Horarios

Es justo a principios de octubre cuando en casa de verdad empieza la rutina, porque todas las actividades están en marcha y comenzamos ya a habituarnos a los horarios del curso.

Mi peque este año no tiene tantas horas como el pasado, aunque no tiene un horario fácil. En música existe la costumbre de elegir horarios por orden de edad, empezando por los más pequeños, y (aunque a mí me parezca mentira) mi niño ya no es de los más pequeños, por lo que no tiene mucha posibilidad de escoger.

El caso es que no ha ido mal, pero no tiene el horario que nos gustaría. Cuatro horas y media de clase repartidas en tres días. A lo que añadimos una hora de la escuela de música y los sábados por la mañana se ha decidido a empezar a estudiar piano. Total, si no me equivoco, seis horas y media de música, más idas y venidas.

El curso para él ha empezado más o menos bien, en el instituto está contento aunque le cueste admitirlo, porque le encantaría no tener que ir, ni estudiar ni hacer deberes. Pero está bien y no está en ningún momento acomplejado por su aspecto después del accidente, algo que me preocupaba bastante. Lo lleva mucho mejor de lo que lo llevaríamos muchos, incluida yo, por supuesto.

El mayor este año cursa segundo de Bachillerato, así que le hemos insistido en no cargar demasiado sus horas. Se ha matriculado solo de alemán y este año ha decidido dejar aparte el inglés de la EOI porque dice que el curso pasado no aprendió prácticamente nada. Quiere hacer un curso intensivo de francés para este primer cuatrimestre en el centro de idiomas de la universidad pero aún no se ha matriculado, creo que porque ya está agobiado con el año que le espera.

Esta semana entonces, aunque yo no estoy para recordarles los horarios, han empezado sus rutinas de invierno. Y de momento no parece que se hayan olvidado de nada... Cruzaré los dedos.