Mi salón

Mi salón no es, para nada, un salón pinterest. No está siempre recogido e impoluto. No están los colores elegidos con precisión ni tiene todo combinado y maravillosamente perfecto.

Mi salón es el resultado de quince años de acumular cosas, de regalos que no pegan, de juegos de la play que no sabes dónde meter, de portarretratos que te regalan en comuniones, bautizos y bodas, de jarrones que una vez te parecieron bonitos...

Incluso la pintura de la pared, en dos tonos de amarillo, que en su día pensé que era genial, ahora me resulta ajada y sin gusto.

Tengo, por tanto, una reforma pendiente. Más aún cuando queremos necesitamos cambiar la tele y el sofá ha dicho que ya ha dado todo lo que tenía que dar en su vida, y hay que retirarlo por viejito y estropeado.

Así que, ni corta ni perezosa, ayer fui a comprar pintura, pero hay mucho más que hacer antes de pintar, y tengo las cosas tan claras que la pintura que compré ayer hoy no me convence y creo que voy a ir a devolverla.

Así están las cosas hoy, y ya os contaré en qué queda la Operación-salón.