Hoy una reflexión que me ha salido del alma, y que creo que debemos aplicarnos todos los que trabajamos con personas, y más aún los que trabajamos con niños o jóvenes.
En muchas ocasiones todos, y me incluyo, culpamos a la víctima de serlo.
Dicho así parece una burrada, pero no lo es en absoluto.
La víctima de un acoso en el colegio no es siempre ese niño tímido, apocado, solitario y acobardado que no hace nada por integrarse y que tiene problemas con su físico, su ropa, su higiene personal o lo que sea, que hacen que los demás le miren raro.
Existe en los colegios e institutos el papel de víctima propiciatoria, que a mí siempre me ha parecido una expresión totalmente desafortunada, un insulto a la víctima.
¿Qué es una víctima propiciatoria, aparte de una incongruencia?
Se trata, por ejemplo, de ese niño que es inquieto, no para, quizá, hace ruidos en clase, termina por sacar de quicio a profesores y alumnos, y al final, claro, todos se meten con él. Y además, en esos casos, los compañeros dicen cosas que los profesores pensamos y nos callamos, como que el niño es muy pesado, como que es insoportable, inaguantable.
Ese niño que en el patio se dedica a picar aquí y allá, a insultar a unos y a otros, a revolotear alrededor de todos, que al final siempre acaba siendo empujado, pegado, insultado, ese es también una víctima propiciatoria.
Ese niño que se chiva de sus compañeros constantemente, que resulta muy infantil, que todos los días viene diciéndote que le han quitado el estuche, que le han escondido la mochila, que le han tirado el abrigo, ese niño que siempre está detrás del profesor, que parece querer permanecer siempre bajo su ala, en primera fila, y que se relaciona bastante mal con los demás, ese también es una víctima propiciatoria.
Porque a veces son niños que nos caen mal a todos, incluidos los adultos, y hacemos un poco la vista gorda, inconscientemente, cuando sus compañeros les dicen algo. Pensamos en ellos como víctimas pero no demasiado, como personas que muchas veces se lo buscan.
Y no es así. No es así en absoluto.
Porque el alumno inquieto, que hace ruidos o te saca de quicio, a veces no lo puede evitar, simplemente en muchas ocasiones es así, o también puede querer llamar la atención en un ambiente controlado, dentro del aula, para que alguien le haga caso.
Porque el niño que en el patio va de aquí para allá molestando a todos quizá no tenga con quien estar y prefiera que le insulten unos y otros a encontrarse solo dando vueltas sin rumbo durante media hora todos los días.
Porque ese niño que está siempre pendiente del profesor y que le cuenta todo lo que hacen sus compañeros no sabe relacionarse bien y aún no han encontrado su sitio en el grupo, y encuentra el único apoyo del adulto para relacionarse con los demás.
Y nadie, nos caiga bien o mal, nadie, absolutamente nadie, se merece que le insulten, que le acosen, que le quiten sus cosas, que se rían de él, que le peguen, que le humillen... Nadie.
Creo que has dado en un punto fundamental para analizar la violencia, no sólo en el ámbito escolar, sino en todos los niveles, de género, político, laboral... siempre hay un resquicio para buscar una justificación, es el típico "algo habrá hecho", "podía haberlo evitado" "se lo ha buscado".
ResponderEliminarEsa culpabilización de la víctima podría buscar, por un lado aligerar nuestra propia responsabilidad, por otra alejar la posibilidad de que nosotros podamos ser también víctimas...
En fin, un tema duro que da para muchas reflexiones.
Besinos
Siempre, si buscamos, podemos encontrar una justificación a nuestra actitud de rechazo a alguien.
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Muy de acuerdo,esos chavales existen y ni profesores ni compañeros los encajan bien.UN saludo
ResponderEliminarNo los encajamos bien, no. Y es un tema muy difícil de acotar.
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Y además es un círculo vicioso, porque esa etiqueta no se la va a quitar nunca. Cambiar de entorno a veces sale bien, creo
ResponderEliminarbesos
Cambiar de entorno a veces funciona, pero muchas veces tenemos tendencia a repetir en todos los entornos los papeles que tenemos asignados desde pequeños.
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Culpar a la víctima es siempre un error
ResponderEliminarSiempre, pero se hace, en todos los terrenos, no solo en los colegios.
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Madre mía Ro, esta semana mi hijo ha tenido en el Insti un incidente relacionado con este tema, le voy a pasar tu posta para que lo lea, has dicho lo que yo he intentado transmitirle con las palabras y de la manera que a mí me hubiese gustado utilizar, muchísimas gracias!!!
ResponderEliminarEs muy complicado que lo enteindan los niños porque nos cuesta a los mayores...
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Bravo!! Bien dicho y mejor explicado. Supongo que por las noticias habrás oído el caso del chico que ha agredido a varios compañeros en un instituto de mi población, pues si te contara todo lo que me ha llegado por diversos grupos de whatsapp, te escandalizarías, han llegado a divulgar las imágenes de todos aún siendo menores. Y yo llevo una semana preguntándome pero a dónde hemos ido a parar para no darnos cuenta de lo complicado de la situación, de que son expertos y médicos los que deben de tratar el tema y no demonizar ni victimizar así a ninguno de esos chicos. Me indigna con la ligereza, frivolidad y poca sensibilidad que se ha tratado este tema por parte de adultos señalando y criticando sin tener un conocimiento profundo del caso. Desde luego este es un caso muy extremo, pero asusta lo que podemos hacer para evitar a veces responsabilidades, o lo fácil que nos es cargar contra los demás sin ni siquiera intentar empatizar. En fin he sido un poco extensa, pero ya te digo que es un tema que últimamente me indigna y apena a la vez.
ResponderEliminarBesos.
Lo he oído, y me parece terrible. Es como cuando una mujer mata a su pareja después de años de palizas, y dices que lo entiendes, que es normal que lo haya hecho, pues por ahí va la cosa cuando la víctima no es pasiva, sino que se rebela contra su papel...
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Mi hermano era hiperactivo y tiene una minusvalía psiquica. No podía parar quieto, pero es porque en su día no se entendía (y creo que aún no se entiende) que hay niños a los que no les puedes hacer que se sienten durante horas quietos y cayados. Tanto los profesores como la mayoría de sus compañeros le echaban la culpa de todo, porque el no sabía como defenderse. Recuerdo una vez que le castigaron por algo de lo que no era culpable. Al parecer le estaban pinchando en medio de la clase y él saltó. El profesor se pasó con la bronca tres pueblos y mi hermano lo pasó muy mal porque no podía defenderse (siempre ha sido muy sensible). No quería volver a la escuela. Los dos únicos compañeros que valían la pena de su curso contaron a mi familia lo que había pasado al ver que el profesor les ignoró cuando intentaron defender a mi hermano. Era más fácil echarle a él la culpa que al hijo de "fulanito". Mi madre hizo que el profesor se disculpará delante de la clase. Mi madre lo hizo muy educadamente, pues le dijo que era importante enseñar a los alumnos a disculparse cuando se comete un error y a no encubrir y echar la culpa a los que no pueden defenderse. Eso no quitó que mi hermano siguiera sufriendo acoso escolar. Yo también lo sufría por otro lado por llevar gafas y estudiar. Yo no era introvertida o tímida cuando empezaron a meterse conmigo. Simplemente era la única con gafas. Por suerte al ser buen estudiante y ejemplo de niña buena pude defender a mi hermano delante de los profesores. Aún así espero que se entienda que no todos los niños son iguales y que tal vez haya que dedicarse un poco más a conocerlos para saber el porqué de su comportamiento.
ResponderEliminarMe he pasado escribiendo, pero es un tema que me toca mucho.
Besos!
Se ha tratado muy mal en los colegios desde siempre al que no encaja con todos los demás. Y sigue haciéndose, aunque creamos que entendemos que este tiene este problema o aquel, al final intentamos que todos sigan una disciplina que para unos es normal y para otros es una tortura.
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Es un tema complejo, muy, muy complejo.
ResponderEliminarBesos
Muchísimo.
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Pues es que no puedo estar más de acuerdo. Muchos son casos en los que los niños tienen habilidades sociales cero, o simplemente trastornos que no pueden evitar (¿alguien critica a un niño que no puede deshacerse de su diabetes, por ejemplo?), pero ni por eso, ni como tú dices por nada, se merecen ser maltratados por sus compañeros.
ResponderEliminarEs que hay cosas que no se trabajan lo suficiente. creo que dedicar cinco horas al día a lengua o matemáticas cuando alguien no sabe relacionarse con los demás es la tontería más grande del mundo.
EliminarBesos.
Siiiiiii....justo.
ResponderEliminarEn la clase de mi hija hay una niña que la has clavado.
Y creo que es ganas de llamar la atención desde que tuvo un hermanito y su madre solo hace que consentirla por no oírla y creo que lo empeora.
Y carga...pero lo están trabajando.
A veces es así, temporal, pero a veces los problemas son mayores.
EliminarBesos.
El tema del acoso escolar es una de las eternas asignaturas pendientes en educación... Es un tema tremendamente complejo, porque, como bien dices, muchas veces los responsables de este tipo de situaciones somos también los profes. Por mi experiencia en el instituto, he visto que muchas veces hay docentes que no solo hacen la vista gorda, sino que también son cómplices de ese maltrato psicológico a través de comentarios despectivos o de poner en ridículo al alumno/a en cuestión. Se debe comenzar a trabajar este problema desde distintas perspectivas, porque sin duda es un problema que afecta gravemente a nuestra sociedad.
ResponderEliminarMi pregunta para ti es, ¿qué medidas se pueden tomar cuando detectas casos de bullying?
Saludos!
A la pregunta que me haces no sé qué responder. En primaria supongo que se hacen cosas distintas a secundaria. Hay un protocolo de acoso para actuar desde el centro, pero es un poco papel mojado si no se trabaja el tema con los alumnos.
EliminarPrimero hay que hacer un perfil de la clase, ver de esa manera quiénes son los líderes, aunque están reconocidos por todos, y quiénes nos pueden ayudar, y hacer que los chavales se impliquen a defender a su compañero, a no esconder la cabeza cuando hay un problema. Para eso hay que trabajar también el sentimiento de grupo, de pertenencia. Para estas cosas son buenos los concursos en los que unas clases compiten contra otras, en temas como limpieza o decoración del aula, porque generan una pequeña rivalidad que une a los compañeros y que hace que no dejen que se metan con el más débil. Pero es muy difícil. Y no creo que te haya ayudado mucho con mi respuesta.
Besos.
totalmente de acuerdo, este tema me toca mucho la moral ><
ResponderEliminarEs un tema muy difícil, sin duda.
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ResponderEliminarDebo entonar el mea culpa.
Tengo en PAE a un chico de estos. Es insoportable, tiene todo lo que has dicho, todo: hiperactivo, falta de higiene, llorica, blando, gordito, bajito, chivato, voz de pito, mala letra, peor educación, no se sienta bien, no sabe callar, no sabe pedir la palabra, ni pedir perdón, no sabe pedir ayuda, ni cree que la necesite.
Volvemos a lo de la otra entrada que hiciste, su madre es igual que él. Ahí lo decimos todo.
Yo intento con todas mis fuerzas tratarle mejor que al resto, y mira que digo mejor, para que sea un poco mi consentido, pero no me sale muchas veces porque para lograr la aprobación del grupo PAE (que no es su clase) busca la broma o el enfrentamiento para conmigo.
Tres horas de PAE en tensión con él me dejan KO.
Siento la perorata pero me has leído el penssmiento en tu reflexión de hoy.
Voy a tener que esforzarme en ayudarle más, tendré que averiguar cómo
Amén, Ro. Y qué pena que a todos se nos olvide en ocasiones...
ResponderEliminarBesos y gracias por tu reflexión de hoy.