viernes, 9 de febrero de 2018

No quererse

Hace bastante tiempo que os hablé de mis alumnos, en este caso alumnas, y las autolesiones. Creo que es algo, no sé si se podría decir que está de moda, pero sí que cada vez es más frecuente.


El curso pasado acabé muy estresada en junio. Y gran parte del problema era una de mis alumnas, una alumna que se producía a menudo unos daños tremendos en forma de cortes en piernas, brazos y tripa. Y luego, al día siguiente, venía a clase con las heridas a la vista, en una especie de alarde que a mí me dejaba confundida y que nadie entendía. Hablé cientos (literalmente) de veces con su madre, pero os diré que, como su hija daba problemas, la había mandado al pueblo con los abuelos. Hablé con sus conocidos, con sus amigos. Era un chica absolutamente tóxica con su entorno, pero especialmente con ella misma. Provocaba problemas constantemente para llamar la atención sobre su persona. Yo entendía que aquello no era una llamada de auxilio, sino un grito a pleno pulmón, pero no me dejaba acercarme. Se cortaba y ponía sus heridas en sus estados del wasap o en instagram... Llegué a tener pesadillas, a dormir poco y mal y a desear fervientemente que acabara el curso para que volviera con su madre y dejara de ser problema mío. Siento decirlo así, pero ese era mi pensamiento.


En fin. Se marchó con su madre. No creo que nada se haya solucionado pero insistí en que fuera a un profesional. Y, al menos en un principio, me hicieron caso.

Este año tengo una alumna que siempre se ha quejado de, no sé si acoso, sino de estar sola en el instituto, de no tener amigos, de estar aislada, lo cual es cierto.

Este año ha empezado a salir con un chico y parecía más alegre, más participativa... estábamos contentos... hasta que el otro día sacó unas cuchillas en clase (no en mi clase, pero podía haber sido) y se puso a cortarse el brazo delante de sus compañeros. Y, por si nadie lo había visto, luego puso las cuchillas en una caja y se las entregó a un compañero para que se las guardara, asegurando que en casa siempre la estaban vigilando y que si la pillaban otra vez con cuchillas la iban a internar.


Los chicos a ella no le dijeron nada, pero vinieron a mí, asustados, pidiéndome que hablara con la abuela (sí, esta también tiene padres pero la niña vive con su abuela). Cuando se lo cuento, la abuela no sabe por dónde tomarlo, porque nunca han sabido nada de lesiones, ni de cuchillas, ni han tenido conocimiento de que ella se hubiera hecho daño alguna vez.

Está claro que vuelve a ser una llamada de atención: me hago daño pero quiero que se entere todo el mundo de lo mal que estoy. Y el problema es la soledad. La abuela, que no es una madre, es una abuela, no lo entiende. Dice que la niña tiene de todo, que no entiende lo que le pasa, y yo creo que está claro que tiene un problema en el instituto, pero también en casa.


El caso es que pensaba sugerirles a los chicos de clase que la arroparan un poco, que le dijeran si iba con ellos a comprar el bocadillo, que es lo que hacen en el recreo, ir a la plaza, comprar el bocadillo y volver. Y sé que ellos lo harían, pero la chica dice que no quiere amistad con ellos, que no le interesa. Y el otro día perdí un poco la paciencia con ella, porque creo que el problema no es solo de su entorno, sino también suyo: autocompadecerse está bien un rato, pero luego hay que hacer algo por solucionarlo. Y no puedes pensar que nadie es tan guay, tan especial y tan... como tú eres, y que la gente que hay a tu alrededor no vale nada. No sé si me entendéis.

Pues así estamos. Otra vez. Ella aprovecha el más mínimo resquicio en clase para hablar de sangre, heridas, muertos, suicidio... Los demás están asustados, dicen que cualquier día tenemos un problema grave con ella. Y por los demás me refiero a los alumnos, porque yo he hablado con todos los que podía hablar en el centro y nadie se ha movido. Al menos la abuela ha buscado ayuda profesional.


Como comprenderéis, a mí esto me quita el sueño, por un lado, y por otro creo que ya me estoy haciendo dura ante estas situaciones, cosa que no quiero en absoluto. Endurecerse es algo que no quiero que me pase, porque mis alumnos de mañana se merecen la misma sensibilidad ante sus problemas que los de ayer y los de hoy.

13 comentarios:

  1. Jo, qué duro todo. Por lo que cuentas el problema trasciende el ámbito escolar. De todas formas es buena señal que la abuela haya dado el paso de buscar ayuda profesional, y tú no puedes hacer mucho más.
    Besinos

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  2. Es terrible y debe ser complicadísimo intentar ayudar a estos alumnos con la familia mirando a otro lado. Me parece bien que no quieras endurecerte, pero llegar al punto de quitarte el sueño, quizás es demasiado (pero te seguirá pasando, porque eres así de entregada y sensible y fabulosa).

    Suerte a ella y suerte a ti.

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  3. Uf!! Me quedo sin palabras. Qué difícil tiene que ser darte cuenta de la llamada de atención pero que luego no se dejen ayudar! Impotencia!!

    Besos!!

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  4. Pero no tenéis un psicólogo en el centro?, porque visto lo visto es muy necesario. Esas dos chicas lo que necesitan es terapia urgente, que agobio, ¡chica!

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  5. Me dejas de piedra; qué situación tan dura. Tú ya haces bastante y creo que no se te puede reprochar que intentes que no te afecte, porque al fin y al cabo, eres humana y hay límites para según qué cosas.

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  6. Bufff, creo q no sabría que hacer en una situación así...

    Esta chica aparentemente no tiene problemas, como dice su abuela "tiene de todo", quizá si ve los problemas de los demás, relativiza los q ella cree tener para llevar a cabo esas conductas... que te parece hablar con alguna ONG de las que se encarga de refugiados, de niñas en paises de África o Iberoamérica para que vayan a dar una charla y enseñen fotos en el cole...igual viendo problemas DE VERDAD...reacciona.

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  7. Madre mía, qué horror. Tiene que ser terrible sentirte sola y mal, y que como solución tus padres te "suelten" en manos de tus abuelos. Ahora ellos, con la poca formación que tengan a hacerse cargo de problemas de una niña que no saben ni por dónde les viene. Nosotros hemos oído hablar de todo eso, pero si nos tocara en casa sería muy diferente. Habrá que ver a esa pobre abuela pensando qué es lo que está pasando :(((

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  8. Yo creo que esto pasa porque no saben enfrentarse al dolor. Ya nos hemos encargado todos de ocultarselo.
    Por supuesto, el resto de los alumnos tambien se ha criado en esta sociedad y no les pasa, pero si cada vez ocurre mas habria al menos que plantearselo.
    Recuerdo haber leido de una niña cuya madre se esforzaba siempre en no poner ni una mala cara y un dia se la encontro tirandose del pelo en un rincon porque no habia aprendido a gestionar sus enfados.
    Da que pensar, la verdad

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  9. No sé qué decirte,Ro,te enfrentas a algo muy complicado y delicado.
    No te culpes tú,desde luego.
    Besos.

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  10. Yo trabajo como maestra en Estados Unidos. Mis alumnos tienen 9 y 10 anos.
    La ultima "tendencia" es desmontar los sacapuntas para quedarse con la cuchilla. Y adivinen que hacen con ella...algunos. Especialmente algunas, suelen ser ninas. Y repito, tienen 9 anos, no son adolescentes.

    A mi me da pavor, la verdad. No se como gestionarlo tampoco porque, evidentemente, hay muchas cosas detras. Pero tampoco se como gestionar que casi todos tengan smart phones mejores que el mio, ni perfiles en Instagram o Snapchat.

    Realmente creo que estamos ya al borde del abismo.

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  11. Pues vamos a confiar en que el profesional haga su parte y la cosa mejore.

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  12. ¡Madre mía!!! Yo creo que no valdría para ser profe, es una profesión muy muy dura. Yo creo que ese tipo de cosas deben solucionarlas los padres (los profesores pueden ayudar y mucho, como tú haces. Creo que no puedes hacer más.... Pero el verdadero problema, el de fondo deben afrontarlo los padres o familiares muy cercanos
    Ánimo!!!!!
    Besos

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  13. Creo que hay una línea entre ser sensible a los problemas de los otros y hacerlos propios. Espero que los especialistas sepan cómo ayudar a estos chicos, porque el conflicto es real, pero siempre hay una salida.

    Ánimo!

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