Pasaba por aquí...

Sí, llevo una semana sin escribir, y lo echo de menos, pero las circunstancias de las últimas semanas hacen que me cueste mucho trabajo encontrar el momento. Ya os contaba el otro día que me tengo que levantar pronto (no tan pronto, pero bueno...) para trabajar un rato y preparar cosas para mis alumnos antes de que se levante mi hijo y se ponga a las tareas suyas, así que antes de las diez lo tengo que tener todo hecho, y no me da tiempo a nada. Luego él está toda la mañana al ordenador y por la tarde podría hacer algo pero ya no me apetece. Total, que es el blog el que ha visto mermada su actividad.

Creo que es la primera vez que estoy tanto tiempo sin escribir, y también es la primera vez que no tengo una entrada especial o algo para el día del libro. Estoy poco motivada. Y creo que no es por el confinamiento, sino porque no veo a mis alumnos y así no puedo hacer nada, y estoy cansada y aburrida de esto de mandarles que hagan una tarea y perseguirles para que me la manden, corregirla y poner nota. Esto no es educación, esto no es aprender y esto no es enseñar. Necesito verles, porque cada día aprendo de ellos y veo si me entienden, si lo saben hacer, si tienen dudas... todo eso se lo veo en la cara y ahora no puedo.

Además, no sé si os lo conté o no... (confundo los días y las conversaciones), pero en casa hemos estado con el virus. Mi chico lo ha tenido y yo creo que también, aunque he tenido unas décimas un par de días y un poco de tos. El caso es que desde el día 24 lleva en casa de baja porque era la mejor opción para todos en cuanto tuvo síntomas (vive con su padre y es muy mayor), y hemos estado muy ocupados con la lejía, los tratamientos, durmiendo mucho y descansando mucho, sintiendo que la vida había que cogerla como venía, sin más.

Pero tener a mi pareja en casa ha supuesto un cambio. Parecía que íbamos a pasar la pandemia mi hijo pequeño y yo solos, es decir, que mi única compañía sería la de un adolescente que habla poco y va a su aire. Y al final, y creo que por suerte, he estado acompañada las 24 horas. Hemos estado haciendo algo de ejercicio, haciendo maquetas, pintando, tomando el sol en la terraza, cocinando, viendo montones de películas y series, compartiendo lecturas... Y hemos disfrutado el uno del otro. 

Es extraño, porque ya sabéis que llevo poco tiempo con mi actual pareja. Sabéis que me separé en junio del año pasado, y que el verano, así sin más, comencé una relación nueva que me está yendo bien, pero no vivíamos juntos ni nada de eso. Supongo que el virus y las circunstancias han supuesto una prueba para nuestra relación. Y la verdad es que la hemos superado. Pensaba estos días en lo diferente que habría sido un aislamiento así el año pasado, cuando todas las decisiones sobre la separación estaban tomadas y estábamos contando los días para que llegara el fin de curso y poner fin a todo. Un confinamiento en esos momentos me habría desquiciado más de lo que estaba. No sé si lo habría superado.

Bueno, el caso es que acabamos de recibir los resultados del último test de mi chico, y son negativos. En breve podrá empezar a trabajar y ya puede ir a ver a su padre. Así que la etapa primera de todo esto acaba para mí hoy, porque a partir de ahora las cosas serán diferentes. Pasamos a la segunda parte, distinta, aún no sé cómo pero distinta. 

Por otra parte, como os he dicho ahí arriba, tengo muchas películas, series y libros de los que hablar por aquí, pero sigo sin poder editar las entradas como a mí me gustaría, y sigo sin poder comentar desde el ordenador. Las cosas se me complican cada vez más con el blog y eso hace que no esté tan activa como querría. Pero seguiré por aquí.