Recuerdos

Tengo el recuerdo de nocheviejas gloriosas. Quizá no lo fueran tanto, pero sí lo son en mis recuerdos. Éramos muy pequeños, y luego ya no tanto, y celebrábamos estas fechas con primos y tíos y abuelos.

Hacíamos actuaciones para los mayores después de las uvas que nos pasábamos preparando toda la tarde. Nos disfrazábamos, cantábamos, dábamos las noticias...

Una nochevieja, mientras esperábamos la hora marcada, mi abuelo se comió todas sus uvas. Nadie lo notó pero yo estaba sentada a su lado y lo vi. A la hora exacta, el abuelo tapó su plato de uvas con una mano y con la otra hacía como si comía y tragaba. Al principio le miré atónita y luego me dio la risa, como siempre con mi abuelo, y me atraganté. Vomité la cena en el baño mientras terminábamos de entrar en el año nuevo. Supongo que en ese momento no me pareció la mejor forma de empezar el año. Unos pocos años después mi abuelo ya no estaba con nosotros, y la familia por unos motivos u otros, ya no nos movíamos por esas fechas.

La Nochevieja de este año, como la de los últimos, no ha sido de las mejores. Pero quién sabe si en mis recuerdos, alguna vez mire con nostalgia aquel año que pasamos todos la semana recluidos con gripe y estábamos deseando terminar el año, a ver si con él se iban los últimos días...