Además, como mi hermano estaba en la península, quería verle un poco más, así que el lunes me fui a comer con él y con mi padre al salir de trabajar. Y aproveché un poquito de vida familiar, a pesar de las miles de cosas que tenía por hacer.
Y esa sería la tónica de la semana: muchas cosas por hacer, sin siestas hasta el viernes, y con mucho estudio, muchos trabajos, muchas horas delante de los libros. Y también muchos preparativos para la semana que viene, que va a ser intensa, y le tengo muchísimas ganas.
Hemos tenido los exámenes finales del conservatorio, que no los últimos, porque ahora tiene la prueba de acceso al nuevo ciclo, que ya veremos cómo nos va. Hemos tenido muchos exámenes y muchos finales de plazos para entregar cosas, hemos tenido mucho que hacer en todos los terrenos, y os diré que la que más ha sufrido es mi casa que, a pesar de que ayer me puse un poco a organizar, está manga por hombro desde el viernes pasado, y esta semana ni hemos cambiado sábanas. Como os lo cuento.
El caso es que creo que las semanas que quedan hasta el 22 de junio, por lo menos, serán así de intensas y ocupadas. La próxima por preparativos y un evento importante, la siguiente porque son las fiestas del pueblo donde trabajo y tengo que terminar temarios y poner notas, la última por ser la última, por las evaluaciones y demás.
Y eso que no hemos empezado aún la piscina. Porque con toda probabilidad nos la abrirán el próximo domingo (si deja de llover, que esa es otra), y entonces las cosas se vuelven una locura compaginando clases, deberes, estudios y piscina.
Total, que sigo por aquí contando lo muchísimo que tengo que hacer y lo muchísimo que he hecho esta semana, pero en realidad ayer me pasé la tarde viendo pelis a ratos sola, a ratos con unos y a ratos con otros. Que no todo es un no parar...
ya queda menos! (para cambiar las sábanas! jaja)
ResponderEliminarMucho ánimo!
ResponderEliminarUn beso, guapa :)