Libros de julio

El primer libro que he leído en julio ha sido La habitación desnuda. Ya os hablé de él.

Después continué con la última parte de la trilogía: El cielo desnudo.

Pero fui intercalando otras cosas, como una novela que tenía ya empezada y que me estaba gustando antes de que se me cruzaran otras cosas: Amor fou, y que finalmente no terminó de convencerme.

En medio de todo leí, en un par de ratos, una novela que me encantó: Perdón, de la que ya os hablé hace poco.

Después me llamó la atención un libro de no ficción, algo que no suelo leer: La mejor madre del mundo. No me gustó, no me dijo nada y me pareció una pérdida de tiempo.

Y le di caña a Pierre Lemaitre, un autor que me gusta mucho y del que aún me quedan algunas novelas por leer. Esta vez tocó Recursos inhumanos.

Después, durante una pequeña escapada a Galicia, me leí Malaherba, que me encantó.

A continuación leí La dependienta, una novela de la que todo el mundo habla y que me gustó mucho también.

Por último, en los dos últimos días de mes, he leído Hablar solos de Andrés Neuman. Tengo que hablar de este libro por aquí porque me ha gustado mucho.

He leído también este mes dos novelas gráficas: una bastante incómoda que me regaló Anita por mi cumpleaños: Gorda. Me ha resultado por momentos brillante y por otros hasta desagradable. Y la otra ha sido El gran hotel Wes Anderson, que me ha encantado.

En total han sido once libros este mes, lo cual ha sido bastante, teniendo en cuenta cierta sequía lectora a principios de julio que pensé que me iba a durar todo el mes.