lunes, 23 de diciembre de 2013

Globalización navideña

O como ponerse como un globo en cuatro días.



Vamos a entrar de lleno en la vorágine navideña (y que conste que me apunto a un bombardeo...), pero nuestras celebraciones pasan siempre por comer, cenar, desayunar y ponerse las botas, algo que resulta un despropósito, y no sólo por los tiempos que corren.

Llegan estas fechas y pasamos de cenar una ensaladita, o una fruta y un yogur a lo siguiente:

Unos canapés, que quedan muy chic. Y te pones a probar uno de cada, para ver qué tal están...

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Los ibéricos, que son de la tierra.



Los mariscos, que, como no hay presupuesto, terminan siendo unos langostinos que no apetecen a nadie, pero que hay que comer porque es Navidad.



La sopa, o la crema, de almendras, que añade ligereza al asunto, o de pescado, fuerte, fuerte, que te pasas, para que vean los suegros que le has echado de todo.

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Y empezamos la comida, o cena, que a esas alturas sólo estábamos en un ensayo. Luego viene el pescado, pero ya te has trincado media botella de vino porque a ver si no cómo pasas todo lo anterior...

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El pescado viene con su guarnición, gambas, almejas, y una ensaladita, para desgrasar, pero la ensalada es de fiesta, y le has echado de todo, queso azul, nueces, avellanas,... que si encuentras una hoja de lechuga tienes premio.

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La carne, pero antes, un sorbete de champán, que lo tomas en bodas y celebraciones y siempre está muy rico.

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En mi tierra, por estas fechas, en casi ninguna casa falta el lechazo asado, con su guarnición, patatas asadas, o algo de similar calaña.

Y luego viene los postres.

¡Ay, los postres!

Como lo hemos importado todo, primero viene el tronco de Navidad, llegado de la mismísima Francia.

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Después los turrones, muchos, variados, y hay que probarlos todos.



Y luego, por si alguien se queda con hambre, sacamos el panetone, que para eso lo hemos comprado.



¿A alguien, como a mí, se le han quitado las ganas de comer?

Por cierto, me he reído muchísimo de buena mañana con este artículo de mi adorado Comidista.

8 comentarios:

  1. Jjajajjajajajajajajaj

    Me pillas sin desayunar y...tengo hambre!
    Me llevo el tronco de navidad...
    :P

    Kissssss

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  2. Pero, ¿y lo que mola? Que sólo pasa una vez al año!! A mí no se me han quitado las ganas de comer jajaja aunque por suerte/desgracia no me gustan demasiado esos platos, a mí me va el picoteo de entrantes y los postres, acabo que no puedo moverme jajaja (vaya que, dentro de lo sano, es de lo que menos como). Hay que disfrutar :) al fin y al cabo tampoco nadie nos obliga a ponernos pinflas, podemos seleccionar!
    Yo tengo muchas ganas ya de que sea mañanaaa! Y el alcohol, que no falte!

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  3. Yo los postres navideños me los salto pero todo lo demás, ¡¡¡pal buche!!
    ¿Que le vamos a hacer?

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  4. Jajajajaja... yo tengo una teoría. Llevo con turrones ydulces en casa desde hace un mes. Bueno, dulces todo el año. Y no he engordado. Al contrario. Pero en Navidad siempre engordo. ¿Y que hay en navidad aparte de los dulces? villancicos. A mí me engordan los villancicos. Lo tengo claro xD

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  5. Me he propuesto controlar ..ya te diré como acaba el tema!!!!;)
    Besosss!!!

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  6. Luego vienen los remordimientos y los gimnasios

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  7. pufff, despues de leerte si que se me han quitado las ganas de comer. Pero anoche, despues de cenar, llegue a recoger a una amiga y la pedi que me bajase un trocito de turrón de chocolate. Soy un caso

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