Evaluaciones

Hoy y mañana estoy de evaluaciones. Ya sabéis, tarde entera en el instituto, después de pasar en él también la mañana. Y sin muchas ganas a estas alturas de curso.

Además, me parecen tan malos los resultados de mis alumnos que no me apetece oír a mis compañeros lo que me tengan que decir sobre ellos, ni siquiera me apetece hacer balance de un curso que ha sido para olvidar.

Por si fuera poco, mañana le dan un premio importante a mi chico grande. Se presentó este año a dos concursos de traducción de lenguas clásicas: en uno quedó tercero y el otro lo ganó. Mañana le darán el premio en el Aula Magna de la Universidad, en un acto oficial con una conferencia muy interesante incluida, y no puedo ir porque estaré aquí dando vueltas a lo que llevo dando vueltas todo el curso: mis alumnos.

No me quejo, ya lo sabéis. Tengo el trabajo que quiero y un buen horario. Pero este curso ha sido absolutamente descorazonador en muchos aspectos, y ahora no me apetece nada seguir dando vueltas a lo inevitable: mis alumnos no han hecho nada, apenas han avanzado en sus conocimientos, no han aprendido gran cosa y van a repetir o suspender en la mayoría de los casos.

Me quedo con algo bueno: ayer una alumna que se marcha del instituto me estuvo mandando mensajes toda la tarde. Primero para que le ayudara con unas cosas y luego, en medio de la conversación me dijo que me quería, que para ella era más que una profesora, que siempre la había ayudado. Ah, y también que cuando escuche esa canción que se llama "Sin pijama" se acordará de mí. Eso es otra historia (jajajá) y espero que el tema no suene demasiado.