en el instituto todo vaya sobre ruedas, pero a lo mejor no te encuentras bien contigo mismo.
Encajar es complicado para todos, y a algunas personas, pocas, no les importa demasiado no hacerlo. Pero la mayoría de nosotros intenta encajar en los lugares donde vive, donde trabaja... y eso es más complicado aún cuando tienes trece, catorce, quince años, cuando tu cuerpo cambia casi cada semana, haciendo que no te sientas bien con él, cuando te crees mayor para todo pero no lo eres para casi nada.
Encajar es casi nuestra mayor aspiración durante esos años de adolescencia. Y a la vez sentirnos especiales. Saber que encajamos pero que somos diferentes, que tenemos nuestra personalidad, a pesar de que la estamos formando y nos estamos dejando influir por todo lo de alrededor.
Con todas estas contradicciones juntas tengo que trabajar a diario, con chavales cuya principal aspiración es encajar en algún sitio, y muchos no lo consiguen, porque para muchos el instituto se convertirá el sus recuerdos del futuro en una etapa oscura, en un lugar donde no era agradable estar.
Y otros parece que encajan en todas partes, y son bien vistos por todos.
Tengo un alumno por el que este año siento una cierta debilidad. Bueno, bastante, para qué voy a engañarme. Lo tiene muy complicado en el tema familiar, como muchos, muchísimos de mis alumnos, desgraciadamente.
Ese niño es un encantador de serpientes, me decía el otro día un familiar de ese alumno. Y eso me hizo pensar. Un niño que encaja casi en cualquier parte: las niñas locas por él, los chicos deseando formar parte de su club, una vida social envidiable, en clase a los profes les cae bien aunque no trabaja y es un poco jeta, pero un jeta de esos simpáticos. Todo parece ir sobre ruedas.
Y sin embargo estamos ante un niño que no se quiere, que vive entre casa de sus abuelos y la consulta del psicólogo, que tiene que tomar pastillas para dormir, que se encuentra inseguro con todo y no lo deja ver mostrando una falsa seguridad, chulería, simpatía a raudales, pasotismo.
Y me he estado preguntando ¿quién, de verdad, de verdad, siente que encaja en el instituto, siente que ése es su lugar? Creo que la respuesta será negativa en la mayoría de los casos.
Recuerdo que viví feliz la etapa del instituto. Pero supongo que en mi mente he enterrado recuerdos de cosas y momentos que no fueron tan buenos.
No sé, contadme, ¿qué pensáis?
Tienes razón, nadie encaja por completo en ningún sitio y la adolescencia es el peor momento de todos, pero a algunos les importa más que a otros.
ResponderEliminarEso es verdad, los hay que no se esfuerzan demasiado en encajar, pero la mayoría sí, y algunos lo pasan realmente mal.
EliminarBesos, guapa.
Recuerdo mi etapa de secundaria como agradable.
ResponderEliminarEn algunas cosas no encajaba,pero fueron las menos.
Es una etapa complicada.
Me cae bien tu alumno.
Besos
A mí me encanta mi alumno, pero él no creo que se guste tanto.
EliminarBesos.
Los inicios en el instituto fueron horrorosos: con la etiqueta "de pueblo" siempre colgando y dejándote a un lado... o peor, buscándote cuando necesitaban algo de ti... Luego fui encontrando gente estupeda, con los mismos intereses e inquietudes y todo fue a mejor...
ResponderEliminarPero esa sensación de encajar/no encajar puedes tenerla toda la vida...
Tuve la suerte de ser de pueblo en un instituto en el que todos éramos de pueblo.
EliminarLa sensación la tenemos todos. Llegamos a un lugar, o un trabajo, y no encajamos allí, o tardamos en hacerlo.
Besos.
Yo fui básicamente feliz en mi etapa de adolescente, pero básicamente porque forma parte de mi personalidad el ser feliz. Pero obviamente tengo malos recuerdo, peleas, llantos y demás, pero lo veo como una manera de crecer. Tb debo decir que siempre encajé y claro eso ayuda, aunque sabía que ese no era mi lugar. Hay gente que se cree q su vida acaba ahí, ese es el problema
ResponderEliminarEso es algo que también me pasa a mí, que vivo más o menos feliz, con momentos puntuales de malos rollos o angustias.
EliminarBesos.
Encontré en secundaria grandes amigos y lo pasé muy bien. No suelo encajar en cualquier parte, pero respetaban mis rarezas y yo respetaba las de los demás, incluso se podría decir que era popular a mi manera. Eso sí, NADA como la época en la universidad... NADA.
ResponderEliminarJajajaja. Yo lo pasé muy bien en las dos etapas.
EliminarBesos.
Sinceramente, creo que el que más encaja aparentemente, es el que menos se quiere, y más necesidad de aprobación tiene. El problema real es cuando un niño se siente desplazado, y no sabe qué hacer para encajar. Y es que no ser "un borrego", no lo lleva bien cualquiera.
ResponderEliminarBuena reflexión.
EliminarBesos.
Suscribo...
EliminarRecuerdo esos años como felices, pero también es cierto que la memoria es traicionera.
ResponderEliminarSí recuerdo no encajar en varios veranos que fuimos a la costa alicantina donde mi madre tenia familia lejana. Había chavales de mi edad pero me hacían bastante el vacío porque yo era la de Madrid. Recuerdo la sensación de rabia de no ser totalmente aceptada por el grupo, un sentimiento al que no estaba acostumbrada, y era muy duro. Hacia mucho que no pensaba en ello... casi lo había olvidado.
Un beso
Esa sensación tuya de verano, si resulta que la tienes a diario, es muy difícil de llevar.
EliminarBesos.
Acabo de conocerte,y me encanta tu blog.Me quedo!Ahora toca verlo entero.Bsos.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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La adolescencia.... que edad tan terrible.
ResponderEliminarComplicadilla, de verdad.
EliminarBesos.
Joder, pobre chico. Hay nenes con los que se te parte el alma, la verdad es que luego es difícil desconectar y no llevártelos a casa.
ResponderEliminarA mí lo de desconectar se me da fatal.
EliminarBesos.
Me recuerda al chiste de Pagliacci, que sale en Watchmen. La historia de tu alumno, digo. (me refería al del cómic, pero bueno, en la peli sale también: https://www.youtube.com/watch?v=JqLuXIiLPos)
ResponderEliminarBueno... Para mí el instituto fue cuando "empecé a encajar". No había encajado en el colegio, y siento decir que fue una ilusión, porque intenté "encajar" en la uni, y tampoco funcionó demasiado bien. Lo bueno es que en la Uni acabé relacionándome con otros marginados, que como hay más, pues no te sientes tan solo xD
Pero el insti sí, sí me gustó. Era la chica lista, pero ya no me llamaban empollona (supongo que la pinta punk contribuía), hice amigos, era "popular". No popular en el sentido animadora, sino popular en plan "presidenta del club de debate", para que nos entendamos xD Y me llevaba bien con casi todo el mundo. No sé. Hacia final de 3º de la ESO (yo empecé el insti en 3º, los otros dos cursos los hice en el colegio todavía) y de ahí en adelante, no sé... creo que los mejores momentos de mi vida en el sentido encaje.
Ahora estoy... pues desencajada. :P Y por mucho que te acostumbres -y yo tengo asumido que es mi sino-, no acabas de llevarlo bien. :(
Besos, profe :)
Tengo que ver el chiste ese, porque ahora mismo no sé a qué te refieres, aunque he visto la peli.
EliminarBesos.
Mucho cuidado con los marginados, hacen legión.
ResponderEliminarPor cierto querida cuida de tu verborrea, que es la nuestra :-))
Besitossssss
Gracias por el consejo.
Eliminarbesos.
Bueno... quizá encajar no es imprescindible. Yo tengo un grato recuerdo de mi paso por el instituto. En mi época había "bandas" (por llamarles de alguna manera) de todo tipo: había punks, rockabillys, heavys, pijos... Yo no encajaba en ningún grupo, iba a mi rollo (decían que tenía mucha personalidad... jajaja), pero me llevaba bien con todos; jamás me sentí excluida de ningún grupo. Nunca destaqué, ni por lo malo, ni por lo bueno. Tenía amigos de lo más variopinto y creo que eso fue una experiencia muy enriquecedora. Y mantengo amistades de aquella época. Pero también conozco gente que lo pasó mal en la adolescencia. Es una etapa difícil, extraña, cuanto menos, y la transición a la edad adulta puede ser complicada. También creo que influye mucho lo que cada uno vive en su casa y yo, en ese aspecto, he tenido mucha suerte de tener una gran familia que me inculcó unos valores, con cariño. Y eso ayuda a que uno se sienta un poco más seguro en esa época de cambios.
ResponderEliminarBesos
No, no es imprescindible encajar, especialmetne si tienes cierta personalidad, pero si aún la estás formando, es complicado querer y no encajar en ninguna parte, sobre todo si en casa no encajas.
EliminarBesos.
Para mi los dos años de instituto, después de toda una vida en colegio privado , fueron la liberación y rendí mucho más que los cuatro años anteriores.
ResponderEliminarTambién es verdad que tuve una adolescencia precoz y quizás a mis dieciseis lo peor ya había pasado.
El instituto como liberación lo he oído en más ocasiones. Yo siempre fue a uno público, cole, instituto, universidad, no sentí un cambio enorme al cambiar del cole al insti, y fueron años felices, pero a mi alrededor sí había casos menos felices, y gente que dejaba los estudios sin motivo aparente, y años después te dabas cuenta de lo que había pasado.
EliminarBesos.
Todo el mundo tiene sus inseguridades a todas las edades y, en esa, más aún. Así que puede que nadie encaje todo lo que le gustaría. Y definitivamente enterramos los recuerdos que no nos gustan, no de los acontecimientos, sino de cómo te hicieron sentir.
ResponderEliminarEn mi caso, muy bien los años impares, muy mal los años pares (no sé porqué pero así fue). Pero salvo contadas cosas, no recuerdo lo mal que me sentía a veces, ni lo asustada o enfadada o sola...
Bsitoss
Yo tampoco tengo malos recuerdos, así, en general, aunque si te pones a pensar... no sé, salen pequeñas cosas por las que lo pasaste en aquellos momentos realmente mal, aunque ahora te parezcan tonterías.
EliminarBesos.
Jo me quedo muerta cada vez que nos cuentas cosas de tus alumnos...yo vivía totalmente ajena a eso...jo, cuanto tengo que agradecer!!!
ResponderEliminarLas familias con las que trabajo son bastante especiales, por la zona, por lo que sea, hay muchas familias a las que llaman "desectructuradas" y algunas están literalmente destrozadas, y los niños, si además de eso, en el insti no consiguen amigos, las cosas se hacen muy difíciles para ellos.
EliminarBesos.
Empiezo por donde tu terminas... la mente, que es sabia, olvida lo peor del pasado, o al menos lo atenúa, y adorna lo mejor, quizás como método de autoprotección.
ResponderEliminarIndependientemente de eso, creo que nadie encaja completamente en todas partes. Este chico del que hablas, por ejemplo, encaja en todo lo de fuera, pero no encaja consigo mismo que es lo más importante. O no tiene un anclaje familiar fuerte...
Eso nos pasa a todos, a todas las edades. Creo que es imposible encajar en todas partes, siempre cojea una pata... la suerte es que lo que te parece un dramón con 16 años, con 30 ya no lo es tanto... y a medida que avanzas en la vida te importa cada vez un poquito menos. Quizás también forma parte del mecanismo de defensa que comentábamos al principio.
Besos!
A mí también me preocupa encajar, así que el instituto fue una época algo dura. Gracias por ser tan buena profesora.
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