lunes, 15 de julio de 2013

Berlín XIII. El viaje de vuelta

Hasta aquí llega la aventura. Hoy termino (al fin) de dar la lata con las aventuras berlinesas de mis alumnos.

Muchas cosas, muchas anécdotas se quedan en el tintero. Pero así debe ser, porque esto se estaba convirtiendo en la historia interminable...

El autobús llegaba a las cinco de la mañana, y todos estábamos preparados.

A un chico llamado G. su tutora lo llevaba del brazo como un niño bueno, y J. iba detrás cargando con una extraña bolsa de papel en la mano, además de un sombrero de paja en la cabeza... Sí, una extraña visión...

El jefe supremo de toda la banda se acercó a mí.

- ¿Le pasa algo a G?

- Ha habido que despertarle a cañonazos, y está medio grogui.

No creo que le engañara ni por un minuto. Miento fatal.

G. tenía cara de muerto, ni más ni menos. Afortunadamente, habíamos sacado de la maleta de G. un jersey con capucha, capucha que no se quitó en todo el día.



Montamos en el autobús al aeropuerto y en pocos segundos se podían los ronquidos de varios chavales. Ni un solo sonido más.

Le había metido a G. una bolsa de plástico en el bolsillo, y esperaba que me llamaran de la parte de atrás del autobús en cualquier momento. Pero eso no sucedió.

Desayunamos en el aeropuerto y J., que se encargaba de cuidar al chaval, se acercó a mí para ver qué hacíamos con la ropa de G.

- G., ¿qué hacemos con tu ropa? ¿la tiramos?

- No, metedla en la maleta.

- Cuando llegues a casa, tu madre te la va a oler antes de abrir la maleta.

- Buenooo, sí, seguro.

- Ya te digo. Conozco bien a tu madre. Y cuando te vea lo que tienes en el culo...

- A ver si te crees que mi madre me va a ver el culo...

Le lancé una mirada escéptica pero no dije nada. Metí la bolsa con la ropa manchada en la maleta. Facturamos y montamos en el avión.

Creo que fui la única que no durmió en todo el viaje. Ni en el avión, ni en el autobús desde Madrid. Nada. Demasiadas cosas en pocos días y muchos, muchos nervios,  y demasiado cansancio que me impedía cerrar los ojos.



Creo que me imaginaba llegar al pueblo y encontrarnos a los padres esperando. Los padres de M., con su labio cosido, los padres de la niña del pie y los vómitos, los padres del chaval de la borrachera del segundo día, los de G., todos...

Pero no fue así, tan solo una madre se acercó a los profes a preguntar qué tal había ido todo. Los demás se llevaron a sus hijos sin más.



Llegamos a casa catorce horas después, a las siete de la tarde. Vi a los míos y me fui a dormir. Me costó trabajo pero por fin pude descansar, aunque no lo suficiente. Al día siguiente, viernes, despedíamos el curso y teníamos que ir a trabajar.

Al llegar al insti, el profe organizador me estaba esperando.

- Creo que tenemos que llamar a los padres de los dos chicos que se emborracharon en el viaje. Porque me han dicho que es un rumor en el pueblo, que hay fotos de ellos en el tuenti...Y es mejor que se enteren por nosotros si finalmente se van a enterar.

- Vale, me parece bien.

Los dos chicos eran de mi tutoría. Les llamamos y hablamos con ellos. Primero los padres del chaval del wáter. Vinieron los dos, y se sentían avergonzados, el padre incluso soltó una lagrimilla. Le quitamos importancia al asunto.

Después vino la madre de G., una mujer encantadora, gracias a la cual G. es lo que es y saca las notas que saca.



Según entró por la puerta se echó a reír.

- Tengo la maleta en el garaje, porque no se aguantaba el olor. La he abierto pero aún no la he deshecho.

-  ¿Y la cara?

Nos reímos las dos.

- No hay forma de quitárselo. Y lo peor es lo que tiene en el culo.

- Yaaaa...

- ¿Se lo has visto?

- Sí.

- Le has vestido tú...

- Sí.

- Ya me parecía a mí que tenía la maleta demasiado bien colocada...

Muchas, muchas risas...


13 comentarios:

  1. Bueno, menos mal que se lo tomó bien. Yo creo que la que más y el que menos ha estado en un viaje así y saben las cosas que ocurren... por suerte no fue nada excesivamente grave (aunque cuando ocurre parece mucho más, jeje). Me ha encantado leer estas crónicas de un viaje tan intenso y memorable ;)
    Bsitoss

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    1. Creo que en padres de adolescentes hay diferenes tipos: los que habrían puesto el grito en el cielo por no haber cuidado bien a sus retoños y haber dejado que se emborrachasen, y los que saben que es una etapa de la vida, que preferirían que sus hijos no bebieran, que no se emborracharan, y que van a darles la charla por haberlo hecho,pero no culpan a nadie de ello.

      Ha sido para mí un viaje muy difícil, especialmente por la enorme libertad que hemos dejado a los chicos, que a mí me resulta muy difícil de asumir como profesora responsable, pero que creo que es un aprendizaje que es bueno para ellos.

      Besos.

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  2. Me alegro...me alegro,de verdad..que la odisea berlinesa haya acabado entre risas!

    Besos,Ro!!

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    1. Sí, afortunadamente ha sido así, entre risas. Pero soy perfectamente consciente de que el final podía haber sido otro menos agradable...

      Besos.

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  3. Menos mal que te tocaron padres comprensivos. Me conozco yo alguna historia de fin de curso que no acabó tan bien. Claro, que los chavales no se emborracharon, no se torcieron un pie, no se cayeron. Fue peor. Ains...

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    1. Ya, hay muchas historias de viajes de fin de curso que no terminan bien. Es terrible cuando sucede un accidente, cuando se desparrama más de la cuenta... En fin. No quiero ni pensarlo...

      Besos.

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  4. Vaya historia, no le falta de nada jaja. Espero que ahora tengas tiempo de descansar todo lo que no te dejaron en el viaje.
    saludos

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    1. He tenido tiempo de descansar y ahora me voy a poner al día con pelis atrasadas. Así que ya sabes...

      Besos.

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  5. Me ha encantado leer todo el relato del viaje!
    (He llegado hasta aquí desde otro blog, he leído primero este post, y he ido yendo hacia atrás... y luego hacia delante...)
    Me parece que es de lectura obligada/obligatoria para profes y alumnos antes de realizar viajes fin de curso.
    Espero que hayas descansado, lo bueno es que ya te tocan vacaciones, seguro que las disfrutas a tope!
    Por aquí me quedo, besos.

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    1. Gracias, Milena. Me alegro de que te haya gustado lo que has leído. Yo también he dado una vuelta por tu blog, un lugar de una sensibilidad enorme...

      Besos.

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    2. Gracias a ti, me lo pasé estupendo leyendo tu relato del viaje!

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  6. Jajajajaja ains! me río imaginándome la cara de la madre de G y la tuya xDD
    Menudo viajecito. ¿Todavía arrastras el cansancio o ya por fin lograste descansar del todo? Espero que sí, que ya hace muchos días xD

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    1. Me costó al menos una semana ponerme en marcha, y todavía me duelen las rodillas, que nunca me habían dolido. Pero ya estoy en marcha de nuevo.

      Besos.

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