Frutas y verduras

Hoy estoy un poquito más espesa que de costumbre. Salí de casa a las 8,00, como cada día, y acabo casi de llegar a las 19,00 horas, es decir, once horas de trabajo intensivo. Lo digo para que conste, porque muchos piensan que los profes trabajamos poquísimo, y nos aumentan las horas para el curso que viene, pero la mayoría de nosotros nos pasamos la vida haciendo cursos de formación y estudiando y aprendiendo para mejorar en nuestro trabajo.

Bueno, pues eso, que me perdonéis si pongo faltas de ortografía (mis alumnos no me lo perdonarían jamás) o si no se me entiende muy bien. Es lo que tiene estar para el arrastre...

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En la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León (cuántas palabras para decir tan poco) tienen un programa educativo con ese nombre: Programa de frutas y verduras. Sí, como lo oís, la de Educación, no la de Agricultura, jeje. Ayer nos llegó un camión (ya estoy exagerando, era un camión, sí, pero no lleno) de manzanas y peras para el instituto, para repartir a los alumnos.

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Pero no se trata de un programa para aplacar los efectos de la crisis en nuestros alumnos y sus familias, no. La fruta no se puede sacar del centro, para evitar trapicheos indeseables (no sé lo que se puede trapichear con unas manzanas y unas peras, pero bueno), por tanto se la tienen que comer en el recreo.

Nos ha llegado un kilo y medio de fruta por alumno, y teniendo en cuenta que muchos alumnos (sí, pero muchos, muchos) no comen fruta, ni manzanas ni peras ni nada de nada, creo que vamos a estar comiendo fruta hasta que se nos estropee.

Me parece muy bien que existan estos programas y otros: educación afectivo-sexual, educando en salud, prevención de drogodependencias, educación vial...Y podría nombrar muchos otros que mi mente olvida por las malas experiencias que han supuesto en las aulas.

Pero la pregunta es: ¿quién debe enseñar a los niños y jóvenes cómo deben alimentarse correctamente?

Ahí está la cuestión. Llevamos semanas hablando de la alimentación, realizando menús saludables, analizando dietas, hablando de trastornos alimenticios, hemos empapelado el insti con reproducciones de bodegones, fotografías de apetitosas frutas,...

Pero una cosa está clara, al menos para mí: si en su casa no les ofrecen fruta y verdura habitualmente como parte de su dieta, todo esto no sirve para nada.



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Un compañero hoy se quejaba. Decía que muchos padres han delegado en la escuela toda la educación de sus hijos. Somos los profesores (que para eso nos pagan) los que debemos enseñarles todo lo que deben saber en la vida. Pero tengo muy claro que si los chicos no vienen educados de casa, poco puedo hacer por ellos aunque lo intente.

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Hombre, diréis, algo siempre queda. Pues sí, hoy de momento algunos alumnos han comido por primera vez una manzana así, enterita, a mordiscos, sin que su mamá o su papá se la pele (que sí, en esto no exagero, ha habido más de uno que me ha dicho que así con piel no la había comido nunca, y uno me pidió un cuchillo para quitarle la piel).

En fin, se hace lo que se puede.