Una nueva vida

Empecé a escribir esta entrada en Navidades. Y ya llevaba pensando en muchas de las cosas que me gustaría escribir por aquí desde el verano pasado, al menos. A veces necesitas compartir algo y para eso es bueno ponerlo por escrito.

Y es que en estos días empiezo una nueva vida. Y no es algo que empiece abocada por las circunstancias, aunque supongo que todo nos viene dado por las circunstancias. Mi nueva vida es producto de una decisión consciente y firme. Y eso ya me parece importante como punto de partida.

También tengo que decir que, cuando uno cambia algo en su vida, algo importante, y de manera decidida y consciente, siempre pretende que sea para mejorar, para que ese cambio le traiga algo de lo que carece, para que se produzca una especie de catarsis; sabías que había algo que no funcionaba en tu vida y por fin te decides a solucionarlo.

Esa nueva vida ha empezado hace apenas unos cuantos días, aunque en realidad había comenzado a gestarse, como os digo, mucho tiempo antes. Porque las cosas no son tan fáciles y nada es así de la noche a la mañana.

Al grano, lo que quería compartir con todos los que pasáis por aquí es que hace unas semanas me he separado de la persona que ha sido mi pareja durante los últimos 29 años.

Como comprenderéis, ha sido difícil. Toda tu vida está hecha con una persona, y hemos necesitado tiempo para asumir que todo había terminado, para tomar decisiones, para arreglar las cosas y para ponernos de acuerdo.

Después de un año muy, muy duro, ahora me apetece estar tranquila, estar conmigo misma y con mis hijos: disfrutar del verano de mi chico mayor antes de que se vaya a la universidad, hacer cosas sencillas, salir con mis amigas, leer, caminar, pensar... Vamos, más o menos lo que siempre me ha gustado hacer, pero de otra manera, con otra mirada.

Y es que creo que en el último año he cambiado mucho, pero quizás ha sido en el último mes cuando me he dado cuenta de que tengo que disfrutar de cada momento y de cada persona que tengo a mi lado, de que tengo que aprovechar más los días, hacer que tengan más horas, gozar de la vida porque solo tenemos una, y no podemos pasarla esperando a nada ni a nadie.

Eso es todo, y no es poco. Hoy me apetecía contarlo. Puede que el año que empiezo ahora, este verano, o después de este verano, sea también duro, o puede que sea un año tranquilo, o tal vez sea el año más movido y revolucionario de mi vida. No lo sé, pero para todo eso, o incluso más, estoy preparada.