martes, 30 de abril de 2013

Castigando

No voy a hacer hoy una tesis sobre la bondad de los castigos, y menos después de que el psicólogo me dijera que mi hijo estaba castigado tantas veces que se olvidaba habitualmente de la causa del castigo. Si, no me miréis así, soy una mala madre.



Y de eso es de lo que os quería hablar. De que antes castigaba a mis alumnos a menudo. En el recreo, si no hacían los deberes, a copiar si se portaban mal en clase, a repetirlo si lo hacían deprisa y mal...

Y ahora resulta que castigo mucho más en casa, con dos, que en el insti con ciento y bastantes.

La causa de esto no es que mis alumnos sean unas joyas, ni que mis hijos sean fruto el mismísimo diablo (aunque esto último... no sé yo...)

La causa es que los castigos de mis alumnos me comen demasiada energía y tiempo, y con lo de casa ya tengo bastante.

Si les dejo sin recreo, me quedo yo sin recreo y sin tomar un mísero café desde las seis u media de la mañana hasta casi las cuatro que vuelvo a casa. Si les mando un trabajo o ejercicios, tengo que corregirlos, ya tengo demasiado trabajo. Y así sucesivamente.



Así qué sólo castigo a los de casa. Mejor dicho, solo castigo a uno de los de casa.

Esta semana pasada, prácticamente todos los días hemos tenido algo.

El lunes no quiso comer, aunque si os digo la verdad, si a mí me ponen aquello que él tenía en el plato, tampoco habría querido comerlo.

El martes comió tan mal y tardó tanto que le dieron la pera para que la comiera de camino a casa.

- Ya sabes - le digo con la voz más firme que puedo - al entrar por al puerta, la pera tiene que estar terminada.

- Ya está - me dice al llegar - enseñándome las manos vacías.

Pero la pera, o al menos parte de ella, estaba en el bolsillo del pantalón, así que otra vez castigado.

El miércoles estaba castigado ya en el cole. Porque le había enseñado un dedo a un niño. Incauta de mí, no le veía yo nada malo a eso de que enseñasen los dedos, pero, empanada como estoy siempre, no lo estaba entendiendo muy bien. Castigado al llegar a casa.



Y, al llegar, empieza con lo de siempre, intentando poner el dedo en la llaga, y socavarme los cimientos de madre, esos que cada vez tengo menos arraigados, gracias a su trabajo, a pico y pala, día tras día..

- Que sepas que eres la peor madre del mundo.

- Vale.

- Y que ya no te quiero.

- Muy bien.

- Y que te odio.

- Pues bueno.

- Y que me estás arruinando la vida.

- De acuerdo.

Y por último. Y esto era nuevo.

- Y la que más grita de todas las madres del mundo.

- ¿La que más grito?

- Sí, la que más de todas.

- ¿Más que la madre de Carolina? (según él esta madre está en el número uno de madres gritonas)

Se queda pensando un momento.

- Sí, más que la madre de Carolina. Ella grita más rato, pero tú gritas más fuerte.



He dicho.

9 comentarios:

  1. Pero mujer... si nada más que por ese diálogo, no le debías castigar. Es impagable.

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    1. Me está costando muchísimo educar a este niño. Pero muchísimo. NO te imaginas... Y a veces no sé ni qué hacer...

      Besos.

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  2. Estooooo... Y cuántos años tiene tu niño?
    Ese diálogo, como dice Tracy, es impagable!

    Y volviendo a los otros castigos, a los escolares, a esos que comparto contigo.... yo llevo castigada el 95% de los recreos del curso pasado y de este curso. Tengo unas cuantas joyas de la corona que se han convertido en mi sombra. Voy al baño,conmigo y a esperarme en el pasillo. Me llama alguna persona para mirar tal o cual, o alguna madre al teléfono o... conmigo, y a esperar en el pasillo con la puerta abierta y donde esté visible. Me toca patio, pues el día que cuido biblioteca a ayudarme con los libros, los préstamos, ordenar... Que me toca en el patio a pleno invierno o lo que sea, pues conmigo, de ayudante yy haciendo terapia, tutoría más directa imposible!
    Una ruina,sí!
    Les mandas copias, uf, qué depre me entra a mí!
    Les manadas un trabajo extra... Extra el trabajo también para ti.
    En fin, que los castigos, son un verdadero "castigo"!

    Por qué se portan mal los chavales? Llamar la atención??? Hay de todo, porque hay niños que en teoría no tendrían porqué llamar la atención, pero... Y otros, pues bueno, con los panoramas que hay por ahí... casi, "casi" que hasta los entiendes!
    Y lo mal que te sientes cuando no te queda otra que "castigar"!
    Y es que eso del castigo llega después de chiquicientasmil medidas correctivoeducativas previas!
    Ahora tengolibre, aleluya, porque llevo dos semanas haciendo sustituciones comoloca. EL recreo ya lo tengo adjudicado a mi querido tormento. Corrijo unos exámenes y luego tengo que prepararle "faena" al huésped, así que... Ayyyy!
    Que vivimos como Dios, sí, va a ser eso!

    Y respecto a tu niño... Paciencia, que seguro que ni eres la peor madre del mundo, ni la más gritona... A todo hay quien gana, jajajaja!
    Tu niño te adora, segurísimo, pero, tiene que marcar su terreno...!
    Ánimo!

    Besos
    ;)

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    1. En mi insti también estamos a tope de sustituciones, de guardias, de trabajo, de todo. No me da tiempo a nada. Para celebrar el día del trabajo, me he traído setenta exámenes para casa.

      Con lo de mi hijo, pues sí, lo que dices, paciencia, me está costando, pero hay días en que me parece ver los frutos y otros en los que parece que damos varios pasos hacia atrás. Está mejor, si lo pienso detenidamente, pero tengo que ir día a día, poco a poco. Y no hago caso a lo de que soy la peor madre, porque me lo dice en mometnos de enfado como forma de hacerme daño, pero sé que no lo piensa de verdad y he aprendido a no hacer caso.

      Besos.

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  3. Teniendo en cuenta que el peque es inteligente un rato largo, es verdad que de tanto castigo,se diluye un poco la causa por la que fue, o sea que yo creo en mi humilde opinión, que cada niño es un mundo, que ya sinceramente le da igual lo del castigo.Y también que en el cole se están pasando un poquito con él. Yo creo que te adora, porque te ocupas de él (aunque sea con una riña) y quizás quiere que te ocupas más y más. Ellos son exigentes hasta el fin,no tienen límite.

    Asier cumplió 4 años. Lo castigo, sí, pero muy poco, y por cosas que para mí son muy "graves". Y además, inmediatamente, para que no pierda el efecto. Es pequeño, pero son castigos adecuados y cortos, solo para que entienda que no se debe hacer más. Desde que veo la mala hierba, la corto de raíz. Pero ya sabes, uno nunca sabe con los niños cuando está haciendo bien o mal. Actuamos por instinto. Un besote.

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    1. Lo del cole es caso aparte, ya tiene la etiqueta puesta y no conseguimos quitársela, y sí, es verdad que me adora, y que para él ahora mismo su madre está por encima de todas las cosas, y lo que me dice es porque tiene que mostrar su enfado y es la manera que encuentra de hacerlo.

      Yo al mayor lo he castigado muy poquito, cosas puntuales,s iempre en el momento, y nunca se sabe si lo haces bien o mal.

      Hoy ha venido con unas notas buenísimas de los últimos controles, y todo parece suavizarse con las buenas noticias, así que le toca premio. Tiene que ser así, soy más de premiar que de castigar, pero tienen que ver que hay cosas que no pueden hacer, y entenderlo, para que no las repitan.

      Qué difícil es esto!!!

      Besos.

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  4. A tu niño lo q le pasa esq no me conoce a mi...Soy sin ningún género de duda la madre más gritona del universo.Pero hija, tengo q gritar, sino lo hago los tiro por la ventana.
    En fin, no te agobies mujer, tu tarea como madre es enderezarlos desde pequeñitos y la de ellos torcerse todo lo q puedan.
    Te mando un kilo de paciencia!
    besos

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    1. Soy una persona, al menos en apariencia, muy muy tranquila, que no se altera mucho, pero a veces le grito porque veo que no reacciona a las cosas como a mí me gustaría. De ahí lo de estos días...

      Paciencia, no sé dónde se compra eso, porque tengo, o tenía, casi infinita, pero se me va terminando...

      BEsos.

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  5. Ay Ro! Mucho animo. Todos pasamos por etapas o dias tontos, y mas los niños. Paciencia

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