lunes, 23 de noviembre de 2015

Pueblos y ciudades

En los últimos años he venido observando algo que me resulta muy curioso. Bueno, "curioso" tal vez no sea la palabra.



Parece mentira que yo sea de pueblo, que haya vivido en uno durante dieciocho años, y no me haya dado cuenta de una de las ventajas de vivir en él: cuando las cosas van mal, siempre estás más arropado en un pueblo. También es cierto que eres juzgado y etiquetado mucho más que en ningún otro sitio, pero siempre estarás más cuidado.

Ya, parece que me he caído del guindo, pero es algo que doy vueltas últimamente, con alumnos a los que las cosas van mal, cuyos padres los han dejado tirados, no tienen familia directa...



Antes tenía esos casos en la ciudad y eran niños de centro de acogida, eran niños que salían adelante a duras penas.

Ahora tengo los mismos casos, incluso peores, pero esos niños están con unos tíos, unos vecinos, abuelos, tíos-abuelos, arropados en el pueblo de una forma en la que nunca me había fijado.



La zona en la que trabajo tiene muchas familias desectructuradas (cómo suena eso), supongo que como en todas partes; pero aquí se agrava por ser una zona minera en la que se ganaba mucho dinero desde muy jóvenes y sin estudios, los chicos se metían a trabajar en la mina, se veían con dinero en poco tiempo, tenían hijos muy pronto y muchas veces las cosas no salían bien. El alcohol y las drogas también han hecho estragos entre muchas de las familias, porque ese dinero, en muchas ocasiones sin conocimiento para administrarlo, no traía más que malos vicios...



En fin, que tengo alumnos que no conocen a su padre, o, peor aún, saben quien es pero nunca han hablado con él; otros cuya madre se fue un día para nunca volver, muchos que viven con abuelos porque sus madres o padres echaron a volar cuando se dieron cuenta de lo que era tener un hijo pequeño y tener ellos dieciocho o veinte años.

Y, claro, las situaciones familiares son duras.



Pero, aún así, van saliendo adelante, a duras penas, claro, pero siguen viviendo en el pueblo, con la familia, cerca de los hermanos, primos o familiares de todo tipo. Y creo que eso, en general, es bueno, a pesar de los muchos problemas que acarrea, especialmente a los abuelos, los más perjudicados en estos temas.

Y he estado pensando que los pueblos son los lugares donde es más acertado el dicho: Para educar a un niño hace falta una tribu entera. 

6 comentarios:

  1. Yo nunca he tenido un pueblo de referencia así que no se como era ni como es ahora vivir en un pueblo, me parece muy interesante lo que cuentas, las zonas rurales de Castilla deben dan para mucho.
    Un beso

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  2. cuánta razón, en las grandes ciudades hay más gente, pero menos contacto.

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  3. Para muchas cosas es mucho mejor vivir en una gran ciudad, pero está claro que vivir en un pueblo también tiene sus ventajas.
    Espero que el entorno ayude a tus chicos con su futuro.
    Besos.

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  4. Desde luego que es muy importante este apoyo. Conozco un caso en una gran ciudad y el chico no salio tan mal, desde luego ayudó tener un grupo de amigos como los que tenía, pero ¿cuántos más habrán que no lo tengan? Para eso definitivamente es mejor un pueblo.

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  5. Me resulta, cuanto menos, curioso...

    No conozco ningún caso de chicos así, ni en la ciudad ni en el pueblo, así que no puedo opinar mucho al rspecto.

    Yo soy de ciudad, pero tengo la familia en el pueblo (cerquita) y creo que las familias en el pueblo son más "piña". No sé, es mi impresión. Mis amigos que no tienen familia en el pueblo y la tienen en la ciudad están como más desapegadas...

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  6. Todo tiene su parte buena y mala.En este planeta existe esa dualidad.Y un pueblo no iba a ser menos...aunque tiene más encanto que una ciudad...
    Besos,Ro!

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