Mañana

Ayer viajábamos hacia el instituto cuatro profesores de lengua, circunstancia que no se da a menudo, al menos creo que no había sucedido en este curso.

Íbamos hablando, cómo no, de las oposiciones que comienzan mañana. Era el tema inevitable ya que dos de los presentes vamos a ser tribunal y los otros dos van a ser opositores.

Es un caso raro, que ya os puede dar una muestra de que el proceso es complicado, un proceso en el que los propios profesores examinamos a nuestros compañeros.

La oposición es larga, son muchos días y muchas horas de exámenes y esperas. Y esta vez estaré otra vez allí, aunque de otra manera.

Estoy nerviosa. No nerviosa al nivel opositor, claro, porque durante mis años de estar al otro lado lo pasé realmente mal, y más aún a estas alturas. Pero sí estoy nerviosa por hacerlo bien, por cómo saldrán las cosas.

Mañana sábado trabajo todo el día, mañana y tarde. Mañana mi ciudad estará llena de profes de lengua y aspirantes a profes de lengua.

Y a partir del jueves empezarán las lecturas de exámenes de los opositores ante los tribunales.

No os diré que me deseéis suerte, porque esta vez no soy yo la que la necesita.

Espero que todo salga bien para esas personas que llevan meses, años, preparándose y poniendo ilusión en esto. Y que aprueben mis niñas (ya sabéis, Bettie, Perri, un abrazo muy grande en esa conexión triangular que tendremos en estos días).