Nuevos retos

 Creo que os conté que el curso pasado me cambié de instituto. Y llegué nueva a un centro en el que había estado hace unos años, en el que conocía a algunos compañeros, en plena pandemia, con mascarillas. Además, entré a formar parte del equipo directivo, como secretaria.

También os conté, para los que me leéis y no tenéis nada que ver con la enseñanza, que la secretaria de un centro es la encargada de las cuentas, de los presupuestos, de cosas que para mí son muy complicadas. Y también del personal laboral, de la limpieza y de los ordenanzas. El caso es que ha sido duro, tengo que reconocerlo. He tenido que aprender muchas cosas en poco tiempo y el equipo saliente, que normalmente te echa una mano, al menos al principio, no lo hizo en este caso. Y ha sido un año de muchísimo trabajo, de muchas horas dedicadas al centro, de mucho esfuerzo por aprender, de cursos, de desesperación, de repasar y repasar unas cuentas que estaban manga por hombro cuando llegué, de desesperarme con una deuda heredada bastante importante... en fin: complicado.

Este curso pensé que sería más fácil. Ya me van saliendo las cuentas, hemos pagado parte de la deuda, hemos conseguido ahorrar algo para algún arreglo que es necesario... no sé, la tranquilidad de repetir durante este curso las mismas operaciones en los mismos momentos. 

Peeeeeroooo

Mi directora me propuso cambiar de puesto. En realidad me ofreció lo que a mí me gusta, que es la Jefatura de estudios. Tratar con los alumnos, los compañeros y los padres. Creo que es para lo que sirvo. Este blog, precisamente, empezó cuando era jefe de estudios en este mismo centro, hace ya muchos años. Y claro que he aceptado. Pero eso me supone aprender otra vez algo nuevo, las funciones de mi cargo, los papeleos, todo. Y otra vez supone para mí un reto importante, estresante e ilusionante a la vez.

Así que este mes de septiembre está siendo de vuelta al trabajo a lo grande, con muchas horas dedicadas al centro, a trabajar y a aprender cómo se hacen las cosas. 

La suerte: estar rodeada de gente estupenda. Mi directora es la mejor, y el equipo que estamos formando también.Y el claustro me parece de los mejores con los que he trabajado, así que nada puede salir mal (en realidad pueden salir mal miles de cosas cada día, y algunas salen mal, pero hacemos lo que podemos).