viernes, 27 de noviembre de 2015

Etiquetas (2)

Hace unos días os escribía sobre etiquetas, relacionándolo con un alumno que había venido nuevo al centro, con un diagnóstico hecho en segundo de infantil y nunca más revisado.



A raíz de aquello, Bienve me comentó que a veces nos tranquilizan las etiquetas, en todos los ámbitos, pero especialmente relacionándolas con nuestros hijos. Eso hace que descarguemos en cierta manera la responsabilidad que tenemos como padres en esa etiqueta que les han puesto. Y estoy absolutamente de acuerdo.



Os pongo un ejemplo: la mayor parte de los alumnos que tenemos diagnosticados con TDAH son alumnos conflictivos (a veces en muy baja escala, pero como mínimo molestos en clase). ¿O tal vez son conflictivos y por eso se les termina diagnosticando con ese trastorno?

Porque ocurre algo: mi hijo se porta mal, es muy movido, me contesta mal, es maleducado, y yo le llevo al médico y me dicen que tiene este trastorno y entonces pienso: "ah, claro, es maleducado, se porta mal, contesta a sus profesores, no obedece a nadie, pero no es culpa mía, no es que yo le haya educado mal, sino que tiene X, y es por eso por lo que es como es".



Ese planteamiento es equivocado. Totalmente equivocado. Si tu hijo es más nervioso de lo normal, si es más impulsivo, si tiene una personalidad rebelde, si tiene TDAH, o lo que sea, entonces como padres tendremos que trabajar más con ese niño para que modere sus impulsos, para que aprenda a relajarse, para que encuentre vías de escape a su personalidad, y costará más, pero es nuestro trabajo.

Porque esos hijos perfectos que podemos tener en mente cuando son solo un proyecto, esos que son todo lo que querríamos: los más guapos, los más listos, los más estudiosos, trabajadores, obedientes, educados... esos no son reales. Los hijos reales son los que vienen con su carácter, esos que se ponen nerviosos por cualquier cosa, tienen miedo a los animales, lloran a menudo, se muestran rebeldes, no nos lo cuentan todo...



Cuando, cada vez más a menudo, viene una madre (suelen venir ellas) y me trae en la mano un diagnóstico, su rostro suele mostrar alivio, es para muchas personas como decir: no es mi culpa. Y se equivocan.

Sabéis que, exista o no, yo tengo a mi niño pequeño con, no uno, sino dos diagnósticos de TDA, desde que apenas había cumplido los seis años. En casa nos lo tomamos de la siguiente manera: mi hijo es así, es un rasgo de su carácter, de su personalidad, y hay que trabajarlo, enseñarle a él a vivir con ello, de forma que sepa que se despista mucho y por qué, pero dándole métodos, herramientas, para que él trate de evitarlo.

Todos tenemos unas virtudes y unos defectos. A veces venimos así de fábrica, pero debemos intentar que eso no nos impida llevar la vida que queremos. Si eso significa que yo tengo que pasarme las tardes estudiando con él, lo haré, si tengo que tenerlo muy vigilado para que apunte sus cosas, no se olvide nada, cumpla con sus tareas cada día, también lo haré. Si tengo que frenar sus impulsos y levantarme por las noches cuando no duerme bien por los nervios, si tengo que consolar sus llantos algunas mañanas cuando se levanta y no quiere ir al colegio, si tengo que intentar que todo esto no mine su autoestima, por supuesto que voy a hacerlo.


Y sobre todo, por encima de todas las cosas, nada, ningún diagnóstico, ninguna etiqueta, es justificación de nada. Si tu hijo se porta mal, tú, como su madre o padre, tendrás que tomar medidas al respecto, desde pequeño. No vale quedarnos con el nombre de lo que tiene mi hijo y soltarlo cada vez que alguien nos diga que no le va bien en los estudios, que no se comporta correctamente o que ha hecho algo mal. Una etiqueta no es la excusa. Porque tu hijo está en este mundo, y tendrá que aprender a valerse en él como los demás, así que tendrás que enseñarle a eso, a ser independiente, a trabajar, más si es necesario, para poder llevar una vida feliz y también, y esto es importante, para hacer felices a las personas que le rodean.

29 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con todo, no tengo nada que añadir

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  2. No hace falta añadir nada, Rosana. Lo que has dicho es contundente y la pura realidad. Tenemos que hacer nuestro trabajo como padres, porque las etiquetas no sirven de nada. Que tengas buen finde. Un abrazo.

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    1. Tenemos que hacer un trabajo que es más complicado que antes, que parecía que los niños se criaban solos, con ayuda de los hermanos y las familias solo se preocupaban de que no les faltara comida y vestido. Ahora las cosas no son así y mucha gente sigue haciendo lo mismo, dando a los niños cosas materiales, sin más.

      Besos.

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  3. Hola: me alegra leer tu post de hoy porque siempre comento lo mismo en mi entorno. Cuando mi hija empezó en el cole en su clase había 4 niños con diagnósticos de TDA y me pareció alucinante porque yo veía a esos niños activos, con personalidad... pero poco más. Creo que los padres de hoy en día buscan la perfección de sus hijos y no se dan cuenta que un hijo hay que educarlo y socializarlo que no es un mueble que aparcar y sólo presumir de sus logros. Un hijo implica trabajo, tiempo, paciencia, y educación.... los padres buscan en los médicos esa justificación de que ellos no son culpables de que sus hijos no sean perfectos.... en fin, te aplaudo. Seguimos en contacto

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  4. Amén Jesús.

    Cada uno somos de una manera, y sufrimos por exceso o defecto de unas características u otras. El niño más movido o disperso llevará la etiqueta de hiperactivo y el más tímido la de intovertido, pero, al final, es lo que tú dices, los padres tenemos la función de apoyarles a entender su personalidad y de darles las herramientas necesarias para gestionar sus emociones.
    Yo tengo dos hijos, y a uno tengo que frenarle y a la otra empujarla, y siendo tan distintos ninguno es mejor ni peor, simplemente son diferentes.

    Me siento muy identificada contigo y con tus preocupaciones. Besinos

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  5. Yo, como sanitario, considero que esta hiper diagnosticado. Pero siempre es más fácil justificar un problema de límites y control paterno, echándole la culpa a la naturaleza.

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    1. Eso es. No estoy en el mundo sanitario pero también creo lo mismo.

      Besos.

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  6. Simplemente puedo decir: ¡Un aplauso para Ro!

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  7. Muy de acuerdo con lo que planteas! Tambien me preocupa los chicos mal diagnosticados y medicados, solo porque son inquietos.
    Un beso

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    1. Ese tema da para mucho. Hay exceso de diagnóstico y también, sin duda, exceso de medicación simplemente porque son movidos, nerviosos o inquietos.

      besos.

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  8. Afortunados los dos, por teneros...
    Besos,Ro!

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  9. Pues mira, a lo mejor no debería opinar, pero coincido contigo. Hay muchas veces que se "reniega" de un niño en muchos sentidos, porque "es así, yo no puedo hacer nada". Y si ya hay un papelico médico, ni te cuento. Si es más difícil no hay que rendirse, hay que hacer más esfuerzo. Y si no, haberte planteado lo que suponía tener hijos antes, que hay mucha gente que parece no pensar en lo que puede pasar, que se imagina que los niños son muñecos que crecen. >_<

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    1. Eso es. Nos lo van a decir a ti y a mí. Cuando es difícil no hay que rendirse, sino trabajar más.

      Besos.

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  10. Yo creo que ése es el planteamiento correcto para esas cosas. Con un diagnóstico así lo que debería entender la gente es que lo mismo tiene que cambiar sus hábitos y esforzarse más o trabajar las cosas de otra forma. En fin, que no soy madre, pero yo lo creo así.

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    1. Sé que con mi peque los estudios van a ser algo complicado. No ahora, pero sí a medida que vaya siendo más difícil para él. Pero creo que los estudios no son lo más importante para una persona...

      Besos.

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  11. Te leía y asentía al mismo tiempo. Totalmente de acuerdo. Ser padre y/o educador requiere un esfuerzo. Nadie dijo que fuera fácil...Un abrazo Ro!

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    1. Y muchas personas pensaron que tener un niño era mostrar sus logros a los demás.

      Besos.

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    2. Así es, tenerlos como se tienen a los polluelos...Yo criaría a seis ;)

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  12. No lo podrías haber explicado mejor, tu peque es muy afortunado por tener una familia donde se le trata como dices. Cuando tu te agibias y dices que a él se le ve feliz, seguramente es por todo lo que has contado. El no se siente raro ni enfermo, él es un niño y punto.
    Un besazo

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    1. Que sepas que, según él, tiene la madre más pesada del mundo, y eso que intento, en la medida de lo posible, no traspasarle mis miedos y mis agobios. Y, por supuesto que él no se siente raro ni enfermo, porque, además, estoy segura de que no está enfermo, ni mucho menos. Aunque lo de raro... bueno, digamos que todos somos raros.

      Besos.

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  13. Creo que no lo vemos exactamente de la misma manera... En mi caso, un diagnóstico significaba "pobre, NO PUEDE hacerlo, no es que pase de mí". Igual que un diabético no puede fabricar insulina por mucho que le insistas.
    Desde luego todos vamos a compartir este mundo, y hemos de tener unas normas, unas reglas comunes. Pero, ¿qué hay de malo en aceptar que no todo se les puede enseñar a los niños de la misma manera?

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    1. Pues yo creo que sí lo vemos igual, o parecido. Aprendí con los psicólogos a no reñir a mi hijo porque no pueda prestarme atención o no pueda hacerlo durante mucho tiempo, aprendí cómo tratarle, como atraer su atención, como hacer que me escuche... Tiene una característica, esa, pero ante eso hay que trabajar. Y no todo el mundo vale para todo, pero creo que después del diagnóstico empieza el trabajo y veo que en muchos casos que lo que viene es el alivio y se dejan de ocupar del chaval.

      Besos.

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  14. Yo me río de los diagnósticos precoces... porque en mi trabajo, de unos 30 niños que van regularmente a por su medicación para el TDAH, para mí solo uno lo padece. Y se nota, se nota sobremanera que lo que tiene ese niño es algo diagnosticable.
    Es echarme tierra encima, a mi me viene muy bien que la sociedad viva medicada... pero creo que muchos trastornos de déficit de atención o de hiperactividad o de lo que sea son a veces "producidos" por la sociedad en la que vivimos.
    Trabajo en un barrio de gente más bien que mal, donde ambos padres suelen trabajar, donde los niños están solos mucho tiempo, ven poco a los padres y cuando lo hacen ellos tienen otras cosas mejores que hacer... sé que me cuelo muy mucho en esta crítica desde fuera, pero me pregunto si en ocasiones esa hiperactividad el rato que ves a tu hijo no es una llamada de atención porque el niño necesita de ti y quiere absorber todo tu tiempo.
    No creo que sean todos los casos, hablo de lo que veo yo... pero me flipa que haya tantos bebés de alta demanda o niños con trastornos de atención, y que en lugar de educarlos o tratarlos adecuadamente directamente pastillita al canto y yo a vivir tranquila. Más que niños con enfermedades veo padres que no saben qué hacer con sus hijos, ni como educarlos ni tratarlos.
    Soy consciente de que no soy madre y que no vivo una situación así, por lo que me es muy fácil hablar... pero me pone negra que la sociedad etiquete y empastille a mansalva, a niños y mayores, porque eso es más fácil y barato que afrontar ciertos problemas de otra manera mucho más efectiva pero costosa, en tiempo y dinero.
    Un besito!

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    1. En los 18 años que llevo dando clase, solo he tenido dos casos que me parezcan reales. Por eso me tomo cualquier diagnóstico con mucha precaución. Yo sí creo que es algo que existe, no como muchos que piensan que no existe, pero creo también que la mayoría de los diagnósticos están mal hechos y a veces resultan cómodos a los padres y profesores, sin más, por no hablar del negocio de muchos psicólogos alrededor de esto.

      Besos.

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  15. Ayyy querida Ro!!! ojalá hubiera más maestros/profesores como tu, la visión que tienes de la educación de los niños es la que tendrían que tener hoy en día la mayoría de los profesionales de la educación de éste país. Y respecto al tema de la medicación en esta enfermedad, para mi, es mayormente culpa de los médicos, por no dar soluciones a los padres que no sea medicamentos, es el camino fácil, tanto para médicos como para padres, pero no dejan de ser tranquilizantes!!!! ¿qué pasará con estos niños cuando tengan veinte o treinta años? ¿seguirán medicados? no quiero ni pensarlo!!!
    Por otro lado, no me puedo creer que tu peque tenga esta enfermedad, es el que toca un instrumento musical no? la gran suerte que tiene es que tu eres su madre y le ayudarás hasta lo imposible con ella.
    Mucha suerte querida, te lo mereces.

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    1. Te diré que, sin haber llevado a mi hijo siquiera al médico, a mí me han ofrecido medicación para él. De momento, y solo digo de momento, no le medico porque me parece que puede haber otras soluciones. Pero no descarto nada, porque no se puede hablar muy alto en esta vida... Sí, es mi peque, el que toca la viola. Y lo cierto es que no creo, al menos yo, que sea una enfermedad, lo veo más como una característica de él.

      Besos.

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