Cansada e indignada

En estos días, ya en la recta final del trimestre (estoy exagerando, porque queda algo menos de un mes, todavía), es normal que me encuentre cansada. Me pasa siempre, pero además últimamente duermo poco y trabajo un poco más de lo que estoy acostumbrada, así que estoy para pocos trotes.

Además, ayer sucedió algo que no me puedo quitar de la cabeza y que me tiene totalmente cabreada.

En el centro donde estaba antes, los servicios sociales del pueblo (tal vez porque había muchos problemas, y graves) funcionaban muy bien y estaban siempre en contacto con el instituto y con los tutores para lo que fuera. Ahora, por más que pregunto por ellos, no aparecen.

Lo he intentado en la cuestión de la educación sexual y afectiva de los alumnos, pero nadie desde ningún CEAS de la zona quiere echarnos una mano. El absentismo de algunos alumnos es grave y preocupante y tampoco hacen nada al respecto. Y lo de ayer, lo de ayer se escapa a toda lógica.

Me avisa la orientadora de que le ha llegado una llamada de una trabajadora social diciendo que una de nuestras alumnas había llamado dos veces al teléfono del menor. Me extraña porque la veo integrada y paso mucho tiempo con ellos y no había notado nada, ningún malestar por su parte, ningún tipo de acoso hacia ella...

Me la saca de clase para hablar con ella y lo que me cuenta después me deja absolutamente anonadada.

Resulta que las dos llamadas de la alumna se produjeron hace más de un año, en enero del año pasado, y la anterior trabajadora social simplemente las había archivado, sin investigar, sin hablar con nadie, sin contrastar... Y ahora ha llegado una trabajadora nueva y al ver la fecha de enero pensó que era de este enero y se puso manos a la obra.

O sea, que me están diciendo que una niña a la que doy clase, una persona con la que trato a diario llamó hace un año al teléfono del menor y vio como nadie hacía nada a sus quejas. No puedo ni imaginarme todas las cosas que podrían haber pasado sin que nadie hiciera nada, sin que nadie supiera nada.

Y luego nos atrevemos a decir que esa alumna falta a clase a menudo, y que está desmotivada.

Soy una persona muy tranquila, pero en casos como este me dan ganas de pegar a alguien.