Hace poco os contaba, en relación a un libro que he escuchado en vez de leerlo, que los libros han sido para mí algo diferente dependiendo de la época y el momento.
Siempre me ha encantado leer, desde que aprendí a hacerlo. Entonces tenía acceso a los cuentos que mis padres me regalaban, que eran pocos (Navidades, y cumpleaños) y que hoy por hoy conservo (al menos algunos) muy usados, con los cantos desgastados de tanto leerlos.
Después, las bibliotecas se convirtieron en mi fuente principal de lecturas. Leer era introducirme en otros mundos, salir de la realidad para llegar a otros lugares. Me encantaba leer en mis ratos libres. Y enseguida la biblioteca del cole, la de la parroquia, el bibliobús... se me quedaron pequeñas.
Ya os he contado que por entonces mi padre viajaba de vez en cuando, y siempre que se iba le metía en el bolsillo del traje o del abrigo un papel con un par de títulos de libros, por si tenía ocasión. Y muchas veces me traía alguno. No siempre, pero sí la mayoría de las veces. Y era para mí una alegría enorme tener un libro nuevo.
Leer era mi mayor afición, junto con la televisión. No entendía de libros buenos o malos, solo de aquellos que me gustaban y de los que no. Muchas veces terminaba un libro y volvía a empezarlo, porque me había gustado y porque no tenía posibilidad de tener otro que me fuera a gustar tan pronto.
Mis primeras lecturas fueron Puck y Los cinco. Después de eso, todo lo que cayó en mis manos. Tuve la suerte de que mi bibliotecaria me fue orientando hacia otros libros, otras lecturas, y lo que todos los lectores sabemos: que unos libros te llevan a otros, así que siempre tuve algo que leer. También mis padres tenían una colección de premios Planeta y de premios Ateneo de Sevilla, y me leí la mayoría con doce o trece años, aunque algunos no los entendía del todo.
Si iba a pasar unos días en casa de alguien (era habitual que pasara días de vacaciones o verano en casa de alguna prima y tengo muchas) siempre echaba un vistazo a las estanterías nada más llegar, por si encontraba nuevos tesoros.
Los dos últimos años de universidad, simultaneando dos carreras y con cientos (literalmente) de lecturas obligatorias, me fue muy difícil disfrutar de verdad leyendo. Y eso no cambio los años siguientes, porque empecé el calvario de las oposiciones.
Con la maternidad, mi fiebre lectora se ralentizó. No tenía tiempo de nada y creo que algún año transcurrió sin que leyera nada que no fuera para el trabajo. Se me juntaron dos cosas: niños y oposiciones. Me pasaba el día estudiando y en mis ratos libres veía la tele, nada de más lectura.
Pero, poco a poco, no hace tanto, volví a mi afición, la mayor de todas, la que perdura desde que aprendí a leer, muy pronto, con poco más de dos años, hasta ahora. A veces esa afición es una fiebre que lo devoraría todo. Siento que no me da tiempo a leer todo lo que me gustaría, y me pongo nerviosa, querría tener muchas horas al días para dedicarlas solo a leer. Otras veces es algo más pausado y se vuelve más reflexivo, más tranquilo. Pero no creo que me abandone así como así. Porque leer es mi mejor compañía, porque no entiendo la vida sin un libro.
¿Cómo empezó vuestra afición a los libros? Cómo es ahora? Contadme, que me interesa mucho.
¡Hola!
ResponderEliminarYo también leía Puck y Los Cinco.
En mi caso he tenido suerte en casa con la lectura. Cuando mi madre empezó a trabajar, con 16 años, con su primer sueldo se compró una cámara de fotos y se apuntó al Ciírculo de lectores, que era la forma, entonces, de asegurarte libros. Y con 12 años se hizo catequista porque le dijeron que podía usar la bivlioteca d ela parroquia ilimitadamente.
Mi padre era igual así que en casa siempre tuve mucho para escoger, y mis padres me orientaban bastante bien. Con 12 años, además de Los Hollister, Los gemelos, Puck, Los cinco y todos esos libros juvenilos me había leído casi todos los de Julio Verne, la biografía de Marie Curie, Matar un ruiseñor, Muerte al alba...muchísimos.
Veo un mérito tremendo que a pesar de simultanear dos carreras y tener tantas lecturas obligatorias mantuvieras la afición. Ha hibernado un poco, claro, pero las oposiciones son absorbentes y la maternidad no digamos, pero has mantenido esa ilusión.
Yo también tuve épocas de leer menos, con mis hijos muy pequeños, con estudios...pero nunca perdí la afición, va por etapas y al final vuelve para quedarse.
Muy feliz jueves, me ha encantado la reflexión.
En mi casa no había demasiada variedad para leer, pero siempre, desde muy pequeña, busqué las fórmulas, y sí es verdad que siempre me regalaban libros, en todos los eventos, o cuando íbamos a algún sitio. Pero es que era lo que pedía siempre.
EliminarBesos.
Yo no recuerdo exactamente cómo comenzó mi afición por la lectura, pero supongo que está ligada a mis primeros años de colegio. Cuando comencé a leer lo hacía muy despacio y eso para las señoras monjas no era bueno, así que me metieron en el grupo de apoyo para las "lectoras lentas" de mi curso que, lejos de alejarme de la lectura (supongo que hubiera sido lo normal) consiguó todo lo contrario, pues empecé a ir a la biblioteca del colegio en los recreos y a seleccionar mis libros favoritos.
ResponderEliminarDe toda mi infancia lectora sólo tengo en mente libros de El barco de vapor, que son los que aún hoy conservo, pero seguro que fueron muchos más.
Un besote!
Marialu
Yo tengo mis primeros recuerdos de lectura también asociados al colegio porque mi padre es maestro y me llevaba aún antes de cumplir la edad, que entonces eran cuatro años. Con dos ya iba al cole con él por las mañanas, aunque no me quedaba al comedor y creo recordar que no volvía por la tarde. Pero allí ya descubrí las historias que escondían los libros, y eso no ha cesado nunca.
EliminarSoy mayor que tú y no he leído mucho del Barco de VApor. Sin embargo mi hermano pequeño sí, muchos, y los leía yo, claro, aunque no eran para mi edad ya.
Besos.
Yo también he disfrutado siempre mucho de la lectura, en mi caso creo que me lo inculcó mi abuelo, yo de pequeña he estado mucho tiempo enferma, nada grave, pero me he pillado todo, paperas, sarampión, anginas ... así que he estado mucho en la cama y mi abuelo se sentaba a mi lado a leerme cuentos para entretenerme, ¡algunos se los aprendió de memoria!
ResponderEliminarMe he leido todos los de los Enid Blyton y cuando me saqué el carnet de la biblioteca literalmente deboré...el problema es que sólo dejaban sacar de 1 en 1...y a mí no me duraban anda :-(
En la Universidad y al empezar a trabajar, no tenía tiempo y leía mucho menos...pero ya con la maternidad directamente es que no tenia tiempo ni de ir a la biblioteca y salvo algún libro que me regalaban, pasé años sin leer nada de nada.
Ahora he descubierto eBiblio y ¡¡¡me estoy resarciendo!!! no tengo q ir a la biblioteca, leo en cualquier sitio y ocasión, porque el móvil lo llevo siempre encima, así que he vuelto a disfrutar :-)
Es genial que te lean cuando eres pequeña. A mí no me leían, pero no me hizo falta. A mis hijos les he leído mucho, cada noche, hasta que empezaron a dejar de querer que lo hiciera.
EliminarEnid Blyton era nuestra lectura de entonces. A mí en la biblioteca del cole me dejaban sacar dos y en el Bibliobús, tres, así que siempre tenía algo para leer.
Besos.
Ay creo que mas o menos describiste un poco mi vida!! jeje
ResponderEliminarLos primeros recuerdos que tengo de lecturas son las siestas de la infancia, donde mi abuelo nos leia un enorme libro rojo que tenia todos los cuentos tradicionales infantiles (Caperucita, Los 3 chanchitos, etc)....recuerdo las vacaciones, un poquito mas crecida, en la Playa, habia una revista que sacaba libros "de verano" entonces alguno siempre me compraban (mis hermanos se reian de mi porque leia en la playa!! jeje). Luego, ya a los 13 años en la secundaria (no se como se llama en España ese nivel educativo) el profesor de Literatura puso en la lista obligatoria un libro (Brasilero) que se llamaba "Mi planta de Naranja-lima" y recuerdo que me fascino. De alli salte a las bibliotecas de mi abuelo, amante ferviente y comprador compulsivo de libros, a "La casa de los espiritus" de Isabel Allende y ya luego no pare mas....hasta la facultad y maternidad que, como describis, te lleva inevitablemente a disminuir la lectura. Hace dos años tambien volvi al hambre de lectura, luego de haber descubierto la lectura digital y no puedo parar!! Como bien decis, me devoro los libros y no termino uno que ya tengo preparados dos o tres que quiero leer enseguidita de terminar!! Tengo un problemita! jejeje
Saludos!!
Jajaja. Los lectores supongo que muchos empmezamos muy pequeños. A la playa siempre llevaba media maleta llena de libros. Íbamos quince días al año y en menos de una semana los había terminado y entonces me compraban algún libro en los kioskos de la playa.
EliminarTengo en mi lista de pendientes Mi planta de naranja-lima desde hace muchísimo tiempo. Y ya va siendo hora de leerlo. Me lo has recordado.
La casa de los espíritus también para mí fue un antes y un después en lecturas. A partir de ella cambié mucho mis gustos, y empecé a leer más clásicos, y a elegir detenidamente los autores...
Besos.
Tengo una amiga que llevaba años recomendándome "Mi planta de naranja-lima". Finalmente, lo leí este verano pasado. Creo que es un libro muy especial...Hasta he llorado con él y me he sentido estúpida por hacerlo. Léelo, Ro. Te llevará muy poquito tiempo; y luego nos cuentas.
EliminarMi afición empezó de pequeña, supongo que se me antojaría al ver a mis padres leyendo bastante. Al principio con libros de 'El barco de vapor', después recuerdo literatura juvenil del 'Círculo de lectores' (mi favorito, un libro de Jordi Serra i Fabra, "Otra canción en el paraíso", aún sigo leyendo a este escritor).
ResponderEliminarEl primer libro 'de mayores' que leí fue de mi querida Agatha, "Asesinato en el Orient Express". Y me enganché a ella, claro. Durante la época universitaria leí poco, pero al empezar a trabajar me desquité. Esos años leía mucha chick lit, histórica y negra.
Ahora leo menos de lo que me gustaría, estoy buscando una manera de poder hacer todo lo que me apetece de ocio (incluyendo la lectura y otras aficiones) y creo que voy por buen camino. Ahora leo de todo, cosas buenas de pertenecer a un club de lectura con gustos tan variopintos ;)
Mi madre ahora sí lee pero cuando yo era pequeña no tenía tiempo de nada y no la vi casi sentada más que cosiendo, así que mi afición me vino sola, nada relacionado con ellos, aunque supongo que los genes sí tienen que ver, porque mis tías maternas leen muchísimo, de siempre.
EliminarAutores que me marcaron, está Stephen King, que me introdujo de lleno en una literatura más adulta, y Miguel Hernández, primera poesía que leía aparte de Gloria Fuertes y lo que pudiéramos leer en el colegio, y me encantó.
BEsos.
En mi casa nadie leía, nadie. Nunca vi un libro. Yo siempre quise aprender a leer, me negaba a ir a preescolar porque en el cole que me pusieron (porque no habían conseguido plaza en el que finalmente estuve) no me enseñaban las letras. Lloraba todos los días, porque quería aprender a leer. Mi padre me compró una colección de Barrio Sésamo, un libro por cada letra del alfabeto, preciosos. Mi padre o mi madre me leía uno cada noche.
ResponderEliminarLlegó un día que ya me sabía cada página de cada libro de memoría y lo decía en voz alta a la misma vez que me lo leían(seguía sin saber leer).
Cuando me tocaba ir a primero me cambiaron de cole y mi padre me prometió que en este me iban a enseñar letras. ¡No lloré ni un poco!
Aprendí muy rápido a leer y no he parado.
Ahora leo muy poco porque los niños no me dejan mucha energía, pero ahora que el pequeño va a hacer 2 años en agosto ya empiezo a tener un pelín más de rato. Este año ya me he leído 3 libros, creo que cuando nació Alma solo conseguí leer 3 en todo su primer año de vida jajajaja.
Pero para mí los libros era tesoros, en mía adolescencia mi lista de los Reyes magos eran libros y cds (soy vieja). Releía una y otra vez los mismos libros porque no tenía acceso a otros. Pero los disfrutaba igual.
En mi casa tampoco se leía. Mi abuela sí, pero mis padres no. Siempre hubo libros, alguna colección, pero no les veía como ejemplo de lectura.
EliminarMi lista de cualquier celebración eran libros, siempre libros, y era lo que más me gustaba cuando abría los regalos de Reyes.
BEsos.
*El niño hace los 2 años en MAYO, en serio, dormir es importante. No sé ni lo que escribo.Me voy a hacer la siesta.
EliminarLa mía con unos 9 años con Enyd Blyton y hasta ahora. En mi casa siempre ha habido miles de libros y mis padres siempre me los compraban a demanda, así q en ese sentido siempre he sido una lectora voraz. El único parón que he tenido fue cuando nació Candela, q estuve 4 meses (los de la baja) sin leer, pero en cuanto empecé a trabajar volví al lío como de costumbre ^_^
ResponderEliminarEs una suerte lo de que te compren libros a demanda. Mis hijos la tienen. Solo tienen que pedir, insinuar y ni eso, cuando veo algo que pueda gustarles, se lo compro. Pero a mí me costaba trabajo tener lecturas.
EliminarBEsos.
Me siento tan reflejada... mis primeros libros eran los del barco de vapor, la serie roja, la naranja...Después pusieron una minibliblioteca en mi barrio y me pase a los comic de zipi y zape, y ahí mis padres empezaron a regalarme libros. Recuerdo el primer año de carrera, aprobé todo y ese verano me aburría, y la calor del sur no permitía salir hasta tarde, un día mi madre me dijo que tenia una caja llena de novelas cortas, rápidas.. si las quería leer, mías eran, lo que no me imaginaria era que eran las novelas de Yasmin¡¡¡ me leí en un mes y algo como 35 o 40 novelas, me amanecía leyendo y ahora casi 15 años después, con el tiempo que una hija y un trabajo me permite, no he dejado de leer, eso si el género ha cambiado mucho jajajaj
ResponderEliminarYo apenas he leído de barco de vapor, es que soy muy mayor. Mis hijos sí, de todas las series. Luego los he ido pasando a mis sobrinos o amigos. Yo en verano, en la playa, leía a Corín Tellado. Jajaja. Lo que hubiera...
EliminarBesos.
Pues no sé cómo, pero si recuerdo un libro en concreto, que por desgracia no tengo yo, sino alguna de mis hermanas, que con dos años me sabía de memoria. Aprendí a leer antes de entrar al colegio, y ese año me aburrí soberanamente. Yo de pequeña no sabía jugar sola, y mis hermanos eran mucho mayores, tampoco había primos de mi edad. Recuerdo con 8 o 10 años, que cuando ya me ponía muy pesada con el "¿qué hago?", que mi madre me mandaba a la papelería a comprarme algún libro. El problema era que lo devoraba enseguida, y cuando decía "ya lo he terminado", mi madre decía que claro, así no cundía... Seguí leyendo bastante en la adolescencia, y solo lo dejé, aunque demasiado tiempo, cuando nacieron los niños. También me da mucha pena no recordar la mayoría de cosas que leí durante esa adolescencia en la que no sabes qué leer. Yo cogí a Chejov, Shakespeare, y otros clásicos que había por mi casa, pero ahora es como si no los hubiera leído.
ResponderEliminarAhora estoy muy contenta de haberte encontrado a ti y alguna bloguera (o ex) más, que me volvieron a picar, y gracias a las cuales también estoy leyendo, y disfrutando, mucho.
Yo tampoco recuerdo muchos de los libros que he leído, incluso de mayor, incluso libros que me marcaron, pero es sque he leído bastante, y es lo que tiene tener memoria de pez.
EliminarGracias por los piropos.
BEsos.
Mi primer recuerdo de lectura, ni siquiera era leer realmente. Nos dejaron ir de muy pequeños a la biblioteca del colegio para coger algún cuento que mirar. No sabíamos aún leer. Y nos lo dejaron llevar a casa. Pues yo cogí un folio ligeramente transparente y empecé a copiar-calcar todas sus palabras; que era lo que a mí me gustaba y no los dibujos. En mi casa nadie era especialmente lector. Ya de más mayor si recuerdo a mi padre y sus inseparables novelas del Oeste.
ResponderEliminarMi abuela me empezó a regalar libros de Enyd Blyton (Las gemelas en Santa Clara y Torres de Mallory o Puck. Los de Los cinco y Los 7 secretos eran para mis primos varones. Cosas de los dependientes de las librerías).
Y ya fue siguiendo la costumbre de en cada cumple o Reyes Magos recibir libros de regalo: Los Hollister, El pequeño vampiro, alguno de El Barco de Vapor, etc..
Pero no al nivel que yo quería.
Así que el poder tener el carnet del Bibliobús era un pequeño milagro. (La biblioteca del cole se me quedó pequeña enseguida. Pero siempre recordaré una colección de libros que tenían y leí todos sus títulos: Jim Botón y Lucas el maquinista, La familia Mumin, Las fantásticas aventuras de Alarico .. y creo que aún me podría acordar de alguno más).
Los veranos en el pueblo se hacía muuuuuuy largos, porque yo quería leer y leer, y claro: tenía poco material. Menos mal que mi prima y una de mis tías me dejaban todos los que tenían. Tuve veranos acompañados de V.C. Andrews o El clan del oso cavernario. (Además que acompañaba también a mi abuela al Bibliobús, y me dejaban llevarme a mí también alguno)
Así que ahora mi felicidad es plena, cuando en mi maleta siempre va el ebook bien cargadito con todo tipo de lecturas. Atrás quedaron esos tiempos de llevar 6 o 7 libros para una quincena en la playa, jajajaja...
Y además está a punto de acabar mi período de sequía lectora (que casi casi llega a dos años... malditas opos) y me voy a pegar un empacho de leer que voy a disfrutar como una enana.
Ale, pedazo comentario maja... uf... soy en anti-resumen.
BESITOS
Los veranos en el pueblo eran de mucha lectura, al menos en la adolescencia. Y me pasaba que tampoco tenía mucho material. Es verdad que ahora ha cambiado mucho la cosa, cuando te llevas en un solo ebook todos los libros que puedes leer y más, y no te quedas nunca sin lectura. Las cosas buenas de la tecnología.
EliminarBEsos.
Los primeros libros de cuentos que recuerdo son de Teo y los clásicos. No sé si me gustaba leerlos o el hecho de ver otros mundos e historias, pero recuerdo que uno de mis entrenamientos favoritos era hacer mis propios cuentos: pedía que me graparan folios por los bordes como si fueran libros y luego dibujaba y escribía historias con mi hermano. También de pequeña me aficioné a los tebeos, mis padres tenían una gran colección de TBO, Mortadelo y Pulgarcito. También leia el Pequeño País con Leo Verdura y Lupo Alberto.
ResponderEliminarMi primer libro de verdad fue "La sopera y el cazo". Durante la primaria conseguí bastantes libros por mi cumpleaños, ya que las colecciones de Barco de Vapor y Ala Delta estaban en auge, por lo que todos regalaban eso. También conseguí bastantes libros cuando mis padres se hicieron del Círculo de Lectores. Por entonces leía pero no devoraba libros. Mi favorito era "Las Brujas".
Empecé a devorar libros en la secundaria. Cuando mi padre falleció fue una manera de evadirme. En la Universidad dejé de leer al igual que tú. Me sentía culpable de coger un libro que no fuera para estudiar. Desde que empecé a trabajar he ido retomando poco a poco. Ya voy cogiendo el ritmo.
Para mí sorpresa, ahora resulta que leo más rápido en inglés que en español! Tengo que practicar más mi castellano sin falta.
Besos
Yo no leí a Teo, tengo que reconocerlo. Los cuentos clásicos sí, esos me gustaban menos, pero tuve bastantes. También hacía mis propios cuentos, y luego mis propias novelas, del estilo a las de los Cinco, con muchos diálogos y protagonistas adolescentes.
EliminarMis hermanos leían muchos TBO, y claro que también pasaban por mis manos, porque mi furia lectora era imparable.
Es curioso que leas más rápido en inglés. Eso es que tu nivel es mejor...
BEsos.
En mi infancia cuando te llevaban al colegio era para aprender a leer, los de cuatro estábamos con los de seis y allí solo se leía y se hacían cuentas.
ResponderEliminarCon nueve tuve una señorita que me dejaba llevarme a casa los libros que leíamos en clase, por turnos y en voz alta, para que avanzara.Y recuerdo "Viaje al centro de la tierra" como el primero que me enganchó.
Mi madre siempre leía en las y nosotras es lo que veíamos.La tele solo se encendía a última hora de la tarde.Leía Enid Blyton o Agatha Christie indistintamente.El Reader's Digest y los tebeos del domingo eran lo más.
Pues te enganchó un libro ya de lectura medio adulta. En mi casa veíamos mucha tele, y no se leía nada, esa es la verdad, no es que la afición me viniera de verla.
EliminarBEsos.
Yo no recuerdo cuándo empecé a leer. En mi casa nunca vi leer a mis padres, porque trabajaban como burros todo el día, pero éramos del Círculo de Lectores, así que siempre hubo libros, enciclopedias, colecciones...¡Hasta teníamos la colección del libro gordo de Petete en varios tomos de colores! jaja. Y yo he leído un poco de todo. Por supuesto, Puck (me encantaba, era de mis favoritas), Los Cinco, Esther y su mundo y cómics de Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, y 13, Rue del Percebe.
ResponderEliminarNunca fui a la biblioteca a coger libros de lectura; la biblioteca municipal quedaba lejísimos de mi barrio y solo iba cuando tenía que hacer un trabajo para clase y necesitaba consultar algo. Eran veces muy esporádicas. Pero lo que sí recuerdo, con mucha nostalgia, eran los intercambios que hacíamos en el quiosco del barrio. Era un local minúsculo, atiborrado de libros y cómics donde cogías el que quisieses por unos céntimos, te lo llevabas a casa unos días y luego lo cambiabas por otro. Era el modo más económico de poder leer mucho. Allí descubrí las novelas de Ágatha Christie y una buena temporada me enganché a ellas.
También tuve temporadas en las que compraba las colecciones semanales o mensuales, premio Planeta y de ese tipo, y fui acumulando un montón de libros que hoy en día siguen en mi vieja habitación en casa de mis padres.
Hubo épocas en las que apenas leía, sobre todo después de la adolescencia, cuando empecé a salir.
Tuve un parón también (como la mayoría, por lo que veo) cuando fui mami. Pero luego empecé a retomarlo a medida que mi hija iba creciendo, porque también creamos el hábito de leer un cuento antes de acostarse.
A día de hoy sigo leyendo, aunque no tanto como quisiera, pero el día solo tiene 24 horas...
Yo me hice del Círculo cuando cumplí 18. Tuvieron que autorizarme mis padres porque no tenía ningún tipo de ingreso. Y lo he sido hasta el año pasado. Llegó un punto en el que leo más en digital, y ya había comprado muchas colecciones infantiles, y juveniles, y muchas veces no sabía qué pedir.
EliminarNunca he hecho intercambio de libros de esa forma que cuentas, aunque, ya siendo mayor, lo hacían en una tienda muy cerca de casa de mi madre y me llamaba la atención.
Yo también he tenido algún parón, pero sobre todo por estudios y por maternidad. Tener un hijo me supuso no tener tiempo de nada, ni siquiera de dormir, y por eso no podía dedicar ni un minuto al día a leer.
Ahora leo bastante porque tengo tiempo y los hijos generan otras preocupaciones pero no necesitan mi presencia tanto como antes.
Besos.
muy bonitas fotos dan ganas de leer,
ResponderEliminarEs cierto, ver libros te adentra en el mundo interior de una forma automática.
EliminarBesos.
Mi afición a los libros es un poco (triste) breve xD Mis padres leían mucho por las tardes. Me aburría y como quería estar con ellos, cogí un libro y me senté a leer con ellos. Y desde entonces, no he podido parar :P
ResponderEliminarYo desde que aprendí a leer, bien prontito, he sido amante de la lectura. Incluso antes, porque tenía una imaginación prodigiosa y siempre estaba inventando historias. Lo mejor que ha hecho mi madre por mí en mi vida fue llevarme a la biblioteca por primera vez y sacarse el carné para que yo me pudiese llevar libros a mi casa. Tenía 5 o 6 años. Ahora tengo menos tiempo para leer del que me gustaría, por desgracia, pero el día que deje de tener ganas de leer sé que será porque algo grave me pasa.
ResponderEliminarMi casa estaba llena de libros y las de mis abuelos (que es donde pasaba más tiempo) también. Yo aprendí por mi cuenta y a los tres años ya leía. Se me quedaron cortas las lecturas infantiles y pasé a las más adultas siendo muy pequeña y creo que es una pena porque apenas he leído clásicos juveniles!
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