Esa alumna

Ésa, precisamente ésa que sé que me va a traer problemas, sinsabores y con la que además no conseguiré nada. Una alumna que sé que tiene problemas, porque los conozco, una que es como un cachito de carne con ojos. Ahí está, no pasa nada por su mente, nada le interesa, nada le mueve. Es como una viejita de 13 años.

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Hace un par de cursos, fui la tutora de su hermano mayor. Os hablé de él y de lo que le pasó aquí.

Lo que no os conté fue el verdadero calvario que me supuso el resto del curso con ese alumno, no porque diera la lata, o porque él lo pasara excesivamente mal, teniendo en cuenta su situación, sino por su abuela, que nos salió protestona, y empezó a venir por el instituto a tirar balones fuera, a decir que no se le estaba ayudando nada, que a su nieto con lo que había pasado había que pasarle de curso (eso sin ir apenas a clase) y que su tutora era lo peor.

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A final de curso vino a decirme que había estado todo el año machacando a su nieto, porque no quisimos incluirle en un programa de diversificación. No cedí, a pesar de lo que me dolió aquello. Pero algunos de mis compañeros sí lo hicieron. En septiembre se le incluyó en el programa, y cuando llegó la hora de matricularse dijo que no quería ir. Y pasó otro año en el centro calentando la silla, pero solo a ratos, porque apenas venía a clase.

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Ahora la peor tutora del universo vuelve a serlo de la hermana de ese niño, y vuelvo a tener a la abuela llamando a ver si comprobamos que su nieta va a clase (que no, no va). Diré que la madre es muy buena gente, pero ha malcriado a sus hijos, y además tiene un horario que le impide venir por el instituto. Y diré también que el chico es un buen niño, a pesar de no querer estudiar, que una cosa no quita para la otra. Pero esta niña... esta niña no me gusta demasiado y me va a dar problemas desde el primer día.

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Hoy tengo la primera reunión con los padres, a la que asistirá la abuela, y ya os diré, porque empezaremos a penar.

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En fin, que mi tutoría de primero ya os dije que me iba a dar trabajo, y mucho, pero no podía imaginar hasta qué punto.