viernes, 17 de enero de 2014

Un día

Anita nos contó hace un par de días lo que era su día a día. Se habló mucho en los comentarios sobre si una de nosotras con hijos podría hacer tantas cosas como las que hace ella al cabo del día.

Yo creo que sí, que se pueden hacer muchas cosas, aunque sean diferentes.

Y, como soy un poco copiona, vais a ver un día de mi vida. Ayer.

Me levanto a las 6,50. Y arrastro los pies hasta la ducha.

Preparo mi desayuno (café soluble y tostadas de pan casero) y dejo preparados los almuerzos de los niños, la leche en sus tazas y todo dispuesto para cuando se levanten.


Desayuno frente al ordenador, publico mi entrada del día y miro algunos blogs.


Cuando salgo de casa son las ocho y casi no se ve ni gente.


Al dar la vuelta a la esquina me encuentro con esto, que la verdad no estaba invitando precisamente a sentarse...


Esperamos a una compañera que parece que hoy se retrasa un poco.


 Por el camino se nos hace de día. Por cierto, soy la del espejo retrovisor...Aún no lo sabía pero la mañana iba a ser muy larga...


Empiezan las clases. Hoy me toca el sustantivo en la mayoría de mis grupos.



Los alumnos haciendo como si trabajan.

Me avisan para que baje a conserjería.


Me ha llegado un paquete. Maravilloso paquete que llevaba unos días esperando. No me digáis que no es bonito.


Emocionada, voy a la biblioteca a compartirlo con mis compis.


Es un Kamishibai. Para los que no lo sepáis, se trata de un teatro de papel. Es un teatrito en el que se meten unas cartulinas y a partir de ellas se cuenta una historia. Estamos haciendo uno con los chavales más desfavorecidos del insti. A ver lo que sale.


Seguimos trabajando...


Suena la alarma de incendios. Simulacro. Salimos al patio, según las normas, así, como estamos. Llueve, nos estamos mojando y todos tenemos frío.

A pesar de todo, se aprovecha para hacer unas fotos de grupo a los chavales.


Me toca cuidar el patio y cada vez llueve más, así que tenemos que echar a correr al patio cubierto. Pero ya estamos mojados y no entro en calor en todo el día.


Cuidar el recreo en este patio pequeño es lo mismo que estar en el infierno, con muchos chavales en poco espacio, empujándose, gritando...



Seguimos trabajando hasta última hora. Aquí es el momento en que mis alumnos me dicen que si estoy haciendo fotos con el iPad, mientras ellos hacen ejercicios. Me piden que se las pase. Cachondeo generalizado.

Viajo otra hora hasta casa, hora que aprovecho para echar una cabezada, o dos...


Llego a casa a las  15,40. Cinco minutos después, el tiempo justo para hacerme un bocata, salgo otra vez  con el peque. Vamos a música a las cuatro.


Volvemos y toca merienda en la cocina porque el mayor está en el salón en clase de conversación.


Mientras quito el lavavajillas.



Luego tarde de deberes.


Aprovecho mientras estudia las tablas de multiplicar para darme una ducha y la mascarilla del pelo.

Toca hacer la cena y la comida del día siguiente, y adelantar un poco de la cena del viernes, porque va a ser un día especial.


Después de la ducha, repeinarse y ponerse el pijama, toca un rato de práctica. No lo hace solo, así que ya sabéis.


De ahí, a la cama. Son las nueve.

Mi chico llega de trabajar a las diez y media y me encuentra ya  en la cama, en estado semicatatónico,  con el iPad jugando al Candy Crush.  Hoy no hemos tenido tiempo ni para un capítulo de una serie ni para nada más.

A las once estoy dormida.

23 comentarios:

  1. En realidad no se habló mucho de los conhijos, sólo fue un comentario mío pensando que alguien iba a decirme que si tuviese hijos no tendría tanto tiempo para mis cosas, y el efecto fue al revés: alguien con hijos comentó "oye, que los conhijos también hacemos cosas!". Una nunca sabe cómo acertar, jajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, lo cierto es que hay días como ayer en que no tengo tiempo más que de ellos, pero otros días no trabaja mi chico y está todo más repartido.

      Besos.

      Eliminar
  2. El teatrillo...hace unas semanas estuvimos en un cuentacuentos y la escritora lo usó para contar su libro. Era igualito.
    Precioso.
    Cuantas cosas se hacen verdad.
    El sofá desde luego no invita a sentarse, pero los crios seguro que piensan "aquí me dejarán saltar, a qué si" y desde luego ni acercarse.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Y DÓNDE QUEDA EL HACER LAS COSAS QUE NOS GUSTAN...??
    Día a día hacemos las cosas que debemos hacer pero las que realmente deseamos hacer no tienen lugar...
    ..y eso que nosotras somos unas privielegiadas pq trabajamos en lo que nos gusta...pero sabemos que no todo el mundo trabaja realmente en lo que le gusta...
    ...y así se va yendo la vida...

    BESOS FILOSÓFICOS!;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tengo mis ratos de lectura, de ver una serie o de mirar internet. No son muchos, pero sí son cada vez más, a medida que los niños van creciendo. De momento me conformo con eso y los fines de semana me dedico siempre un tiempo a mí.

      Besos.

      Eliminar
  4. Uff, yo me voy por otro lado. Es cierto que se hacen muchas cosas, pero, ¿y las cosas de casa? Si, ya sé que tienen poco de "romántico", y que muchas de las que trabajáis tenéis alguien que os ayude. Pero, ¿nadie limpia la casa, tiene que ir de compras, preparar comidas, etc.?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no tengo a nadie que me ayude en casa. Y lo de casa lo hago en plan supervivencia los días de diario y un poco mejor los sábados.

      Besos.

      Eliminar
  5. Me ha gustado mucho y por cierto, no te imaginaba rubia!!!!ja,ja, qué cosas. Es fantástico ver las vidas de las personas a las que visitas a diario. Es fantástico, ver que nuestra normalidad es especial, porque es la nuestra...Mil besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja. Bueno, soy castaña, pero con mechas rubias.

      Besos.

      Eliminar
  6. la verdad es que parecemos de chicle.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay días que son así, y otras tardes de pocos deberes en que salimos, o nos tumbamos en el sofá sin más. Pero no me quejo...

      Besos.

      Eliminar
  7. Cuidas mucho que no se vea la cara de tus hijos pero...
    Y de los chavales del insti ,todos menores ¿Que?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja. Cuido el anonimato de mis chavales más que el de mis hijos. Los dos chicos que se reconocen me dijeron que les publicará la foto en instagram para poder tenerla y ya está publicada por ellos mismos antes de entrar en el blog. Los demás, como verás, están sacados de cintura para abajo o de muy lejos. Si fuera profe y no me preocupara de esas cosas...

      Eliminar
  8. Menuda paliza, pero sabes lo primero q he pensado? Qué cabrona la tia tiene un Mac

    ResponderEliminar
  9. Hola ro, pues sabes lo que me ha llamado la atencion? El horario, yo a las 8 ya estoy en clase, todos los dias y aun asi
    tres dias a la semana acabo a las 15. Como cambia de un sitio a otro! Perc
    don por las falts, la tablet dichosa, arghhhh!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi insti tiene horario de ocho y media a dos y veinte, pero yo tengo la enorme suerte este curso de ir todos los días a segunda hora, así que entro a trabajar a las nueve y veinticinco. Y salgo a última hora, a las dos y veinte. Con una hora de ida y otra de vuelta. Tengo un muy buen horario. El curso pasado salía a las siete de casa. Este año, con una hora más tarde, vivo como una reina.

      Besos.

      Eliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Para mi una de las mejores inversiones que he hecho en mi vida es que venga una persona a casa a limpiar. Una vez que lo he hecho, tengo claro que sería capaz de prescindir de muchas cosas, pero "nunca mais" vuelvo a dedicar un sábado a limpiar, lo hice durante muchos años, los sábados son para mi!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Después de una larga búsqueda, por fin he encontrado ayuda para la casa. Empieza hoy. A ver qué tal...

      Besos.

      Eliminar

Cuéntame...